—¿Cómo estas Kookie? —preguntó él chico de la cafetería del cual no conocía su nombre.
—Ahora que te veo me siento mucho mejor. —respondí con una sonrisa que hacía lucir mis bonitos y tiernos dientes de conejo.
—Me alegra escucharte decir eso. —respondió mientras se retiraba el delantal verde que era parte de su uniforme.
Sentí mis mejillas calentarse cuando salió de la barra y caminó hacía mí; todo en el era perfecto, su caminar, sus labios, su cabello y los bonitos lunares que adornaban su cara. Tomó mis manos muy suavemente, su tacto es tan suave y delicado que me han dado ganas de llorar de la emoción, ¿Cómo puede un gesto tan simple revivir un jardín marchito en cuestión de segundos?.
—jungkook.
Sus labios susurraron mi nombre de una manera tan perfecta que agradecí a mi madre por haberme nombrado así. Sus manos me tomaron de la cintura para que así nuestros cuerpos se fundieran en un cálido abrazo; todas estas emociones son nuevas para mi, su calor derretía suavemente mi corazón haciendo que este latiera desenfrenado de la felicidad por sentir por primera vez lo que es el amor.
De pronto mis piernas comenzaron a tambalearse y a consecuencia de ello perdí el equilibrio, el sintió como me tambaleaba de un lado a otro así que me abrazó con más fuerza para que no pudiera caer en el abismo que se había formado en el suelo. Estaba lleno de rosales con espinas que se extendían hacía mi, una de las ramas se enredo en mi pierna intentado llevarme al frío y obscuro abismo, el miedo se apoderó de mi y yo me aferre a el con fuerza, entonces, el cortó la rama y me cargo en sus brazos, dándome la seguridad que necesitaba en esos momentos, las ramas regresaban de donde habían salido marchitándose en el proceso.
Sus labios comenzaron a acechar los mios buscando el momento perfecto para besarlo pero no fue así, comenzó a reírse de mi, me guió hasta el abismo donde me dejó caer a lo más profundo de este, las ramas volvieron a llenarse de espinas y rosas que se envolvieron en todo mi cuerpo haciéndome sangrar cada ves más a medida que caía.
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Jungkook despertó con la respiración agitada y el corazón acelerado, llevó su mano hasta su frente y pudo notar que estaba sudando, un suspiró de alivió escapo de sus labios aún que no duro mucho su tranquilidad.
Por que la verdadera pesadilla apenas comenzaba.
El sol ya comenzaba a asomarse así que Taemin no tardaría en regresar para ponerlo a trabajar. Intento levantarse pero sus piernas fallaron nuevamente, había olvidado que una de las cosas que ya no le servían eran las piernas. En su forma canina le fue mas "fácil" moverse por la habitación. Justo cuando por fin había llegado hasta la puerta Taemin entra y por ende arrastra a Jungkook con la puerta quien solo chilló al sentir su cuerpo ser lastimado por la fuerza que Taemin usó para abrir la puerta.
—Ah, eras tú. —dijo sin mucho interés. —¿Ya puedes caminar?
Jungkook regresó a su forma humana.
—No, supongo que ya no podre caminar nunca. —respondió con ganas de llorar.
—No llores, eso no hará que tus piernas sirvan. —dijo molesto. —Pero no te preocupes, trabajaras en un motel a partir de hoy.
Jungkook sintió una arcada, de solo imaginar la cantidad de gente que han tenido relaciones allí dentro y que ahora le tocaría estar en una de esas camas que seguro estarían aún con restos de fluidos y otras porquerías que ya no quería imaginar le daba realmente mucho asco, ya se había acostumbrado al tipo de personas que le pagaban a Taemin por rentarlo, así que eso era lo de menos para el y aún que sonara mal era la verdad.
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❝𝐃𝐎𝐆𝐆𝐘❞ ➻ 𝐇𝐎𝐏𝐄𝐆𝐀
Fanfiction𝐷𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒́𝑠 𝑑𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑡𝑎𝑟 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝑒𝑠𝑝𝑙𝑒𝑛𝑑𝑖𝑑𝑜 𝑠𝑢𝑒𝑛̃𝑜, 𝑠𝑢 𝑣𝑖𝑑𝑎 𝑠𝑒 𝑡𝑜𝑟𝑛𝑎𝑟𝑖́𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑙𝑒𝑡𝑎 𝑝𝑒𝑠𝑎𝑑𝑖𝑙𝑙𝑎 𝑎𝑙 𝑛𝑜𝑡𝑎𝑟 𝑢𝑛 𝑡𝑖𝑏𝑖𝑜 𝑐𝑢𝑒𝑟𝑝𝑜 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒𝑙𝑎𝑧𝑎𝑑𝑜 𝑎𝑙 𝑠𝑢𝑦𝑜 𝑦...