5.- La sinfonía de luz y oscuridad

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El cielo esta gris cuando escucho los pasos acercándose. Abro los ojos con pereza pero apenas los puedo mantener abiertos: la celebración se extendió hasta muy entrada la mañana, y aunque yo me fui cuando aún no era tarde, los ruidos no me dejaron dormir. Solo espero que sea alguien perdido y que no vengan aquí, en especial que no sea Zachelle porque es muy temprano para escuchar tanto parloteo sin sentido. Él también se fue cuando yo me retire, y creo que no volvió a la celebración.

Que no se detenga, que no se detenga. Sigue caminando, solo sigue caminando.

Los pasos se detienen, solo es una persona. Le escucho aclararse la garganta.

— Rahn ¿podemos hablar?— es Vahard. Esperaba que me mandara a llamar o que viniera en al mediodía, no justo al amanecer después de una celebración que termino hace un rato, y sin duda tampoco esperaba que viniera tan pronto.

— Dame un momento— murmuro. Logro sentarme, ya me acostumbre al tamaño de este lugar y me arrastro un poco para alcanzar la entrada— ¿Qué quieres?— Vahard está de pie frente a mí, no me gusta sentirme tan pequeño, así que me pongo de pie también.

— ¿Has pensado en que quieres hacer?

— Zachelle me dijo lo que quieres ofrecerme— es mejor ir al punto. Vahard suspira y niega con la cabeza.

— Ese chico no puede guardarse nada— más bien se guarda demasiado— ¿Qué piensas? No estarías en peligro ni lucharías y harías una gran contribución.

— no hablo mucho. Y tampoco conozco los refugios que mencionan, para mí es como si no existieran y solo fuera una promesa vacía— he pensado que si ese lugar no me gusta no tendría a donde más ir. Vahard sonríe.

— bien, iremos a uno de los refugios. Tenemos una reunión con alguien importante, podrás ver que es lo que quiero que hagas. Salimos al medio día— se va, aun escucho el ruido de sus pasos cuando Zachelle aparece por el otro extremo saltando sobre un arbusto.

— Te lo dije— es lo primero que me dice. Su cabello aun esta revuelto y no lo lleva sujeto, por lo que da la impresión más que nunca de que es una chica— los refugios existen y no se vive tan mal. Estoy seguro de que te gustara.

— no parece que te agrade la idea.

— es tu imaginación ¿sabes que es lo mejor de los refugios? No tienes que preparar nada para marchar.

— no entiendo ¿Por qué yo? no hablo mucho, para ser alguien que va a convencer a otros de unirse, tampoco estoy muy convencido— Zachelle sonríe

— a veces solo necesitas escuchar, y da la casualidad que tu escuchas muy bien. Acompaña a Vahard y sabrás mejor lo que podrías hacer. Solo prométeme algo— claro, prometer algo a un tipo que conocí hace poco. Vuelve a reírse— no es difícil, solo si decides quedarte en el refugio te agradecería que vineras a decírmelo.

— ¿ah?

— no iré con ustedes hoy, si te vas a quedar entonces solo ven y dímelo.

— ¿Por qué?

— me gusta despedirme de mis amigos. Ah, aún tengo que terminar los reportes de la salida, nos vemos luego— me siento incómodo con sus palabras ¿amigo? No he pensado en Zachelle como un amigo. Casi no tuve amigos en Melauth.

Como aún queda tiempo para el medio día, voy al comedor para ver si ya está el desayuno aunque no creo que haya muchos levantados ahora mismo. El campamento se ve vacío y no hay muchos ruidos así que me permito respirar con tranquilidad. El comedor está vacío como había pensado ni siquiera están las mujeres que siempre están aquí. Que mal, no conozco la forma en que racionan la comida ¿puedo tomar yo algo sin decirle a los demás o tengo que darle alguna nota a ellas? Me paseo por las zonas donde cocinan, buscando algo que me dé una pista. Ahora sí que me vendría bien tener al sabelotodo de Zachelle por aquí. No se cocinar tampoco, no se ven sobras de la comida de ayer. Estoy por tomar un par de manzanas cuando escucho la puerta abrirse.

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