31.- Azul

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El taxi se mueve muy lento, el tráfico es pesado a esta hora y el calor es sofocante, se me pega la camisa a la piel cuando me nuevo. El atardecer es como los recuerdo, el cielo con tonos rojizos y un azul muy claro. Damos vuelta en la calle de mi casa y nos detenemos. Lo siento un poco irreal aunque viví aquí muchos años y he venido más frecuentemente este último año. Pago al chofer y arrastro mis cosas hasta el portón negro, aún tengo las llaves. El jardín es como lo recuerdo y solo ha cambiado el color de la casa.

— llegaste antes de lo que esperaba, le iba a pedir a Scott que fuera por ti.

— no necesito que vayan por mí, se cómo llegar.

— ¿Cómo esta Irisa? Creí que iba a... venir— ya está, es la hora de salir corriendo de aquí.

— Laith me invito para mostrarme algunas cosas, espero no sea problema. Soy Everett, Laith y yo somos compañeros de trabajo— ah, adiós a toda oportunidad de salir corriendo. Fue mi idea venir a casa con Everett, después más de un año viviendo juntos pensé que era el momento de que conociera a mi familia. Después de ir y venir varias veces espero que estar aquí junto a Everett ayude a que pueda decirles lo que les he ocultado... o ese era mi plan hasta que llegamos aquí y cualquier valor que he reunido se ha esfumado apenas entre a la casa. Mi mamá sonríe, aunque no puedo pensar más que eso.

— bienvenido, no se queden allí, deben estar cansados.

— Tiene un bonito jardín— Everett señala a las ventanas del jardín, al pasto muy verde y bien cortado y a los rosales que le gustan a mi mamá.

— gracias— si no conociera a Everett pensaría que solo está intentando quedar bien con mi mamá, pero sé que él realmente piensa que el jardín es bonito— aún falta para que esté lista la cena, pero hay café.

— mamá, vamos a dejar las cosas a la habitación— le hago una seña a Everett para que me siga.

—tu casa es muy grande.

— para mi es normal ¿será muy raro si no te llevo a la habitación de invitados?

— ¿tienen habitación de invitados?

— sí, pero como no la usamos, espero que no esté en condiciones para usarse. Me regañaran cuando me quede a solas con ellos por no decirles que ibas a venir— de cualquier modo no espero nada de sexo ni caricias mientras estamos aquí. Intente decírselo a Everett antes de venir, en un intento de dejar las cosas lo más claras posibles, pero él solo dijo que ya sabía que cualquier gesto de ese tipo es arriesgado. Y no estoy para este tipo de riesgos, añadí yo.

— puedo quedarme esta noche contigo y mañana arreglar la otra habitación. Aunque aún hay tiempo para ordenar todo, no es muy tarde— hago una mueca. En serio quiero que se quede conmigo, pero si no me atrevo a decirles... o peor aún, si me atrevo a decirles todo tendrá otro significado— no lo pienses tanto, solo es una habitación.

— Pero...— me he acostumbrado tanto a dormir en la misma cama, que creo no podré dormir a solas— bien, espero que la habitación sea un desastre entonces— Everett me sonríe. Mi habitación sigue como la he dejado las últimas veces, dejo que Everett le dé una mirada— me gusta más tu habitación.

— Conseguiste una— volteo para ver que señala, al escritorio donde hay pocas cosas.

— ah, sí. Descubrí que duermo mejor con esa encendida— la lámpara de luces, justo como las que tiene Everett. Él se queda mirándola, y luego abre la boca para decir algo justo cuando la puerta se abre, sin tocar.

— Encontré galletas, y traje jugo— ya sabía que estar aquí no sería fácil— Laith, la habitación de invitados esta lista, creímos que irisa vendría— adiós a cualquier intento de que pase la noche aquí. Suspiro.

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