Capítulo 66

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Poché: Wow, voy a ser la envidia de toda la fiesta, te ves bellísima, amor.
Calle: Gracias – dije sonriéndole y dándome una vuelta, de pronto la triste historia vino a mi mente y la abracé con todas mis fuerzas y le acaricié la espalda – gracias por dejarme entrar en tu vida.
Poché: Las gracias debería de dártelas yo a ti, tú fuiste la que me llamó, ¿recuerdas?

Calle: Sí, pero… – me quedé callada, no sabía si era buena idea que ella supiera que Valentina me había contado sobre su primera novia – tú rompiste las reglas… ¿desde cuándo Poché?, necesito saberlo, por favor.
Poché: Casi desde el principio, ¿recuerdas la noche en que llovió? – Asentí con la cabeza – me quedé contigo hasta mucho después que amaneció, era mentira que no traía coche, si te lo dije fue porque no quería ilusionarte, yo misma no quería ilusionarme, estaba muy confundida y quizá rompí las reglas antes que tú.
Calle: Te amo Poché, creo que te amé desde el primer segundo que te vi.
Poché: Creo que yo también, eres la única mujer con la que hecho el amor y, si me lo preguntas, no sabría decirte exactamente cuando sentí esa diferencia, así que como veras, definitivamente la agradecida de que hayas entrado a mi vida soy yo – me beso tiernamente los labios – ahora tengo que cambiarme, nos toca recibir a los invitados.

Calle:¡Qué nervios!
Poché: Relájate, te ves preciosa, impresionarás a todos, ya verás.

Cuando vi el color de su blusa me quedé sorprendida, era azul, del mismo tono que mi vestido, cuando se lo hice notar me dijo que estábamos en sincronía y me guiñó un ojo. Bajamos y salimos a la terraza, ya había algunos invitados que platicaban con Alejo y Luisa. Más tarde Poché me presentó a algunos de sus tíos Austin, Mario y Marco, hermanos de Juan Carlos, muy serios ellos, por cierto.

A las seis en punto nos colocamos en nuestros respectivos lugares, todos los Garzón en primera fila, Pau y su hermano detrás de nosotros y del otro lado los papás de Nico. Calculé que serían unos 200 invitados. El sacerdote ya se encontraba en el altar y Nico también, visiblemente contento y nervioso. La melodía empezó a sonar y entraron las damas, con vestidos color lila y una cinta rosa en la cintura, cuando llegaron a su lugar Valentina hizo su aparición, del brazo de Juan Carlos, comenzaron a caminar por el pasillo, ambos con una gran sonrisa. Al llegar al altar, Juan Carlos entregó la mano de Valentina a Nico que la recibió gustoso y se pararon frente al padre que dio inicio a la ceremonia. Dijeron sus votos emocionados y después Poché y yo les colocamos el lazo. Al terminar, Valentina y Nico se dieron un dulce beso y después caminaron por el pasillo mientras les aventaban pétalos de margaritas.

Pasamos al salón, una pequeña banda de cuatro músicos amenizaba con melodías suaves, todos empezaron a tomar sus lugares, Valentina y Nico en la mesa de honor, uno de los músicos les pidió que pasaran a bailar su primera pieza como casados y todos les aplaudimos, Poché me tomó la mano por debajo de la mesa y me sonrió, estaba tan feliz por su hermana. Los músicos siguieron tocando, algunos se pararon a bailar y un par de horas después sirvieron la cena. En cuanto terminamos de comer, anunciaron que era momento de las palabras de la madrina y Poché se puso de pie.

– Buenas noches a todos, es para mí un gran honor dirigirme a ustedes, Valentina y Nico, es un poco difícil para mí ver a mi hermanita como toda una mujer casada, todavía la recuerdo brincando por toda la casa usando coletas y calcetas, pero el tiempo pasa y el amor tocó a su puerta y me da muchísimo gusto que haya sido de un chico ejemplar como lo es Nico, bienvenido a la familia. Bien, tenía preparado un largo discurso, pero lo olvide en la maleta, así que sólo les diré lo siguiente. --Tomó un respiro. - Amor es como encontrar un oasis en el desierto, hay muchos espejismos, pero sólo uno es el verdadero. Valentina, Nico mis mejores deseos para esta aventura que inician juntos, estoy segura que serán inmensamente felices y que formaran una preciosa familia, hermanita te adoro, cuñado, más te vale que te portes bien con ella, ¿vale? – Dijo con su típica sonrisa traviesa y levantó su copa – ¡Salud por los novios!

¡Salud!, exclamamos todos los presentes levantando nuestras copas y después bebimos el champagne. Poché me sonrió y me extendió su mano.

Poché: ¿Bailamos? – propuso amablemente.

Calle: No soy muy buena, pero si he hecho otras locuras por ti, ¿qué más da un simple baile? – respondí sonriendo y tomando su mano.

Eres Mi Tentación🤤🔥|  TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora