Capítulo 83

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Narra Poché:

Abrí los ojos y Calle no estaba a mi lado, miré el reloj de la mesa de noche y marcaba las 8:35 de la mañana, era muy temprano para que se hubiera levantado en sábado, lo más extraño fue que no me despertó como acostumbra. Estaba a punto de levantarme cuando escuché que abría la puerta de la habitación y me hice la dormida. Sentí que se sentó a mi lado y acarició mi frente, después me dio un suave beso en los labios.

Calle: Feliz cumpleaños, mi amor, el desayuno está listo – susurró en mi oído.
Poché: Te levantaste temprano sólo para prepararme el desayunó? – pregunté abriendo los ojos finalmente.
Calle: Claro, es tu cumpleaños y me toca consentirte – respondió acariciando mi nariz con la suya.
Poché: Y qué preparaste?

Calle: Jugo, fruta y pan cakes.

Poché: Rico, pero a mí se me antoja otra cosa – dije acariciándole la mejilla.
Calle: Ah sí?, ¿puedo saber que se te antoja?
Poché: Algo más jugoso, dulce y delicioso – respondí tomándola de la cintura para subirla en mí y después me di una vuelta para quedar encima de ella – tú te me antojas.
Calle: Eres una golosa, ¿lo sabes? – exclamó con una risita.
Poché: Sí y tú eres mi golosina favorita.

Nos besamos apasionadamente mientras mis manos acariciaban sus senos por encima del pequeño camisón que traía puesto y frotaba mi sexo contra el suyo, deslicé mi boca por su mentón y luego me comí su cuello, deleitándome con su sabor y sus gemidos. Sentí como sus manos bajaban mi bóxer y yo hice lo mismo con su bikini. Froté su triángulo con mi miembro en tanto subía el camisón para disfrutar de sus senos, Calle se levantó para quitárselo y después me acarició la espalda al tiempo que nos besábamos nuevamente.

Entré en ella y se arqueó al sentirme, enterró sus uñas en mi espalda y yo lancé un quejido al sentirlas, comencé a moverme lentamente en tanto la miraba, ella me sonrió y acarició mis mejillas, enmarañó mi cabello y yo sonreí siguiendo con mis embestidas, sus manos bajaron a mis nalgas para impulsarme a profundizar más.

Calle: Te amo Poché– exclamó entre gemidos.
Poché: Yo te amo a ti – respondí con la voz entre cortada.
Calle: Sigue amándome Poché… así… como me gusta.
Poché: De verdad te gusta, Calle?
Calle: Me encanta… hazme tuya… no pares.
Poché: Eres mía… sólo mía, Calle– aseguré sobre sus labios.
Calle: Sí, sólo tuya… más Poché, más.

Aceleré la velocidad de mis movimientos, nos besamos una vez más, sincronizando los movimientos de nuestras lenguas y nuestros sexos, segundos después rompimos el beso y Calle hizo su cabeza hacia atrás, apretaba los músculos de su centro generando un roce más supremo con mi miembro, gemíamos sin parar, puse mi frente sobre la suya y me moví más rápido en tanto ella seguía empujando mis nalgas y gritamos al mismo tiempo a causa de alcanzar el orgasmo juntas.

Me dejé caer sobre su cuerpo, mientras nuestras respiraciones volvían a su ritmo, ella me acarició la cabeza y después me enderecé ligeramente para probar sus labios una vez más, luego de unos minutos nos separamos para tomar aire y finalmente salí de ella y me acosté a su lado. Tomó la charola que había dejado en la mesa de noche y yo me cubrí con la colcha para que la pusiera encima.
Calle: ¡Feliz Cumpleaños! – exclamó de nuevo.

Poché: El más feliz de todos, porque te tengo a ti, eres mi mejor regalo.
Calle: Tú también lo fuiste para mí el año pasado, por cierto, ¿cómo festejaste el tuyo hace un año?
Poché: Comí con mi familia y en la noche salí con Pau y unos amigos a un bar.
Calle: Esa noche… ¿no estuviste libre? – preguntó tomando un trozo de piña.
Poché: No, los cumpleaños son para pasarlos con las personas queridas.
Calle: Hay algunas excepciones, el mío lo pasé con una desconocida y después se convirtió en la persona más amada.
Poché: Calle, júrame que nunca olvidarás la noche en que nos conocimos.
Calle: Te lo juro, aunque no es necesario, la recuerdo constantemente, esa y todas las noches que hemos compartido juntas.
Poché: Tienes alguna favorita? – cuestioné curiosa.
Calle: Sí, varias, la de la playa encabeza la lista – respondió muy segura.
Poché: Y puedo saber cuáles son las demás?
Calle: Cuando comimos en el hotel, aún siendo desconocidas, la primera vez que te quedaste en mi departamento y cuando yo me quedé en el tuyo después de nuestro período de celibato, ¿y cuáles son tus favoritas?
Poché: Coincidimos casi en todas, yo agregaría la cocina y la noche que llovió, la primera que me quede a dormir contigo, aunque tú no te hayas
dado cuenta.

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