stillwater ━━━ jonahmarais!

Capítulo 26.

La puerta de la oficina de Luke no tenía seguro, un gran punto a mi favor, las reuniones del club casi siempre eran por las noches así que no me preocupaba por alumnos en los pasillos, más puntos para mi.

Cerré la puerta detrás de mi, aunque sabía que nadie me había visto me movía con sigilo, como intentando no hacer ruido aún cuando no había nadie en la oficina.

Fui hasta los documentos de los alumnos, para buscar el de Jonah, ese que una vez había visto pero nunca le había prestado atención. Lo encontré y me senté en la cómoda silla de Luke. La foto de Jonah sonriendo me recibió al abrir los papeles, sentí un pinchazo en el estómago al verlo, tan lindo, tan guapo, tan feliz y tan idiota. Le di vuelta a la hoja ignorando su bello y escultural rostro, encontrándome con su acta de nacimiento.

Jonah Marais Roth Frantzich.

Que elegancia la de Francia.
Había nacido aquí, en Stillwater, no en el instituto claro, sino en Stillwater, Minnesota. Venían los nombres de sus familiares, no le tomé importancia a su acta, así que volví a pasar de hoja. Tenía que encontrar algo relacionado a Regibus, algo debía tener relación o algo debía parecer extraño.

En la siguiente hoja se encontraba una foto de él junto a dos hombres, su abuelo y su padre, supongo. Los tres estaban en algún bosque, llevaban herramientas de caza y sonreían felices. Jonah parecía más joven en la foto, detrás de ellos se alcanzaba a ver algo de metal brillar por el sol, eso provocó un recuerdo en mi cabeza, del bunquer en el bosque, en el que me habían secuestrado.

—¿Qué estás haciendo aquí?

Solté los papeles de golpe al asustarme por su repentina voz, lo miré nerviosa, el corazón me latía muy rápido, Jonah se acercó a mí con un semblante serio, me puse de pie y traté de recoger los papeles antes de que se diera cuenta, pero sus manos fueron más rápidas y tomó el expediente, mirándolo.

—No deberías estar aquí, Wes.

—Es el único lugar donde se me ocurre encontrar respuestas...

—¿A qué? Te he dicho que te mantengas alejada de esto, no es tu maldito problema, no lo hagas más difícil —no sonaba enojado, más bien frustrado, pero a mí sí que me hacia enojar.

—¿Qué es lo que me escondes Jonah? ¿Qué es lo que escondes? —pregunté acercándome a él. Bajó la mirada, jugando con sus dedos.

—Intentó protegerte Wes, es lo único que debes saber.

—No quiero que me protegas, quiero me digas la verdad de todo lo que está pasando —respondí negando con la cabeza varias veces.

Jonah acortó un poco más la distancia cuando llevó sus manos a mis mejillas, acariciandolas, llenando mi cuerpo de corrientes eléctricas, siempre provocaba cosas en mi y nunca me cansaría de sentirlo.