【Ｗｉｃｋｅｄ Ｇａｍｅ】 ᴰᵉᵏᵘᵏᵃᵗˢᵘ ᵀᵒᵈᵒᴵⁿᵃ

Sólo Son Monedas

— El hombre que ha pagado por tus servicios se llama Enji Todoroki, está aquí por negocios, así que trata de lucir bien — Kai explicaba mientras el rubio alimentaba a las gallinas — Es aristócrata así que pagará bien por ti, usa ésto, él lo pidió.

Le tendió un frasco de vidrio, al abrirlo se dio cuenta de que era fragancia.

— El sabe que soy un omega de baja calidad?

— Por algo me lo ha entregado, tu aroma no es tan bueno y elegante como el de un omega fino, así que no se te olvide usarlo — se limpió el traje y puso su sombrero — Alguien vendrá por ti y te llevará con él, sé sumiso, a ese tipo de alfa les gusta ser posesivos y bruscos.

— Eso es todo? — el contrario asintió y sin decir nada se fue calmadamente.

Katsuki Bakugou

Ese fin de semana usé la vestimenta más nueva que tenía, así como la fragancia que me entregó Kai, olía horrible, era demasiado dulce para mis gustos.

Traté de lucir lo mejor que pude, si se trataba de alguien con mucho dinero hasta podía dar más momedas de lo que posiblemente ofertó.

— Cuándo vas a volver? — Inasa me decía con los cachetes llenos de dulces que robé en alguna tienda, a veces no parece un chico de 15 años, aunque es más alto que yo a esa edad — Mamá dice que está bien si no vas, dice que no son necesarios sus medicamentos.

— Lo siento Inasa — revolví su cabello y besé su mejilla — Pero tengo que ir, no me esperes hasta tarde, duerme temprano que tienes que ir a la escuela.

— No quiero ir a la escuela si tienes que hacer eso para pagarla.

— Nos vemos, cuida a mamá — me despedí al escuchar la carreta parar frente a la casa.

Era un día nublado y frío, subí a la carreta y se dirigió a la zona de grandes haciendas y casas monumentales.

— Usted debe de ser el acompañante, el señor Todoroki lo espera dentro — un beta finamente vestido me guió a la mansión, al entrar pude ver miles de cosas que fácilmente valían más que mi vida — Señor, el chico está aquí.

Lo primero que vi fue ese arbusto, mirándole fijamente a los ojos mi sangre volvió a hervir, qué hacía ese imbecil aquí?

— Hijo, Midoriya, me tengo que retirar — un corpulento hombre de espalda hancha y cabello rojizo se puso de pie entre la sala — Rei — una omega albina me miró de pies a cabeza con una extraña expresión de tristeza y asintió.

— Vamos — El alfa tomó mi cintura y me guió a través de la casa hasta llegar a una habitación con grandes puertas y cerraduras doradas.

— Aquella mujer, es su omega? — pregunté tras verlo posarse sobre la cama y quitarse el abrigo.

— Te estoy pagando por tus servicios, no para que preguntaras — alzó la voz — Vamos, acércate.

No podía replicar, él tenía razón.

Aquellas horas fueron eternas, se que sólo soy un juguete para él, sólo está buscando satisfacer sus más bajos instintos, sin embargo, nadie nunca había sido tan salvaje y brusco, ni siquiera me dejó lubricar de manera adecuada.