Capítulo 60

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Moví la cabeza sonriendo mientras sacaba mi ropa de la maleta, me puse la interior y encima un sencillo vestido beige de tirantes que me llegaba a la rodilla, unas sandalias del mismo color y después cepillé mi cabello, empezaba a maquillarme cuando Poché salió del baño y se me quedó viendo.

Calle: ¿Qué?, ¿hoy tampoco podía usar un vestido de este color?
Poché: No es eso, levántate por favor – dijo extendiéndome sus manos, yo las tomé y me levanté mirándola extrañada, me hizo darme una vuelta – wow, te ves hermosa.
Calle: Pero, aún no me maquillo.
Poché: No lo necesitas, ya eres hermosa.
Calle: Aduladora.
Poché: Encantadora.
Calle: Ya date prisa, anda.

Me dio un beso en los labios y empezó a vestirse mientras me explicaba las instrucciones para la canción. Yo estaba muy nerviosa por eso, no sé cómo pude aceptar, empecé a hacer respiraciones con los ojos cerrados y Poché me abrazó por la cintura y me aseguró que todo saldría bien, abrí los ojos y fue mi turno de asombrarme, Poché se veía bellísima, con un pantalón y una blusa blanca que hacían resaltar sus hermosos ojos de color, notó la expresión en mi rostro y me sonrió para luego darme un pequeño beso en los labios, entrelazó mi mano y bajamos.

Atravesamos un gran salón en el que había varias personas corriendo de un lado a otro arreglando unas mesas y unas sillas, salimos a la enorme terraza que ya estaba prácticamente lista para la boda, había un pasillo en medio de una cantidad considerable de sillas y una chica le estaba dando unas indicaciones a Valentina, supuse que era la organizadora. Había otras parejas además de la familia y cuando Valentina se desocupó me los presento, eran el padrino, las damas y sus respectivos novios, así como los papás de Nico y Luisa. El sacerdote llegó y nos acomodamos en nuestros lugares para ver el ensayo que dio inicio, tanto Valentina como Nico tenían ropa de color durazno. Sus votos fueron muy conmovedores y en cuanto terminó pasamos al salón.

Sólo había dos mesas preparadas y en ese momento me invadieron los nervios y me mordí el labio inferior. En una nos sentamos la familia y en la otra las amigas de Valentina, y nos sirvieron la cena. Alejo estuvo bromeando casi todo el tiempo y acariciando las mejillas de Luisa que sólo se reía por las ocurrencias de su marido. Valentina y Nico derramaban miel y casi podría estar segura que no sabían de qué estábamos hablando. Marta y Juan Carlos estaban sonrientes mirando felices a sus hijos y yo entré en pánico cuando sentí la mano de Poché recorrer mi muslo por debajo de la mesa y la miré casi fulminándola, en cambio, ella me sonrió mientras me apretaba suavemente el muslo casi a la altura de la ingle y la miré aún más seria, pero contrariamente a lo que quería lograr, ella estaba de lo más divertida deslizando su mano por mi pierna hasta que afortunadamente el padrino dijo que era el turno de que hablara la madrina y entonces Poché tuvo que ponerse de pie, levantó la mano y en ese momento entraron cuatro personas con un piano.

Poché: Bueno, como la verdad no soy muy buena para los discursos y como sólo tengo el oficial, hoy haré algo diferente – anunció y fue a sentarse frente al piano y probó el micrófono – pero, para esto necesito la ayuda de la señorita Calle, mi hermosa novia, por cierto, un aplauso, por favor.

Yo sentí que me ardían las mejillas por el intenso rubor que había en ellas mientras todos los presentes aplaudían y yo me ponía de pie mucho más nerviosa que en un principio y camine hacia ella que me esperaba con una gran sonrisa, me senté a su lado y puso la hoja con la letra de la canción sobre el piano.

Poché: Esta canción es dedicada a los novios, espero que les guste, creo que refleja lo que siente cada uno por el otro – empezó a tocar y en la nota precisa comenzó a cantar.

Poché:
Tu manera de amar me domina, con tus besos me has hecho feliz,
y es que tú llenas toda mi vida y contigo la quiero vivir.

Calle:
Si no estás ciento que algo me pasa, me atormento y no quiero salir
yo prefiero quedarme en mi casa por si llamas me encuentres aquí.

Juntas:

Contigo sí, yo voy a donde vayas, yo sé que no me fallas,
lo puedo presentir. Contigo sí, mi vida es diferente,
disfruto plenamente estar cerca de tí. Que te quiero me lo dicta el alma
y es que el alma no sabe mentir. Contigo sí,
yo voy a donde quieras, no temo que me hieras,
contigo hasta morir.
Poché:
Si no estás ciento que algo me pasa, me atormento y no quiero salir
yo prefiero quedarme en mi casa por si llamas me encuentres aquí.
Calle:
Sabes como aliviar mi tristeza,
cuando me haces promesas de amor, necesito que siempre lo sepas que contigo
me siento mejor.
Juntas:
Contigo sí, yo voy a donde vayas, yo sé que no me fallas,
lo puedo presentir. Contigo sí, mi vida es diferente,
disfruto plenamente estar cerca de tí. Que te quiero me lo dicta el alma
y es que el alma no sabe mentir. Contigo sí,
yo voy a donde quieras, no temo que me hieras,
contigo hasta morir…

Fuimos acercándonos mientras cantábamos y al terminar estábamos tan juntas que nuestras narices se rozaban, me olvidé de todo, sólo estaba concentrada en la letra de la canción y en su mirada fija en la mía, creo que hasta me había olvidado de respirar.

Poché: Junto a ti quiero estar el resto de mi vida – susurro en mi oído– soy capaz de cruzar el Atlántico nadando sólo para llegar a ti, estoy profunda y totalmente enamorada de ti, Calle– añadió y me quedé sin habla.

Los aplausos fueron los que me devolvieron a la realidad y sonreí recordando donde y con quienes estábamos. Poché me dio un dulce beso en los labios ante el grito de todos los presentes y nos levantamos y regresamos a la mesa.

Eres Mi Tentación🤤🔥|  TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora