stillwater ━━━ jonahmarais!

Capítulo 24.

Antes de salir de la habitación un sobre blanco llamó mi atención, este se encontraba debajo de mi puerta, la levanté, tenía escrito la palabra "dragón", no le tomé importancia y la dejé sobre el primer mueble que vi para salir de ahí e ir a clases.

Los estudiantes de Stillwater me impedían el paso, ya que había salido justo a la hora en la que todos lo hacían y en los pasillos eso era un caos. A lo lejos divisé a Jonah, sonreí instantáneamente al recordar lo de anoche, traté de caminar lo más rápido que pude para poder alcanzarlo, a su lado iba Corbyn. Cuando porfin los alcancé, ambos se habían metido a la habitación del moreno, cuando llegué ahí me di cuenta de lo que estaba pasando.

Todo era parecido al sueño de la noche anterior.

Traté de controlar los nervios que empezaban a aparecer en mi cuerpo, ¿debía entrar? ¿Y si sólo fue un sueño y nada está pasando? Bueno igual voy a entrar.

—... No sé que pueda pasar si se enterara... —entré abruptamente interrumpiendo a Jonah.

Ambos chicos me miraron sorprendidos, Jonah se levantó de la cama extrañado, mirándome seriamente.

—¿De qué es de lo que no me tengo que enterar? —pregunté intentando que mi voz no sonara temblorosa.

Corbyn nos miró intercaladamente, Jonah no quitaba la mirada de mi, frío, enojado.

—Esto es incómodo... Me iré para que lo arreglen solos—habló el rubio, me lanzó un guiño antes de irse.

Me quedé ahí parada sin poder decir nada ni moverme, ellos estaban hablando exactamente de lo que yo había soñado anoche, pero ¿había sido un sueño? Se sentía igual de real que esto, ¿estaba soñado justo ahora? Estúpidamente me pellizqué intentando averiguar en qué estaba metida pero la gruesa y molesta voz de Jonah me hizo reaccionar.

—¿Entonces? —se cruzó de brazos. —¿Estabas espiandonos?

—No... Yo sólo los vi y vine...— desvié la mirada, por alguna razón no podía mantener el contacto visual.

—¿Y de casualidad te quedaste en la puerta escuchando todo hasta que decidiste entrar? — su voz sonaba diferente, podía notar un poco de preocupación pero más que nada molestia, y yo comenzaba a sentirme igual.

—Ese no es el punto, ¿qué es lo que me estás ocultando? —me miró fijamente y me obligué a hacerlo también, cruzandome de brazos igual que él.

—Es algo que no te importa y no deberías meterte, ¿de acuerdo? —elevó un poco la voz.

—Corbyn claramente dijo que me ocultabas algo a mi, así que creo que sí me importa ¿no te parece? — negó repetidas veces, riendo con sarcasmo, haciendo que mi ira aumentara.

—Es mi maldito problema, si escuchaste tanto como parece, habrás escuchado que es algo que tengo que resolver yo, así que por más que lo intentes no voy a decirte nada —se acercó a mi, acorralandome en la pared.