23.- Rosa pastel

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Todo parece normal en el desayuno. Nadie me ha dicho nada ni me mira extraño. Kristell se fue anoche y no ha venido, no sé si vendrá hoy y temo preguntar porque no tengo una escusa para preguntar por ella, además si ella escucho o no me hará parecer más extraño si le pregunto porque quizá ella pensó que se trataba de una broma.

Lo que hice fue quedarme despierto viendo los dibujos de Everett, realmente no los entiendo mucho pero es muy entretenido ver cómo fue cambiando su forma de dibujar con el tiempo. Me preocupa ver escenas demasiado violentas para un niño, pero no soy nadie para juzgar lo que veía en la televisión o las historias que le leían de pequeño.

— Decidiste volver entonces— me toma unos momentos darme cuenta de que me están hablando a mí.

— sí, me iré tanto si me lo permiten como si no— que no deberían negármelo, no soy menor de edad pero usar la carta de "Puedo hacer lo que quiera" justo ahora me haría sonar muy malagradecido.

— nadie te está negando irte. Hablamos anoche, y si es lo que quieres entonces debiste decirlo antes y decirnos dónde estabas...— Mi papá habla con calma, aun luce cansado— ¿quieres que te visitemos?— mi mamá refunfuña algo, no está de acuerdo con pedirme permiso para visitarme. No sé si quiero que vayan o no.

— no estoy seguro ¿intentaran convencerme de volver? ¿No estarán todo el tiempo allá? tengo trabajo y estoy intentando conseguir otro.

— eso es bueno, también aceptar ayuda de tu familia.

— eh...

— Si no quieres trabajar en la empresa familiar está bien, pero al menos acepta algo de ayuda— ahora si todos me miran. No es lo que yo esperaba pero sí que estoy mucho más feliz de resolver esto.

— bien, pero dejen que lo intente al menos. Un mes... si no consigo nada en ese tiempo entonces aceptare que me ayuden.

— es aceptable.

— Y... si van a visitarme me gustaría que me llamaran antes.

— solo si vienes de vez en cuando algún fin de semana.

— Hecho— solo queda el problema con Audrey. No sé si llamarla o esperar o qué demonios hacer. Termino de desayunar, pensando en Audrey y en Kristell. Esta conversación con mi familia, que debí haber tenido hace mucho tiempo, me hizo darme cuenta de que las cosas no son como yo había pensado. Si lo pienso bien, Scott siempre ha hecho lo que ha querido y a mí me ha tocado escuchar los regaños y las críticas a escondidas que de vez en cuando hacían mis padres de su comportamiento. Yo solo he intentado no seguir el mismo camino... o lo intente hasta que pude.

Aún tengo que conseguirme el boleto para regresar, así que investigo por internet las horas de salida de los autobuses, quiero ver a Everett y si llego muy tarde no me atreveré a llamarle para que vaya por mí.

— Laith, sobre...

— ¿vas a regresar hoy?

— Creo que me quedare unos días más— alzo la vista rápido, suponía que ella se querría quedar más tiempo y no me sorprende eso.

— ¿está mal que quiera irme tan pronto? No he visto a mi familia en un tiempo y ahora... debo parecer una mala persona.

— no creo que tus padres piensen eso, además tu padre no está convaleciente ni necesita cuidados especiales, tienes un trabajo ahora y... te lo estás tomando en serio. Están felices de que al fin te tomes algo en serio.

— siempre parece que no lo hago ¿verdad?— tal vez por eso Everett sigue inseguro aun cuando le he dicho que no piense mucho sobre porque salimos. Él me gusta, solo eso. Me lo tomo en serio aunque pueda parecer que no— entonces me voy a las cinco.

RE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora