Capítulo 8.

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Le había mostrado a Zach y a Jack las fotos que había tomado la noche anterior, explicándoles lo que había visto y también lo de Jonah.

—¿Están seguros que no han visto ese pasillo? —les pregunté, ellos han ido detrás del escenario

—Es justo lo que te dijo Jonah la primera vez, son camerinos y uno tiene mi nombre —Zach sonrió.

—¿Y cómo explican las fotos? ¿Y las habitaciones que vi?

—Quizá tapas te el lente con tu dedo o lo imaginaste, las cosas que han pasado nos tienen nerviosos —explicó Jack, yo negué. Eso no es lo que pasaba.

Suspiré frustrada, este par no entendía, y tampoco yo, el hecho de que ellos nunca hayan visto aquel pasillo, pero si Jonah estuvo ahí y me sorprendió al verme es porque hay algo, no iba a molestarse sólo porque fui a los camerinos.

—¿Vas a ir? —la voz de Zach llamó mi atención, ambos chicos me miraban atentos.

—¿A dónde?

—A tu cita con Jonah —dijo Jack.

Me reí y luego negué.

—¿Por qué no? ¿Quizá puedas sacarle información?

—¿El pequeño Zachy está pidiéndome que utilice a un chico a mi favor? —coloqué una mano en mi pecho actuando sorprendida.

Rodó los ojos.

—Sólo así tal vez puedas saber que pasa ahí —se encogió de hombros. —Y realmente parece interesado en ti.

—No iré.

—Deberías, será bueno que dejes este tema en paz y te relajes, ¿qué podría pasar? ¿Que te guste? —preguntó Jack con una ceja levantada.

Caminé hasta la entrada de la biblioteca, como todo lo demás por aquí, este salón era inmenso y era uno de mis favoritos, había una gran variedad de libros y era muy pacífico, y es un extraño lugar para una cita.

Eran las dos en punto.

Y mi cuerpecito iba de un lado a otro averiguando si debía entrar o no, pero ¿qué más da? ¿Qué era lo que podría perder? Y los chicos tendrían razón, podía sacarle algo a Jonah.
Abrí la puerta del lugar y el olor a café y libros llegó hasta mi nariz, era un olor que me agradaba demasiado, este era un lugar en el que realmente me gustaba estar. Habían varios pasillos al rededor con cientos de libros, los estantes se extendían hacia el cielo, imponentes, cada pasillo estaba etiquetado con su respectivo género. Pasé por cada uno de los pasillos tratando de encontrar a Jonah, no habían muchas personas por aquí, sólo la anciana bibliotecaria en la entrada y quizá un par de personas.
El sonido de un par de libros cayendo en el segundo piso llamó mi atención, subí las escaleras y caminé hasta donde se encontraba el sonido, en esta parte había una área de computadoras y más libros.

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