21- Plata

52 9 36
                                    

Las dos últimas semanas de clases siempre me han gustado, antes porque disfrutaba de saber que pronto podría irme a cualquier lugar que hubiéramos planeado, cuando comencé a dar clases por las expresiones de desesperación de los estudiantes. Mencionar las palabras "Entrega de trabajo final" genera muchas explosiones de emociones. En una facultad de otra carrera eso implicaría horas de trabajo pesado, escribir y desvelarse un poco para poder tener una nota aprobatoria, en la escuela de arte no es muy difícil poner una calificación aprobatoria cuando todos entregan y eso llevo a sugerir una exposición para la clausura del curso.

— ¡Pero aún quedan dos semanas!

— sí, pero los trabajos deben aprobarse primero para poder publicar la lista de los participantes, así que solo tienen una semana para presentar sus trabajos— escucho las quejas, ahora ya no en susurros. No queríamos dejarlo como una simple exposición, así que los mejores trabajos que se entreguen se presentan en la exposición: Bailes, teatro, pinturas y esculturas y para darles un incentivo invitamos a algunas personas importantes en el medio. Es un buen lugar para darse a conocer.

— Everett...- Laith me saluda desde la puerta.

— Entonces, espero sus trabajos— tomo mi mochila y salgo. Laith me sonríe cuando llego a la puerta— tengo la sensación que eras como esos chicos cuando se acercaba el fin de cursos.

— No, siempre fui organizado con la escuela. Estoy sorprendido de que seas tan malvado como profesor.

— no soy malvado, todos saben de la exposición al final, no es mi problema si dejan todo hasta la última semana ¿A dónde iremos? Dijiste que querías hacer algo hoy— él extiende la mano, le paso la mochila. Ya tenemos una rutina más o menos establecida cuando salimos, él toma mis cosas mientras conduzco la moto. Le pasó la mochila y una de los cascos que tome de la pizzería, uno de los pocos que no tiene logos ni estampas de comida.

— te iré guiando, solo ponme atención.

— Es difícil cuando intentas otras cosas además de sujetarte— él se suelta a reír— si me sigues haciendo cosquillas vamos a terminar en la calle aplastados por otro auto.

— es divertido. Me voy a comportar— dice y me besa antes de ponerse el casco. Desde hace un tiempo que no nos importa si nos ven besándonos o tomados de la mano en la escuela o en la calle. La escuela no tiene una política sobre relaciones entre profesores, y aunque lo tuviera Laith no es un profesor.

— Está bien, habla— las manos de Laith se aferran a mi estómago, me produce un cosquilleo que no tiene nada que ver con las cosquillas que me hace a propósito. ¿Sera posible haber reencarnado? No estoy seguro de creerlo del todo, pero eso solo es una excusa para sentirme normal, porque es lo único que puede responder lo que he visto, lo que cuento y como dijo Daphne, yo lo suponía desde hace un tiempo pero había cosas que no encajaban con lo que sabía. Me preocupa un poco perderme a mí mismo con esos recuerdos. Laith me hace dar un largo rodeo a la escuela, luego al centro comercial. Me pide que me detenga en una plaza comercial pequeña y me quedo esperándolo solo porque me pidió que no entrara.

— listo ahora podemos irnos.

— ¿A dónde?- Laith trae una bolsa oscura llena y parece pesada.

— Sigue derecho, te diré cuando dar vuelta— me sigue dando indicaciones, hasta que reconozco la zona a la que entramos. Bajo la velocidad y giro la cabeza para poder hablarle.

— ¿Vamos a tu casa? Podría llegar por mi cuenta si me lo hubieras dicho.

— Es una sorpresa, o lo era— vuelvo a aumentar la velocidad y me dirijo directo a la casa. El auto de su tía no está, así que vuelvo a dejar la moto en el mismo lugar que la vez pasada y sigo a Laith para entrar— mi tía no sabe que estarás aquí, no me dijo si iba a llegar o no pero...

RE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora