Buenas tardes,
Les vengo a dejar un pequeño recadito ; ¡QUE NO ME LLAMES GORDA YA VA A LLEGAR A SU FINAL! Se acerca el final, youngers. Y estoy muy contenta de que ustedes me estén apoyando con cada voto y comentario. También les informo que me voy a inscribir en los Wattys por lo tanto, la novela estaría terminando a finales de este mes de Julio 2019.
¡Gracias por tanto!
-Daniela Díaz
Mi corazón latía muy rápido, incluso hasta mi pecho con cada palpitar que daba. Mis oídos eran interrumpidos por un pito que no me dejaba pensar con calma. Y sin contar mis piernas"¿mis piernas? ¿dónde estaban ellas?"
El olor a caucho quemado era lo único que mi nariz delgada podía respirar. Sabía que estaba haciendo mucho calor, tanto que mi frente brotaban gotitas de agua ¿era agua? Sin hacer mucho esfuerzo llevé la diestra a mi sien y toqué aquel líquido que bajaba desde mi cuero cabelludo hasta mis mejillas. Miré mi mano y no era agua, sino sangre. "¿En dónde me habré herido?" pensé cuando apenas me comenzaba a enderezar para buscar a los demás.
"Mi nombre es Tara Walker y tengo 18 años. Soy hija única y me gustan los penes" me decía a mi misma para saber que no había perdido la memoria. El carro estaba boca abajo, por eso era difícil poder levantarse y salir antes de que explotáramos.
Busqué en la oscuridad a Miranda, no obstante, ella no estaba. Me asusté tanto que comenzó a llorar en silencio. Percibía una punzada en la cabeza y mi garganta estaba seca. Algo así como cuando comes leche en polvo y luego te pones a correr en un desierto.
-¿Miranda? ¿Francis?... -susurré, cerrando mis ojos con fuerza con temor a que ninguno de los dos me respondiera- ¡Por favor Dios! -supliqué volteándome para ver si veía el cuerpo de la chica por algún lado.
En el parabrisas había un hueco bastante grande, en los bordes había restos de sangre y de cabello negro. "Miranda" Mis piernas no responden a ningún movimiento que intentaba dar, era inútil, de verdad.
-Está muerta, Tara. Mi hermanita está muerta. -Fue la ronca y áspera del chico de tez blanca que estaba prensado por el cinturón de seguridad -Lo siento...
¿Miranda? ¿muerta? No, no. Jamás, ella era mi super héroe. Miranda me había ayudado a ver las cosas no tan malas como las veía antes. Ella no podía estar muerta. Ella tiene mucho que dar al mundo. No, no.
El sonido de la ambulancia, gritos agudos de dolor y de desesperación se escuchaban a los lejos. Las luces de la policía y de cualquier celular; fueron lo único que vieron y atendieron mis oídos antes de cerrar mis ojos para descansar.
***
¿Saben una cosa? Creo que si me llegara a morir nadie me extrañaría. Ni Emilia, ni mis tías, ni mi papá y mucho menos mis supuestos amigos. Estoy segura de que danzarían en mi tumba mientras alaban a la luna.
No soy importante para nadie. Nunca he hecho algo bueno en esta vida; ni a cruzar a viejitas por la calle, ni a rescatar cachorros. Soy un asco de persona. Imaginen que no trabajo como para decir que hice algo por el mundo. Nunca reciclé, nunca me hice vegana. Tampoco anduve en protestas feministas, ni mucho menos apoyé el matrimonio igualitario.
No tuve novio, nunca hice el amor, menos vivir una historia como las de películas o libros de Wattpad.
Para mi desgracia, no fallecí. En serio, todavía estaba viva, conectada a un montón de cables, pero viva. No podía abrir mis ojos por más que quisiera, los tenía pesados, y mi cuerpo estaba todavía flojo, sin respuesta alguna.
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No Me Llames Gorda
Teen Fiction"Ser adolescente es una mierda, porque eres demasiado niño para opinar pero demasiado mayor como para no hacerlo. Entonces es ahí donde queremos mandar al adulto para la mierda. "¿Vergüenza? Vergüenza es lo que deberían de tener ellos, que una vez...