Dᴇsᴛɪɴᴏ.

Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ Cɪɴᴄᴏ.

Es aburrido estar aquí. Aunque, debo admitir que es muy divertido ver fracasar a ese inútil Alfa.

—¡Maten a esa estúpida Omega!

Lo escucho gritar y gruño molesto. Una Omega intentó liberarme, que sorpresa para ella encontrar al Alfa detrás suyo.

No me importa estar aquí, ni siquiera me importan esas personas. Sé que no voy a morir, eso es algo imposible, pero me gustaría salir para ver a mi compañera, mi destinada. Debe ser muy hermosa.

Luego de aquel llamado de su parte, no volví a sentir nada más y eso me frustró tanto que terminé por matar a tres betas que se encargaban de mi cuidado. Debo relajarme o será muy problemático, no tengo ganas de lidiar con más consecuencias.

—¡Traigan a la otra!

Escucho nuevamente su voz y pongo mis ojos en blanco.
Otra vez lo mismo, este inútil Alfa quiere cruzarme con una hembra y así ganar más dinero.
Cree que soy una especie de híbrido antiguo y, durante estos tres años, ha traído a las hembras Omegas de distinta especie en celo.

Mantuve relaciones con ellas, pero no marqué a ninguna. Sólo mi compañera llevará mi marca.

Observo la puerta abrirse desde mi lugar en una gran roca y el aroma a Alfa llega a mi sensible nariz. Confundido, miro al vidrio donde sé que están observando y sonrío internamente.

Estos tontos, creen que soy un Omega.

He ocultado mi aroma todo este tiempo, así que no saben cual es mi género. Aunque deberían saberlo, mi postura y porte son dignas de un Alfa puro.
¿Debería liberar mi aroma? Si lo hago, todos sabrán que estoy de vuelta.

No, aún no quiero que sepan.

Mis pensamientos se cortan al ver entrar una pantera negra, una orgullosa Alfa. Sus ojos se dirigen a los míos y rápidamente retrocede unos pasos.

~Alfa.~ baja la cabeza y mantiene una postura sumisa.

Al fin puedo conversar con alguien cuerdo.
No me muevo de donde estoy y tampoco respondo. La observo fijamente hasta ver que se mueve de forma nerviosa.

Me levanto y camino alrededor de ella, olfateando y analizando su comportamiento.
Ya tiene a su compañera, su aroma está mezclado con uno más dulce y suave.

¿Qué debería hacer ahora?
Miro hacia los humanos y luego a la pantera.

~¿A cuántas tiene encerradas?~ vuelvo a mi lugar y suelto un bostezo.
Vamos a ver hasta donde llegamos.

~No lo sé, Alfa. Me capturaron y encerraron en una jaula individual.~ contesta con enojo.
Es una suerte que la trajeran a ella. Con las demás Omegas no podía hablar ya que estaban cegadas por el celo.
~Alfa, ¿qué hace aquí?~ pregunta curiosa y cuando la miro, ella baja la cabeza.

~Larga historia, pero dime, ¿cómo sabes de mí?~ me levanto y me acerco de nuevo.

~Desde cachorros nos cuentan las historias, lo reconocí de inmediato.~ contesta de forma orgullosa y levanta la cabeza. Sus ojos verdes brillan por la emoción y resoplo dejando salir una risa.

~Bien, niña. ¿Qué te parece si salimos de este lugar y vuelves con tu familia?~ digo y ella asiente varias veces.

~¿Ayudaremos a los demás?

~Sí, esta noche podrán irse.~ observo alrededor y sonrío al ver al inútil Alfa agarrarse la cabeza con enojo.

Me alejo hacia un lugar donde sé que no pueden verme. El ambiente artificial que crearon es enorme y puedo moverme con mucha facilidad.