Teletransportador.

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Hoy era el día.
Creyó que durante estos cinco años se sentiría preparado para todo lo que se avecina pero no era asi.
Un día antes había estado al borde de la histeria, reviso la nave meticulosamente, acomodo todo para mayor facilidad, releyó su propio diario donde tenía anotado todo cronológicamente con sumos detalles, todo estaba perfecto.
Menos Gary.

Caminaba por todas partes nervioso jugueteando con una bolita de papel, los androides ya poco familiarizados con este tipo de comportamiento vigilaban al humano mientras realizaban sus labores.

¿Pasa algo Gary?—preguntó H.U.E.

¡Nada! ¿Porque tendría que estar pasando algo?—respondió Gary aún más nervioso.

¿Estas pasando por otro ataque de pánico?—pregunto la IA de forma más directa.

¡No! No, enserio estoy bien H.U.E. sólo... me siento raro, es todo.

—¿Estas seguro Gary?

—Si, ¡No te preocupes! Estos cinco años de terapia han funcionado muy bien, te felicito H.U.E.—bromeó el humano aún nervioso.

Durante el resto del día no pudo estar tranquilo, trataba de actuar con normalidad reparando satélites, estudiando, haciendo ejercicio lo que fuese para mantener su mente ocupada pero vaya que era dificil.
Sus primeros cinco años se sintieron como una eternidad y ahora los había sentido como un parpadeo; esto del tiempo estaba comenzando a fastidiarle al rubio.

¿Porqué el tiempo era tan complicado? Una pregunta que sería para después, su tan esperada hora de dormir había llegado y vaya que estaba cansado con todas las cosas que hizo durante el día. Después de cenar fue directo a su habitación para darse una ducha e ir a dormir.

Fue un día largo Gary—hablo H.U.E.

Si...—bostezo el rubio—. Sólo me daré una ducha... e iré a dormir—indicó entre bostezos.

¿Quieres la bañera?

No, gracias H.U.E. si me meto a la bañera me quedaré dormido ahí dentro y a la mañana siguiente seré como una pasa—respondió el rubio.

Tal y como dijo Gary, se dio una ducha rápida, se cambió a una ropa más cómoda y se fue a la cama a dormir.

Y al menos así era la idea, pero tratandose de Gary.
Nada era así de fácil.

El rubio miraba con exasperación el techo de su habitación sin poder dormir, por más que trataba de buscar con una posición cómoda para dormir le era imposible conciliar el sueño.
Ya fastidiado de la situación hablo con el único capaz de soportarlo en estas situaciones.

¡H.U.E.!—llamo el humano molesto.

¿Qué quieres Gary?

—No puedo dormir H.U.E.—se quejo el rubio cual niño pequeño—. Sabes lo mucho que me molesta no poder dormir.

—Lo se Gary, pero debes tratar de conciliar el suelo tu mismo—indicó la IA.

Bien—respondió de mala gana.

El rubio después de dar vueltas en su cama el cansancio pudo con el dándose así por vencido.
En aquella noche soño con los viejos recuerdos de su pasado, su primer robo exactamente.

Después de robar una tienda y ser perseguido por el hijo del dueño, había logrado escabullirse llegando así a un viejo almacén abandonado donde pudo sentarse y ver con claridad lo que había obtenido y cerciorarse de que Mooncake estuviese bien dentro de su mochila, contaba el dinero cuando el sonido de una tubería al caer lo hizo mantenerse alerta.

Diez minutos.- [Garycato]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora