Capítulo 45

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“Por la tarde, salí a almorzar con Kim y le conté lo que había sucedido.”
Kim: Lo sabía Calle, no en vano ella lo tenía en un altar, era porque se estaban acostando.
Calle: Nunca lo sospeché, alguna vez sí pensé que estaba enamorada de él por la forma en que se expresaba pero no imaginé que tuvieran un amorío.
Kim: Las relaciones humanas son difíciles Calle, y los hombres son muy débiles, caen fácil ante el sexo, por eso ahora debes tener mucho más cuidado, veme a mí.
Calle: Y, por cierto, ¿cómo van las cosas?
Kim: Ya iniciamos los trámites del divorcio, mañana es la primera audiencia.
Calle: Entonces, ¿no hubo arreglo?

Kim: No Calle, nos hemos dado cuenta que nos casamos sin conocernos, cegados por el fuego de la pasión y aunque ese todavía está presente no es lo único que mantiene viva una relación, algún día se acabará y entonces, ¿qué nos quedará?, somos completamente distintos, no tenemos nada en común, así que no tiene caso seguir juntos.

En eso mi móvil sonó, lo tomé y era número restringido, no pude evitar que los latidos de mi corazón se dispararan al adivinar de quién se trataba.

Calle: Hola – respondí de lo más normal.
Poché: Vaya, hasta que me contestas, Calle, me tenías con el alma en un hilo, ¿sabes dónde estoy? – escuché su voz aterciopelada con un tono de preocupación.
Calle: No tengo la más remota idea, por la hora que es y considerando el cambio de horario, supongo que estarás alistándote para cenar.
Poché: Pues no corazón, estoy en el aeropuerto buscando un boleto para Nueva Jersey, no he sabido nada de ti en todo el fin de semana, no has contestado mis mails y no había podido comunicarme a tu teléfono , me tenías sumamente preocupada.

Calle: Poché, no tienes que hacer eso, tuve un fin de semana muy ocupado y tengo mucho trabajo en la oficina, no tienes por qué alarmarte.

Poché: Está bien, entiendo, discúlpame por ser tan aprensiva pero, no sé, tuve un extraño presentimiento el viernes, júrame que estás bien Calle, por favor.

Calle: Estoy bien, no tienes nada de qué preocuparte… por cierto, ya compré la webcam.

Poché: Esa es mi chica, está bien, me calmaré y me conectaré cuando allá sean las 10 de la noche, ¿vale?
Calle: Pero, Poché, allá serán las tres de la mañana, tienes que dormir.
Poché: No te preocupes por eso, de todas maneras aún no me adapto bien al cambio de horario.

Calle: Sigo pensando que estás loca.
Poché: Claro que lo estoy, pero por ti.
Calle: De verdad?

Poché: Y por qué lo dudas?, si no estuviera loca por ti no te escribiría todos los días ni estaría ahora a punto de regresar a Estados Unidos sólo para asegurarme que estás bien, debes tenerme confianza, corazón.

Calle: Lo sé – respondí con un suspiro.
Poché: En serio estás bien Amor?
Calle: Es mi idea o María José Garzón me acaba de decir Amor?-le dije con risa burlona
Calle: Y si, anda, ya ve a cenar, no es necesario que vengas.
Poché: Ja ja ja eres mi amor y mucho más que eso, y está bien, entonces nos vemos a esa hora, ¿sí?
Calle: Vale, hasta entonces- Le dije totalmente sonrojada.
Poché: Cuídate mucho corazón, por favor, te mando muchos besos.
Calle: Yo también, adiós.

“Llegué a casa y cené mientras veía la televisión, no me quise cambiar de ropa porque vería a Poché por la webcam, lo cual me tenía nerviosa. La conecté y verifiqué que sirviera, me tomé una foto y la puse en el Messenger. A las diez en punto ella se conectó y de inmediato me escribió hola y me mandó la invitación para la video llamada, sonreí y la acepté.

Poché: Hola mi preciosa ¿cómo estás? – preguntó en cuanto nos vimos.
Calle: Bien, ¿y tú? – respondí saludándola con la mano.
Poché: Feliz de verte, aunque me gustaría más estar contigo
Calle: En serio no tienes sueño?
Poché: No, por supuesto que no, tú me lo quitas, me haces falta, ¿ya te lo había dicho?
Calle: Sí, en cada correo electrónico que me escribes – respondí y puse mi mano en la pantalla del notebook y ella hizo lo mismo – ¿qué es lo que más extrañas de mí?
Poché: ¿Por dónde empezar?, tu sonrisa, tus ojos, el aroma de tu cabello, tus besos, tus caricias, tu sensualidad, el calor de tu cuerpo, tus manos en mi espalda, tu respiración errática, tu forma de perder el control – se quedó en silencio y una sonrisa traviesa escapó de sus labios – ¿qué tal si jugamos un poquito Calle?
Calle: Jugar?, ¿a qué? – pregunté haciéndome la tonta porque bien sabía a qué se refería.
Poché: A que estamos juntas y vamos haciendo lo que nos digamos, tú sabes, cositas que nos haríamos la una a la otra – respondió y me guiñó el ojo lamiéndose los labios.
Calle: Está bien, pero tú empiezas y yo te sigo, ¿sí?

Eres Mi Tentación🤤🔥|  TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora