Capítulo 2

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Rust era un buen sitio para salir a tomar algo y divertirse tras un largo día de rodaje, además toda la gente del set aceptaba cuando nombrabas el lugar. No era demasiado asfixiante, pero no era exclusivo como NASA. Además de las dos pistas de baile, tenía una zona de bar con futbolines que siempre eran un buen mecanismo para deshacerte del estrés acumulado.

Ilia bebió de su tercera copa de Tequila Sunrise riendo al ver los movimientos de Clady para derrotar a Aksel en su partida. Se habían jugado una botella del mejor whisky del local, así que merecía la pena el esfuerzo. Aksel era el actor protagonista de su nueva película, era un yogurín, con una cara adorable y una expresión que pasaba de dulce a traviesa en cuestión de segundos. Teniendo en cuenta que era el tipo que debía matar a la Reina malvada, es decir, a ella, le caía bastante bien. No como Berit, la protagonista femenina, una chiquilla prepotente que acababa de salir de hacer anuncios de pasta de dientes y se creía la mejor del mundo. Esa era la que no dejaba de animar a Aksel como una grupi sin remedio.

Escuchó los gritos de victoria en uno de los futbolines del fondo y sonrió al reconocer a Ulrik entre el grupo. Había pasado una buena tarde con él después de la sesión de fotos que había tenido hacía tres días. Simplemente habían hablado y tomado ese chocolate, pero había sido interesante y divertido. Miró de nuevo a su amiga que estaba demasiado concentrada como para que se percatara de su ausencia y decidió acercarse a saludar.

—No esperaba encontrarlo aquí, señor Rybner —dijo a su espalda, la risa se notaba en la voz de ella y la sonrisa confirmaba su diversión.

—¿Y esta preciosidad es directora de colegio? —bromeó el hombre rubio de ojos azules muy claros y 1'75 m de altura que había estado celebrando con Ulrik.

—Vuelve a tu mundo digital, capullo —dijo Ulrik empujándolo un poco—. ¿Y dónde pensaba encontrarme, señorita Petrova?

—Quizá en un local con música menos comercial —contestó y le dedicó una sonrisa al rubio para contestarle—: Depende del día.

—Soy Klaus —se presentó adelantándose a Ulrik, su voz era potente y a la vez ajada—. Había un buen concierto antes y siempre es divertido dar una paliza al futbolín a cualquier pobre incauto, incluso si son modelos.

Ella rio negando con la cabeza.

—Lo mismo pensaron nuestros compañeros de los actores. Ilia —se presentó a su vez tendiéndole la mano.

—Estaría bien tener algún reto para variar, ¿no crees, Uli? —dijo mirando hacia su amigo, travieso y éste lo mató con la mirada por el sobrenombre.

—Cortaré tu cuerda la próxima vez —amenazó y el otro rio.

Ilia sonrió ahogando una risa.

—Os machacaré cuando queráis —aseguró ladeando la sonrisa.

—¿Tienes algo mejor que hacer ahora? —propuso Klaus.

Ella apuró su copa y la dejó en la barra que había cerca antes de mirar a sus amigos para buscar a alguien con quien hacer pareja, al ver que Clady había terminado, y perdido, llamó a Aksel.

—Vamos a enseñarles a jugar —le dijo mirando a Ulrik y Klaus desafiante.

—Será un placer, preciosa —contestó Aksel.

Ulrik ocupó los mandos del portero y la defensa, Klaus los centrales y delanteros. Las dos modelos con las que habían estado jugando en más de un sentido los animaron, una pelirroja se apoyó en un lado, inclinada mostrando su escote y le guiñó un ojo al fotógrafo diciendo que era para despistar.

Por su parte Ilia tomó los mandos de la delantera mientras que Aksel cogía los mismos que Ulrik y ella se agachaba para coger una bola. La soltó tras mirar a sus adversarios en el centro del futbolín y el juego comenzó. Aksel consiguió detener uno de los toros de Klaus y ella aprovechó para colarla entre la defensa de Ulrik y su portero. Las dos siguientes duraron más tiempo, marcando uno cada equipo. Ulrik y Klaus se miraron, era hora de enseñar a esos ricos los resultados de horas de clase perdidas jugando a ese juego con unas cervezas robadas, al igual que algún cigarrillo. Ulrik metió la siguiente bola en un tiro rápido que sus contrincantes ni siquiera vieron, Klaus estuvo jugando a pasarse la bola con los defensas de Aksel, sólo por diversión y por desesperarlo y después metió. Las dos bolas siguientes estuvieron reñidas, un punto para los actores y otro para ellos después de haber estado Ilia largo rato insistiendo, pero Ulrik logró despejar y Aksel no se lo esperó. El siguiente punto fue para los dos hombres, la modelo pelirroja se puso a armar follón y colgarse de Ulrik, la bola entró sin que pudiera mover con la soltura usual los mandos, miró con algo de fastidio a la mujer, que de todas formas gritaba que habían ganado, habían quedado 4 a 5.

Mi rebelde sin causaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora