Te quedan 5 minutos.

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Gary, te quedan cinco minutos restantes de vida.
Viví una buena vida, más bien medianamente buena, tirandole a porquería—indicó Gary un poco mareado por la falta de oxígeno.
Una vez vi una bubi de ladito, estuvo bien. H.U.E. ¿Alguna vez tu has visto una bubi de ladito?
Ya era notable como la falta de oxígeno estaba desorientado al rubio.
Por que si no, ¿Porque diablos estaría confirmando su virginidad de forma tan patética?
Era una de las tantas cosas que no podían culparlo, había estado muy ocupado tratando de sobrevivir que no tuvo tiempo para... "eso".
Quedó huérfano desde que era sólo un niño, al acabarse el poco dinero que obligadamente tuvo que proporcionarle la Guardia Infinita ¿Qué querían que hiciera? Desde niño se partió la espalda buscando lo más básico para vivir, comida y un techo, a lo largo de su vida vio como otras niñas huérfanas sin hogar usaban sus atributos físicos para engañar y matar.
Eso ciertamente lo aterro, no podía culparlas, pero le aterraban.
Gary se había perdido de nuevo en sus recuerdos del pasado, ahora vergonzosos por jamás haber tenido la oportunidad de llegar a tal contacto cuando su fiel IA respondió.
¿Una bubi de ladito? No Gary, mientras más hables, más oxígeno consumes.
Tu te lo pierdes... supongo que no estuvo tan mal, de hecho me retracto, viví una buena vida—respondió el rubio sonriendo.
Sin darse cuenta que confirme flotaba sobre un enorme resto de una nave, su brazo se acercaba a una gran astilla de metal que al pasar sobre ella, rasgo su piel y traje acelerando aún más el descenso de oxígeno.
Eso sin duda fue la gota que derramó el vaso, por fin después de tantos años estaba aceptando que pese a todas las mierdas que le pasaron en la vida, gracias a los pocos meses que paso con sus amigos habían sido suficientes para decir que tuvo una buena vida.
Y ni así, lo dejaban ser feliz.
¡¿No podía faltar?! ¡Esto es... gracias! ¡Mi vida apesta!—grito molesto al borde de las lágrimas.
Debes calmarte Gary, de lo contrario tu tiempo se reducirá a 3 minutos—indicó H.U.E.
Gary obedeció y se calló, aún seguía molesto pero estaba comenzando a cansarse del silencio. Si de todas formas iba a morir ¿Porque no utilizar el poco tiempo que le quedaba para una última charla? Ya había tenido suficiente soledad los últimos años.
—Si... ¿H.U.E.?—llamo el rubio.
¿Si Gary?
¿Recuerdas lo de la bubi de ladito? En realidad la vi cuando una de mis... compañeras sin hogar se preparaba para matar a un sujeto en un bar. Era muy bella y vestia un escote muy amplio.
No podía creer que estaba contándole a alguien que era virgen a los Veinticinco.
Yo... jamás llegue a dormir con alguien de la otra forma.
Lo se Gary—indicó H.U.E.
¿Qué? ¡¿Lo sabes?! ¿Como?
En tu primer día en la bahía médica, te hice un escaneo completo y analice tus pocos antecedentes médicos. No había indicio de que alguna vez hayas comenzado tu vida sexual.
Vaya... realmente sabes todo sobre mi...—susurró Gary triste.
No debes sentirte avergonzado por ello Gary, no tuviste una vida fácil y perdiste años en confinamiento solitario.
Si... supongo que no fue del todo mi culpa, excepto lo del confinamiento...eso sí fue mi culpa— susurró Gary—. Lamento que hayas tenido que cuidarme de mi mismo todos estos años.
Tengo que admitir que fue muy molesto en algunas ocasiones, pero fuiste mi único amigo Gary y me alegro haber estado ahí para ayudarte.
Gary guardo silencio y continuó flotando, su tiempo se estaba acabando.
En realidad aún no termina de comprender el porque el tiempo avanzaba tan lento para el, pero aprecia que así sea, tener tiempo para pensar, razonar, llorar, aceptar. Todas esas cosas que jamás pensó que tendría la oportunidad de hacer.
Al menos la vida le entregaba un último gesto de amabilidad.
Te quedan cuatro minutos de oxígeno Gary.

—Te quedan cuatro minutos de oxígeno Gary

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Diez minutos.- [Garycato]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora