30.- Coral

16 7 1
                                    

Aun no me siento cómodo en la tienda esotérica aunque ya he estado muchas veces antes. Everett me pidió que esperara aquí, y aun no ha llegado. Hay más personas aquí, y algunas se ven muy cómodas leyendo en sus teléfonos o platicando entre ellas. La mayoría es... inusual y estoy luchando contra el impulso de mirarles descaradamente y saber que si lo hago será una falta de respeto.

— ¿no vas a tomar nada?

— Solo estoy esperando a Everett— Evelyn se ríe y arrastra la silla para sentarse.

— créeme, deberías tomar algo, conozco bien eso de esperar a Everett: no confíes mucho en él porque se distrae con mucha facilidad.

— oh, en ese caso ¿Qué me recomiendas?— ella hace una bomba con su chicle, mirando el tablero con el menú.

— El café es muy bueno, el té también ¿te gustan las cosas heladas?

— El café está bien, ha estado frio y de seguro iremos en la motocicleta— ha cambiado el color de las paredes, ahora es color blanco, con papel tapiz en forma de estrellas, lunas y figuras del zodiaco o eso es lo que yo veo. Aun están las cortinas de cristales y las estanterías de madera vieja con cosas extrañas que no me gusta mirar mucho. En las paredes se ven mejor los cuadros del tarot que Everett hizo.

— aquí esta.

— Gracias— pone otra taza y un plato con galletas y bollos.

— Estos están por expirar, así que cómelos, son gratis— tomo un bollo. Esta suave y tiene sabor a naranja.

— este lugar ¿siempre es así?

— ¿así como?

— pues...— no sé cómo explicarlo— extraño.

— Es una tienda esotérica, no esperes mucho— sonríe— pero antes era peor ¿sabes? Cuando vine la primera vez todo era oscuro y olía tanto a ese humo que me maree. No podía creer que Everett trabajara aquí. Pero Daphne ha ido arreglando, la cafetería es un buen toque aunque...

— ¿parece que harán una reunión de brujas aquí?— comento, bajando la voz para que los clientes, vestidos con ropas negras y mucho maquillaje también negro, no me escuchen— si, siento que saldré de aquí y la gente querrá lincharme— ella se suelta una carcajada.

— ¡Sí! también sentía eso cuando venia por Everett— Uff, es bueno saber que no soy el único que siente eso al estar aquí— pero con el tiempo te das cuenta que solo es una tienda mas. Incluso yo tengo una baraja de tarot, muy bonita.

— vaya.

— Además, Daphne es una buena persona— no conozco mucho a la dueña de la tienda, siempre que vengo está muy ocupada leyéndole la mano a las chicas que vienen a buscarla— ella hizo eso ¿no?— señala con el dedo mi muñeca, donde tengo el brazalete que me dio la dueña.

— sí.

— Ella nunca me dio miedo, no es de las brujas que dan miedo— sonrió, intentando no escupir mi café.

— ¿bruja? Entonces crees que ella es una bruja— aunque tiene razón en eso, a mí tampoco me dio miedo la mujer llena de collares y el cabello desgreñado.

— Solo sé que sabe cosas extrañas— eso suena tan misterioso. Otra chica entra, y Evelyn se levanta para atenderla. Ah, no tengo ningún mensaje de Everett aunque su hora de salida fue hace diez minutos, no ha pasado tanto tiempo— escuche que te mudaste con Everett.

— ah... si. La casa de mi tía ya no era un buen lugar. Comenzó a salir con alguien y no es nada cómodo vivir en su casa y que lo esté invitando cada poco tiempo. Ella no fue discreta cuando me hecho de la casa— otra carcajada, esta vez me hace reír— en serio, ni siquiera le importo que no tuviera donde quedarme.

RE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora