El camino en taxi hasta el hospital fue demasiado corto y largo a la vez. Estar en el lugar que conozco desde niño me hace sentir extraño. Aun es de madrugada, me siento cansando y la cabeza me duele desde hace un rato.
— ¿No responden?— le pregunto a irisa cuando cuelga el teléfono sin decir nada.
— No, pero creo que es porque no hay señal en el hospital. No creo que sea muy grave...— no se escucha convencida. El hospital es el único lugar abierto por la zona a esta hora. Irisa le paga al chofer y luego entramos, los dos fingiendo que estamos tranquilos. Dejo que ella pregunte en recepción, y mientras lo hace veo a mi mamá caminando con un vaso de café— ¿Laith?— camino por el pasillo hasta que la alcanzo.
— Mamá...— si no la abrazo es solo porque voy a derramarle el café.
— Laith— ella se las arregla abrazarme— regresaste, has regresado... ¿Dónde estuviste? ¿Estás bien?
— Eso no importa ¿Cómo esta papá? ¿Qué paso?
— él está bien... alguien estrello su auto con el de tu padre. Fue un accidente grave, muchos autos mas chocaron también y hay muchos heridos... se va a alegrar mucho de verte otra vez.
— ¿Pero él está bien entonces?
— Tiene una herida muy fea en la pierna y muchos golpes, le dejaran hasta mañana para observar si no hay algo mas pero los estudios que le hicieron fueron buenos.
— Ah...— se me aflojan las piernas— que bien— Irisa también suspira, sus manos en el pecho.
— lamento no haberles llamado, pero hay tanto papeleo y estudios que no me acorde de llamarles.
— No importa, no importa.
— Ahora no podemos pasar, pero mañana pueden verlo... ¿Quieren irse a casa? yo voy a quedarme aquí.
— Nos quedamos, ya falta poco para que amanezca y no vamos a dormir mucho si nos vamos. Además todavía tienen mucho de qué hablar ustedes dos. Iré a buscar algo para comer— Irisa me pasa sus cosas y solo se lleva su bolso. Mi mamá me sujeta del brazo y camino con ella hasta la zona de espera. Hay unas cuantas personas más en el lugar, todas medio dormidas.
— Hay habitaciones para las familias, pero están ocupadas, además solo nos vamos a quedar esta noche, hay personas aquí que se quedaran varios días. Estoy muy feliz de que no fuera grave, estaba muy asustada, perdona si hice que también te preocuparas.
— Está bien, también quería verlos— apenas digo eso me arrepiento.
— ¿Dónde estuviste? Nos preocupamos mucho cuando te fuiste, solo dejaste esa nota y luego llamaste para decir que estarías viviendo por tu cuenta.
— Bueno... solo quiero ser más independiente.
— ¿No te bastaba con lo que tenías en casa? podríamos haberte conseguido un lugar para que vivieras...
— Mamá, ese es el problema, quiero hacerlo por mí mismo. Conseguí un trabajo como modelo en una escuela de arte, pero estoy buscando uno donde pueda hacer lo que he estudiado. Me siento bien haciendo eso ¿Dónde está mi hermano?
— Fue a casa, vendrá mañana— Me abrazo a ella, sin hablar. Irisa regresa con una caja de donas y una bolsa con agua y sodas. Ella y mamá se ponen a hablar sobre lo que paso, se cuentan historias de otros accidentes que tuvieron cuando eran niñas y eso. Me reclino en la silla, me siento cansado ahora que ha pasado el miedo.
Nunca me gustaron los hospitales. Cuando tenía cinco años me enferme, no sabía que es lo que tenía, solo que no podía respirar bien y tenía que estar en el hospital con una máquina que me ayudaba a no morirme. Fue solo una semana la que tuve que pasar en el hospital, pero tenían que hacerme tantos estudios, que me daba miedo regresar incluso a las revisiones de rutina. Los enormes aparatos y que las agujas pincharan mis brazos me hacían llorar. Acudí al médico seguido debido a los problemas con el asma que tenía desde niño, pero no volví a quedarme en un hospital.
ESTÁS LEYENDO
RE-
RomansEn un mundo opresivo, donde todo lo que queda es resignarse, para Rahn el principal problema es el aburrimiento y su consuelo son sus pensamientos de libertad, el sueño de poder hacer lo que quiera sin recibir órdenes como ha hecho toda su vida. Su...