【Ｗｉｃｋｅｄ Ｇａｍｅ】 ᴰᵉᵏᵘᵏᵃᵗˢᵘ ᵀᵒᵈᵒᴵⁿᵃ

Capítulo Final Final

— Levanta la cabeza — la peliverde ordenó a su único hijo, quien permanencia sentado al borde de la cama — Por Dios! Por qué tuviste que heredar el cabello de tu padre?
Tan rebelde y sin forma.

Se quejó por milésima vez, todas aquellas cremas caras no servían para nada, los rizos de Izuku seguían saltando en todas las direcciones.

Al pecoso ya le empezaba a doler la cabeza y no sabía si era por los nervios o por los constantes jaloneos a su cabello.

Hisashi llamó la atención mostrando la pizarra en sus manos desde una esquina de la habitación — Así está bien Inko, Katsuki lo conoce en todas sus formas, un cabello peinado no hará la diferencia — mostraban las blancas letras, miraba divertido el como su esposa trataba de arreglar a Izuku.

— Sabes, me hubiera alegrado demasiado si hubieras puesto en que sea un poco de agua a tu cabello cuando me lo propusiste — soltó enojada — No sabia si me ponía más nerviosa la situación o el nido en tu cabeza.

— Aún así aceptaste — escribió.

— Padre tiene razón — Izuku detuvo las manos de su madre — Tengo que irme o se hará tarde.

Besó la coronilla de la peliverde y se despidió del otro alfa con una señal de mano.

Se miró por última vez en el espejo del lobby de aquella residencia.

Días atrás había citado a Katsuki al lago cerca de la casa que compartían, un simple almuerzo era su pretexto para aquella cita.

Pero la pequeña caja aterciopelada en el bolsillo de su abrigo indicaba que no era la única razón.

No sabía si el sonido provenía del galopeo de su caballo o de su corazón, pero era ciertamente fuerte.

Al llegar al lugar extendió el blanco mantel sobre el fresco pasto y empezó a sacar los alimentos de la canasta, acomodandolos de diferentes formas para ver cual parecía más elegante.

Aunque no quería ser exagerado, sabía que Katsuki odiaba lo excesivo, por eso mismo escogió una actividad tranquila para proponerse.

— Siento llegar tarde — Katsuki llegó algunos minutos después — Por qué tanta elegancia?

Se extraño al ver a Izuku vestido de manera tan pulcra, hasta juraría que había hecho algo con su cabello.

Trató de recordar si se trataba de algún aniversario o fecha importante, pero lo descartó de inmediato.

Por su parte el vestía como le era de costumbre, simples ropas que usaría un ciudadano promedio.

— Quieres un poco de vino? — Las manos de Izuku temblaban un poco, derramando algunas gotas a los costados de las finas copas.

— Qué sucede? Estás enfermo? — Katsuki tocó su frente y la del contrario al mismo tiempo para comparar su temperatura — No tienes fiebre, te duele el estómago?

— No! — negó inmediatamente, la confundida mirada de Katsuki lo ponía aún más nervioso, sentía que en cualquier momento terminaría desmayado — Por qué no pruebas el queso? Seguro sabe delicioso.

El omega, completamente confundido tomó el cuchillo y empezó a cortar el queso en pequeñas porciones.

Izuku había escrito y ensayado un discurso digno de un rey, conmovedor y profundo. Pero en ese momento lo olvidó por completo.

Así que tuvo que cambiar el plan y hacerlo de una vez por todas.

Aprovechando que su pareja estaba distraída con los alimentos, se arrodilló y sacó la caja de su escondite.