¿Saben que existen personas luz? Sí, esas personas que irradian luz. Su voz es suave, es tranquila. No te ponen nerviosa o nervioso cuando hablan. Puedes estar hablando con una persona luz y quedarte dormido. No porque no sea interesante la conversación sino por lo cariñosa que es su voz que te relaja.
Esas personas luz se mueven entre nosotros, pero no todas las personas notan que son luz. Las personas ángeles, les llamó yo; son las que caminan lento pero firme, son las que hablan y no necesitan gritar, pues todos nuestros pensamientos en están en él o ella cuando hacen o dejan de hacer cosas.
Maldito lugar al que ve había traído Miranda.
Les voy a decir que solo deben saber que es un lugar donde hay miles de trampolines, toboganes inflables, piscinas de bolas de colores, muro de escalar y todos, pero todos son delgados.
Lo único que pude hacer fue cubrir mis tetas gordas con mi cabello, bajar mi camisa negra hasta que cubriera parte de mi entre pierna y caminar con mis sandalias, que por cierto no sé qué mierdas hago con ellas.
Habían puestos de helados, y uno de Hot dogs; todo al aire libre, casi como un parque de puros juegos de saltar.
—¿Por qué esa cara, Tara?—pregunta Caeli que caminaba hacia atrás, para verme.
—Es que yo no pienso saltar. —dije entre dientes. —Aquí todos son flacuchos o son niños.
Señale mirando al tumulto de chiquitos que hacían fila para entrar al trampolín.
—Además. —agregué— aquel chico de pelo castaño no para de mirarnos. —señale con los labios.
Miranda voltea a ver al chico, pero lo ignora.
—¿Y qué? —me pregunta levantando su ceja.
—Que esta guapo y no quiero que piense que te voy a sacar la mierda si te caigo encima.
Miranda comienza a reírse haciendo que le muchacho que nos ve de lejos se toque el pecho como ofendido.
—Mira. Creo que el tatuado piensa que nos estamos burlando de él. —la muchacha se voltea para verlo.
—Una característica de hombres cliché. —Me mira arrugando su frente por el sol que le pega de frente. — que siempre creen que son el centro de atención. —niega con la cabeza. —Nadie se está burlando de él, pero su ego es tan grande que piensa que justo ahora que nosotras queremos un trio con él.
—¡Asco! No quiero saber más de tríos por el día de hoy —Rechacé cualquier idea que me recordara a la rubia.
¿Estará bien? ¿Seguirá adolorida?
—¿Por qué lo dices? —pregunta curiosa.
—No me hagas caso. Solo pensé en voz alta. —miento —¡Chis! ¡Chis! Creo que el troglodita viene hacia acá. —chille casi emocionada porque el chico se acercaba a nosotras.
El tipo estaba muy bueno, demasiado bueno de verdad. Tenia unos lindos rizos que cubrían sus cejas y unos pómulos resaltados. ¡Demonios!
—¿Qué? ¿Cómo? —Miranda giró tan rápido que no se di cuenta que el muchacho de tatuaje estaba detrás de ella.
No solo le piso el pie, sino que también le dio un golpe por el estómago.
El muchacho comenzó a reírse entre quejas, colocando su mano en la boca del estómago. Miranda cubrió su boca con las manos y yo solo pude abrir los ojos como platos. Sí, sí, típico de Wattpad; abrir los ojos como platos.
—¡Auch! no pensé que supieras defensa personal. —El muchacho se queja agarrándose de la camisa negra que andaba.
—Lo siento. Pero a ti nadie te manda a ponerte atrás de mí y tan de cerca. —se defiende la chica de labial rojo.
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No Me Llames Gorda
Teen Fiction"Ser adolescente es una mierda, porque eres demasiado niño para opinar pero demasiado mayor como para no hacerlo. Entonces es ahí donde queremos mandar al adulto para la mierda. "¿Vergüenza? Vergüenza es lo que deberían de tener ellos, que una vez...