La Pequeña Mikaelson (Terminada)

Capítulo 3

Al salir del grill nos encaminamos hacia un auto estacionado fuera.
_Eh aquí nuestra carroza real mi querida Charlotte_ podía notar la ironía de sus comentarios.
Observé el auto detenidamente:
_¿Un Chevy Camaro Convertible de 1969?... lindo, me agradan tus gustos Damon_ me observó completamente sorprendido.
Me subí en el asiento del acompañante y él al volante.
_¿Bonita y sabes de autos? ¿Que otros secretos escondes chica?_ sonrió.
_Ammm, muchos, pero no te los diré por ahora, solo diré que mi padre es un gran aficionado de los autos clásicos_ le sonreí.
Comenzamos con el viaje. Damon me llevó a recorrer todo Mystic Falls, pasamos por la escuela, a la cual jamás había ido ya que mi padre me había puesto tutores privados.
También había florerias y muchos locales mas.
Pasamos por la puerta de un cementerio, y al final llegamos al mismo lago que había encontrado horas antes.
Nos bajamos del auto y nos paramos frente a él.
_Bien, suelo venir aqui cuando quiero estar solo, o cuando mi hermano menor me fastidia_ explicó.
_¿Tienes un hermano?_ lo observé curiosa.
_Ah si, mi hermanito Stefan, no es que no nos llevamos bien, pero a veces él y su novia Elena me fastidian bastante, y sus amigos...aún mas_ rodo los ojos.
Su expresión me hizo reir, esto hizo que me observara divertido.
_Me alegra que mi desgracia te haga reir_
_Ay Damon, lo siento, es solo que, ¿no se te da muy bien congeniar con otros verdad?_ lo observé.
_Pues no lo se, estoy aquí contigo y aun no te he hecho enojar, supongo que eso demuestra que no soy tan malo como parece_ levanto una ceja.
_Es cierto, me caes bien. A mi tampoco se me da mucho eso de ser simpática con todos. Además, soy hija única, asi que no estoy acostumbrada a soportar a mas personas_
Comence a notar que el sol estaba poniendose. Era hora de volver a mi casa.
_Bien, creo que ya debo irme, fue un placer conocerte Damon_ le sonreí y me voltee para irme.
_Haremos una fiesta aquí el sabado, tal vez te guste...si quieres venir_
_Eso me agrada...nos vemos el sabado entonces_

Una vez que lo perdí de vista corrí lo mas rápido que pude hacia mi casa. Revisé que no hubiera nadie cerca y de un salto estaba de nuevo en mi cuarto. Al parecer nadie había notado mi ausencia.
Apagué la música y me senté en mi cama observando el sol ponerse con una sonrisa.
Al fin y al cabo el mundo no era tan malo como mi padre me había dicho.
Me quede pensando en Damon y en su invitación, ya quería que sea sabado para huir de nuevo.
Al cabo de unos minutos escucho que alguien golpea la puerta.
_¿Bebé? ¿Puedo entrar?_ era mi padre.
Le abrí la puerta con cara de pocos amigos, aun seguía molesta con él.
_No me veas asi, lo siento cariño, realmente olvide que tenia todo ese trabajo por hacer, prometo no fallarte la próxima_
Lo observaba en silencio... podía notar que estaba arrepentido, pero siempre era igual con él. Se olvidaba de mi y luego venía a disculparse sobornandome con algo diferente cada vez.
_Hagamos algo, ¿qué te parece si pasamos una noche de padre e hija?, solo tú y yo. Pedimos pizza, dulces y nos encerramos en mi habitación a ver películas_ me observaba.
Suspire muy profundo antes de hablar.
_Me basta con que cumplas tu promesa de llevarme a conocer el bosque el martes próximo. Ya no soy una niña, y no vas a convencerme con obsequios tontos_
Me observó algo incredulo..
_Esta bien, lo prometo, juro que esta vez no te fallaré_ puso una mano en su corazón.
_Gracias_
Después de eso cerre la puerta y lo deje ahí.

En el living...

_Parece que a alguien ya no le funcionan los trucos_ Rebecca observaba divertida a Klaus que estaba tirado en un sillón tomando whisky.
_No estoy de humor para tus juegos Rebecca_ la observó con mala cara.
_Mi querido hermano, te lo advertimos, Charlotte esta creciendo, ya no es la pequeña a la que convencias con regalos, ella quiere que la dejes libre y lo conseguirá de alguna manera_ se sentó junto a él.
_Para que eso pase Katherine debe estar muerta, de lo contrario no saldrá de aquí. La castigaré durante toda la eternidad si es necesario_ bebió de su vaso.
_¿Y cuanto crees que ella aguantará tus caprichos? Debes decirle la verdad, si no lo haces la perderás para siempre Niklaus_ se levantó y se fue.

Klaus se quedo pensativo en el sillón, sabia que su hija no seguiría aguantando el estar encerrada mucho mas. Pero ¿que debía hacer?
Ponerla en peligro no era una opción.