Izuku Midoriya
— Kacchan! — debido a la humedad de la madera el lugar se había vuelto una burbuja de humo espeso y caliente.
Izuku trataba de encontrar al menor, quien inmediatamente se adentró al fuego.
Katsuki nunca se había sentido de esa manera, sus largas pestañas, húmedas y saladas no le ayudaban a apaciguar el ardor en sus orbes.
Con cada pestañear, cada respirar era insoportable.
Veía como todos aquellos momentos de fundían y ardían con la madera.
Arrodillado en medio de todo ese fuego podía ver como su vida pasaba por delante.
Las memorias recobraron vida por última vez en aquel lugar al que llamó hogar.
Desde que su madre jugaba con él, escondiéndose tras las puertas y debajo de las camas. A su padre llegando al atardecer, con dulces y regalos para su madre.
O aquel día en que su madre llegó devastada, con su vestido celeste desgarrado y lleno de lodo.
Su padre se había vuelto loco, pero no de furia, sino de impotencia. Se sentía inútil el tan solo imaginar lo que su esposa tuvo que pasar, si tan solo el hubiera estado con ella.
Y después de nueve meses el nacimiento de su pequeño hermano, aquella rosada y suave bola de carne que había dado un vuelco en su corazón en cuanto los pequeños dedos rodearon sus rubios mechones.
Aquellos mismos trozos de tela en llamas eran con los que cubría a su indefenso hermano.
Por un momento pensó que tal vez era momento de tomar todo y dejar que las brasas lo consuman.
— Tenemos que salir! — el pecoso lo tomó del brazo y lo jaló con fuerza fuera de la casa.
El humo lo debilitaba cada vez más y más, pero tenía que poner al rubio seguro.
Con sus piernas temblorosas cargó al inerte omega lejos del incendio, dónde nada le pudiera pasar.
— Qué está sucediendo? — Kirishima se había percatado del incendio desde su casa, pero nunca imaginó que la fuente fuera el hogar de su mejor amigo — Qué pasó aquí Izuku? Katsuki está bien?
Retrocedió unos pasos por el temor de la respuesta del peliverde.
Su amigo de toda la vida, su hermano... Yacía inconsiste y sin señales de querer despertar.
— Tienes que ir por Iida.
— No los puedo dejar aquí...
— Toma el maldito caballo y ve! — uso su voz de alfa, una voz que incluso atemorizo al pelirrojo.
No lo pensó más, corrió hasta el alterado animal y lo montó.
— Llévalo a mi casa — Pidió antes de irse.
Izuku Midoriya
Ahora entiendo las palabras de mi madre, necesitaba tener cuidado, más cuidado.
Por estupidez pensé que mi padre estaría de acuerdo con Katsuki, no sé qué me hizo pensar que cedería tan fácil.
ESTÁS LEYENDO
【Wicked Game】 ᴰᵉᵏᵘᵏᵃᵗˢᵘ ᵀᵒᵈᵒᴵⁿᵃ
FanfictionLa sociedad Inglesa del siglo XIX era muy estricta sobre las normas y reglas de etiqueta, ejerciendo presión en las castas para seguir lo correcto. Izuku Midoriya se ve atrapado en el dilema de hacer lo que está bien o preguntarle su nombre a un om...