— Señor Midoriya, acaso a conseguido pareja? — una señorita se había acercado al peliverde para oler mejor sus feromonas.
— Disculpa?
— No es nada — Tras confirmarlo arrugó la nariz en señal de enfado y se alejó a pasos agigantados.
Desde que abrió la pequeña escuela, casi diario las madres o hermanas de los estudiantes se le acercaban para invitarlo a tomar un té o comer algo en sus casas.
Para entonces ya habían pasado algunas semanas desde que marcó a Katsuki y ya todos habían notado que se encontraba más contento.
Los niños lo notaron en el momento que Izuku dejó de poner tanta tarea y los más grandes al ver que aquellas características ojeras ya no estaban.
Cada día llegaba con una alegría contagiosa y desorbitante.
Aquellos omegas interesados notaron de igual forma el repentino cambio, pero guiándose por las feromonas de Izuku.
Ya no sólo era un aroma característico de un alfa, sino era un aroma característico de un alfa con omega.
Muchos ya se lo esperaban, habían varios rumores de que el maestro iba a visitar al nuevo sastre de la ciudad.
Algunos los vieron salir en las tardes del elegante local de costura y otros los veían juntos cuando regresaban por el camino que lleva a las afueras de la ciudad.
— Nos vemos mañana Maestro Izuku! — una pequeña niña se despidió del peliverde mientras su madre enfadada la jalaba del brazo.
Izuku sonrió y dio un último vistazo al salón, era la última alumna.
Cerró el salón y guardó la llave en su oscuro pantalón.
Cargó la pesada caja de madera que había dejado afuera.
Desde un inicio Izuku dejó en claro que las clases serían gratuitas, después de todo Katsuki ganaba lo suficiente para los dos en su taller de costura.
Pero las personas eran agradecidas, así que era común regresar a casa con grandes frascos de mermelada casera o tartas de diferentes frutas.
Solía repartir los frascos con Kirishima y Todoroki, aunque otras veces Katsuki se ponía glotón y dejaba los frascos vacíos antes de poder llevarlos con sus amigos.
— Estoy en casa — soltó la caja en la mesa del comedor — Kacchan.
— Llegas tarde Deku — asomó su cabeza por el marco de su habitación.
— Lo siento Katsuki, la madre de una niña llegó tarde, no podía dejarla sola en la escuela — el rubio contentó con un suspiro cansado — Sigues enojado?
Un leve gruñido le confirmó lo que posiblemente ya era obvio.
Arrastrando un poco los pies sobre el piso de madera, se acercó hasta el omega para rodearlo con sus brazos y besar su coronilla.
— Seguirás así hasta el día de la boda? — susurró entre sus cabellos.
— Ese idiota se salió con la suya.
Katsuki Bakugou no podía aceptar tal cosa.
No podía dejar que el bastardo mitad y mitad le quitara a su único hermano.
Una semana antes el servicio de correo le había enviado una carta a su sastrería.
Vaya sorpresa que se llevó cuando vio la invitación de boda, Inasa Bakugou y Shouto Todoroki, los nombres se encontraban grabados con finos trazos dotados sobre el grueso pedazo de papel.
Debía de ser una broma.
Con furia tomó su abrigo y salió del salón cerrando con fuerza la puerta tras de si.
Nunca se había hecho tan poco tiempo en llegar a la nueva casa de Shouto.
— Todoroki! — el mencionado dio un pequeño salto el escuchar su nombre con tanta furia — Dime que mierda es esto!
Estampó la invitación en la cara del medio albino.
— Una invitación a mi boda — soltó con obviado — Atrás dice que es para ti y Midoriya.
Algunos minutos después ya se encontraban en la ahora casa de su madre y padrastro.
— Yo les di mi bendición Katsuki, no hagas un drama — fue lo único que dijo antes de cerrar la puerta en sus narices.
— No comprendo tu enfado Katsuki, después de todo soy el menor de mis hermanos — lo miró calmado — Pero te prometo que seré un buen esposo, por favor, confía en mi.
Después de eso Katsuki había estado evitando al bicolor, y por ende a su hermano.
Ni él mismo comprendía el origen de su enfado, después de todo, Shouto fue una de las personas que más lo apoyó cuando lo necesitaba.
Tal vez se sentía herido, por qué su hermano no le había mencionado nada? Por qué tuvo que enterarse por una estúpida invitación?
— Has traído mermelada? — el peliverde asintió — Ahora vengo, iré a visitar a Inasa.
Y sin dejar que el alfa respondiera, tomó el primer frasco que pudo y se encaminó al hogar del bicolor, donde siempre estaba su hermano.
Todavía no anochecía cuando Katsuki llegó a aquellos terrenos así que encontró al bicolor arando sus tierras.
— Bakugou — se sorprendió al verlo — Si buscas a Inasa...
— No digas nada, solo quiero saber una cosa — le amenazó con el dedo — Por qué no me enteré antes de la boda? Acaso Inasa ya no confía en mi?
— Inasa tenía razón al decir que te inventarias una historia en la cabeza — sacó su sombrero y limpió un poco su frente — El quería que fuera sorpresa, simplemente por esa razón.
— Inasa se encuentra adentro? — antes de poder dar un paso el bicolor le había tomado del brazo.
— El está en celo — soltó sonrojado — No quiere compañía ahora mismo, por eso estoy aquí afuera, estoy esperando a que los supresores hagan efecto.
— El traje lo haré yo — entregó con brusquedad el frasco y se dio vuelta para volver a su casa.
°°°
— Katsuki me estoy sofocado — el pelinegro luchaba por respirar, aquel corcet le estaba apretando demasiado.
— Espera un momento — dio la última puntada al elegante saco blanco.
En cuanto Katsuki le dio la señal el corcet salió volando.
— Era necesario?
— Sí — contestó acomodando la prenda en el maniquí — Debe de quedar perfecto, tu postura no me ayuda, así que sí era necesario.
Inasa renegó cansado, pero al mirar el traje listo se dio cuenta que valía la pena tanto esfuerzo.
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Un capítulo más y todo se acaba :(
Gracias y mis gracias a todos los que me siguieron hasta aquí, los tkm.
Me dio mucha risa xd.
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【Wicked Game】 ᴰᵉᵏᵘᵏᵃᵗˢᵘ ᵀᵒᵈᵒᴵⁿᵃ
FanfictionLa sociedad Inglesa del siglo XIX era muy estricta sobre las normas y reglas de etiqueta, ejerciendo presión en las castas para seguir lo correcto. Izuku Midoriya se ve atrapado en el dilema de hacer lo que está bien o preguntarle su nombre a un om...