5.-Vals de estrellas.

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Me acostumbro muy rápido a la forma de vida que tienen en este lugar. A veces parece que la vida pasa muy lento por aquí y otras pasa tan rápido que apenas entiendo lo que paso. Mi nuevo puesto en la fortaleza represento que ahora podía entrar a las reuniones importantes que tenían Vahard y los demás líderes aunque nunca participe y más bien me aburría dentro de la carpa donde hablaban.

Comencé a trabajar en la cocina, lo que al inicio me acarreo algunas burlas que terminaron cuando le di un puñetazo en la cara a uno de los que se burlaba de mí, no le golpee por que se burló sino porque tiro un plato lleno de semillas que acababa de limpiar. Nadie volvió a decirme nada después de eso, e incluso comenzaron a tomar más en serio a las chicas que trabajan en la cocina.

— Pero no lo hizo con mala intención— Zachelle sigue riéndose mientras observa como cocinamos. La cocina está llena, y hay muchas personas hablando lo que genera un murmullo que al inicio era incómodo.

— Tampoco estaba siendo bueno— Vilia le dirige una sonrisita a Zachelle. Ahora casi golpeo a otro chico por tirar la comida sin haberla probado porque según él no estaba muy cocido.

— le daré solo carne cruda de ahora en adelante. Y tendrá que comerla— como siempre, no bromeo pero Zachelle se retuerce de la risa.

— que tú seas un animal que puede comerla no quiere decir que los demás podamos Rahn— me logra decir, secándose las lágrimas de los ojos. De cualquier manera no creo que Vilia me deje poner carne cruda a propósito en un plato— escuche que vas a salir pronto.

— ¿Por qué siempre preguntas cosas que ya sabes?

— solo quiero hablar un poco contigo ¿es malo? Las únicas veces que hablas es para reprenderme por todo— refunfuña— ya, como sea, apresúrate y dame comida— ¿Qué hice para tener a alguien como él siguiéndome? He visto que no hace lo mismo con los demás, al menos no con tanta insistencia como cuando estamos juntos ¿quizá porque nadie más conoce su secreto? Eso de lo que me entere sin querer y que no quería saber.

— tú sí que sabes cómo fastidiar a la gente.

— Admite que en fondo te agrado— no sé cómo responder a eso. No me desagrada cuando no está fastidiando, lo cual son pocas veces, pero las veces que no está por aquí me aburro mucho.

— Es penoso que seas el único amigo que tengo— Zachelle sonríe.

— Bueno, yo le agrado a todos— podría decirle que eso es una verdad a medias. Creo que hay alguna clase de maldición con nosotros porque después de esa primera vez que vi que terminaban con Zachelle, me ha tocado ver más ocasiones que sucede o si no lo veo él viene y me cuenta. Me he convertido en la persona que escucha sus penas de amor, aunque no quería, y por eso podría decirle que no es verdad que le agrada a todos o ya hubiera encontrado una pareja desde hace mucho tiempo. No se lo digo porque aunque no se ponga a llorar sé que le afecta más de lo que me dice.

— No te creas tan importante, Sahar y Vilia también son mis amigas.

— eres tan cruel, Rahn... pero te lo dejare pasar si me traes un recuerdo del lugar a donde vas— no pierde el tiempo para aprovechar cualquier ventaja.

Viaje, claro que lo hice y mucho y por fin pude cumplir uno de mis sueños que jamás creí que podría realizar. Melauth resulto ser una ciudad común y sin ningún atractivo a comparación de las ciudades de la tierra de las ventiscas, lugares como Arnar, Saevi o Svartia con sus palacios de hielo y de un blanco que me dejo cegado cuando llegue y tan lejos de aquí que me tomo muchos días llegar y eso que iba en un carruaje. Me di unos buenos golpes en el hielo al intentar andar sobre él. La gente que vi en esos lugares eran todos parecidos, con el mismo cabello amarillo y los ojos de color azul o verde. Casi todas sus habilidades consisten en hacer fuego o luz y vi a muy pocos usar habilidades para congelar.

RE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora