8.- Marcas permanentes

46 11 1
                                        

 Escucho los pasos, lejos. Parece que vienen en esta dirección pero no hacia nosotros. Creo que alguien está dando un paseo matutino. Me doy la vuelta y como puedo hacerlo sin que me den un codazo o una patada se que Zachelle no está aquí y eso ya es extraño porque casi nunca despierta antes que yo y mucho menos se mueve sin despertarme. Los pasos se alejan sin acercarse. Me levanto, ya no siento ese presentimiento que no me dejo tranquilo ayer.

¿A dónde fue Zachelle ahora? No hablamos mucho después de que aceptara estar conmigo, Zachelle estaba sorprendido y yo exhausto después del día que solo queríamos dormir. Había esperado que estuviera aquí aunque no me hace sentir mal tampoco. Debo hablar con Vahard también sobre cuando puedo regresar a ayudar a la cocina, no hacer nada ya es demasiado para lo que paso si el otro sujeto ya está de pie.

— ¿No has visto a...?

— Rahn ¿Qué paso anoche? Todos pensaron que ibas a golpear ahora a Zachelle. Pero esta mañana estaba normal.

— ¿Por qué iba a golpearle? Justo iba a preguntarte por él ¿Sabes donde esta?

— dime tu porque golpeas a las personas, y estaba con Vahard hace unos momentos, supervisando la instalación de los que llegaron ayer.

— entonces voy para allá— el lugar está al otro extremo, un área en la que apenas están talando árboles para crear más espacio y poder instalar mas carpas o casas de madera por ese lugar. Tengo que atravesar casi todo el campamento para llegar, cada vez esta más grande y no creo que sirva mucho para ocultarnos más tiempo. Ya hay personas en el campo para entrenar y aunque no hay sol comienza a hacer calor, ¿Qué se hace aquí cuando llueve? Nunca he preguntado ¿Cómo cubren los techos de las carpas de tela? ¿Y las fogatas? La madera se humedecerá y no hará fuego.

— ¡Rahn!

— ¿Qué?

— Ayúdame a llevar esto— Una de las chicas de la cocina carga un montón de madera. Estiro los brazos y deja caer todo. Se sacude y comienza a caminar. La cocina es el único lugar donde hay actividad desde muy temprano, a veces desde antes de que salga el sol y aunque hay mucho ruido puedo soportarlo porque me entretiene estar haciendo algo con cuidado, como cortar vegetales o supervisar que no se queme la comida.

— vaya, ¿Qué tenemos aquí? ¿Te ocultas otra vez?

— Ella me pidió ayuda— sigo de largo hasta el lugar donde ponemos la madera— solo dejare esto y me voy.

— no, no. Hable con Vahard más temprano, puedes volver. Ya no estás bajo sanción.

— oh, entonces me quedare a ayudarles ¿Qué hace falta?— por respuesta ponen un cuenco con hongos para cortar. Suspiro. Cortar hongos es lo más aburrido que puedo hacer aquí, son interminables y creo que estas mujeres también me están castigando a su manera por haber peleado, ni hablar entre más rápido comience mejor.

— ¿No piensas pelear otra vez? Zachelle suele ser un poco molesto pero no lo hace con mala intención.

— ¿Ah?

— He escuchado que ahora pelearas con Zachelle— este lugar es tan pequeño que las habladurías como esa llegan a todos.

— solo he golpeado a ese sujeto y porque se lo merecía, no tengo porque golpear a nadie más, y mucho menos si es solo porque no sabe mantener la boca cerrada— ¿ahora soy el malo de este lugar? No me molestaría de no ser porque ese maldito ahora es una víctima— No te diré porque le golpee. Si quieres saberlo deberías preguntárselo a él— si alguien se va a complicar la vida dando explicaciones no seré yo.

— ¡Rahn!— escuchar esa voz hace que algo cálido se remueva en mí. Me encuentro mirando entre las personas hasta que de pronto le veo casi frente a mí, inclinado sobre el espacio donde cortamos la comida— te me has adelantado, te buscaba para decirte que puedes regresar.

RE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora