10.-El camino a las estrellas

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Me quedo de pie ante la celda de Vanna, intentando ver en ella a la niña que conocí. Verla ahora es como salir del cuento donde estaba viviendo, es la única prueba que tengo del tiempo que he pasado aquí. Ya no es la niña que se ocultaba detrás de mi cada que hablaban de salir, y aunque siempre tuvo el carácter para defenderme cuando yo no lo hacía ahora me mira con algo que ya no reconozco.

— ¿De verdad eres Rahn?— creo que a ella le pasa lo mismo conmigo— nos dijeron que habías muerto. Te vieron entrar al bosque con alguien más... Nos aseguraron que eras un traidor y que huiste. No les creí, tú no podías ser ese de quien hablaban. Pero aquí estas, en una ciudad que trabaja para la fortaleza. En una ciudad de traidores.

— No soy un traidor. Lo que paso esa noche no fue culpa mía.

— ¿Entonces porque te fuiste? ¿Porque me hiciste creer que habías muerto?

— Yo no hice creer nada. Escape porque comenzaron a decir que yo era un espía para los rebeldes, que era mi culpa que los prisioneros escaparan ¿Qué más podía hacer? no me creerían a menos que encontraran al culpable real. Me torturarían hasta que confesara algo que no hice y me enviarían a una prisión. Me perseguían— Recordar es anoche me acelera el pulso y me corta la respiración. Es como si estuviera corriendo otra vez, con los gritos de los Sentinellas y el frio de la noche.

Vanna sigue mirándome a través de las rejas, con esa mirada fiera que nunca le había visto, era mi amiga y no sé que buscaba al venir aquí. Nunca busco lo mismo que yo, ella siempre estuvo bien con la vida que le habían impuesto en cambio para mí no era suficiente, vivía sin vivir en ese lugar, solo resignado a terminar mi vida de la misma manera.

— Pudiste habérmelo dicho a mí— su tono es triste al igual que la mirada que me da, aunque solo dura unos momentos.

— No sabía que había pasado con ustedes. Intente buscarles, pero yo no iba a entrar a la ciudad otra vez— demasiado peligroso cuando me estaban buscando por traición. Que me encontraran vagando por la ciudad solo me llevaría a la muerte— No te encontré.

— ¡Esa no es escusa, Rahn!— Pega un brinco desde la banca a la reja que impide que me toque. Su rostro queda más cerca de mí— Estas aquí, con ellos ¿Por qué nunca enviaste un mensaje? ¿Por qué nunca dijiste lo que viste para pedir perdón y que te dejaran volver?— ¿Qué? Eso...— Así que no me digas que lo hiciste todo— Retrocedo, siento mi cuerpo helado. Nunca se me ocurrió hacer tal cosa, ¿Cómo iba a traicionar a las personas que me habían salvado? ¿Qué me ofrecían una vida que solo había imaginado hasta entonces? me dieron lo que yo quería.

— No lo entenderías. Tu no estuviste esa noche, no viste como mataron a Chaelene, como tuve que escapar y como me ayudaron. No lo sabes.

— ¿Qué te han ofrecido ellos que no tuvieras en casa?— sisea.

— ¿Que me podrían dar ustedes que no tenga aquí? lo único que lamentaba hasta ahora era no haberte visto antes de irme, no haberme despedido de ti esa noche. Me hubiera gustado vernos en otros tiempos, adiós Vanna— Me doy la vuelta, ella no me dice nada. Zachelle ya está esperando en la puerta, no me sonríe pero extiende la mano hacia mí. La tomo sin dudar. Afuera sigue oscuro. Me limito a seguirle mientras se despide de los guardias— Zachelle.

— ¿Qué?— Responde rápido, como si le hubiera sorprendido mi voz.

— Deberías decirle a Vahard que tenga cuidado con lo que decida, es extraño que se hayan dejado capturar.

— Se lo diré— No me suelta, ni parece que tenga intenciones de irse pronto. Volvemos a la casa, parece que ha pasado mucho tiempo desde que salimos pero solo ha sido un momento, no he tardado tanto como pensé— Sigues sin ser de muchas palabras ¿eh?

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