Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ Dɪᴇᴄɪsᴇ́ɪs.

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—Mucho calor...— murmuro aún sin abrir los ojos. Trato de moverme, pero algo no me deja.

Oliver debe estar durmiendo sobre mí de nuevo y estoy sudando por el calor.
Abro los ojos para poder acomodarme y veo a mi hijo muy cómodo durmiendo sobre mi estómago.

Toco su frente para ver si sigue teniendo fiebre y al notar que no, suspiro aliviado. Me siento mientras alejo las mantas y observo a mi alrededor.
No estamos en casa.

¿Dónde estamos?

Los recuerdos de anoche inundan mi mente, haciendo que mi cabeza duela un poco.
Estamos en la casa de Dievs, en su habitación y las mantas tienen su aroma.

¿Será por eso que dormí tan bien?

Suspiro nuevamente y muevo a Oliver para poder levantarme.

—Tenemos que irnos.

Dievs prometió contarme todo, pero no está aquí. Eso es bueno, será más fácil huir.
Soy un cobarde. Sin embargo, no creo poder soportar que me diga que no me quiere.

Aguanté muchos rechazos por parte de Alfas y hasta de algunos Omegas, ni siquiera mis padres me quisieron.
¿Cómo podría soportar el de él?

Carl y Marta ven por nosotros gracias a Ana, ella les hizo prometer que nos cuidarían y ayudarían lo más que pudieran.
Ana fue la única que me trato con mucho amor y cariño, pero se que sólo buscaba en mí al hijo que nunca pudo tener.

Un sustituto.

Y Dievs, él es mi Alfa. Anoche estaba aterrado por lo que ví en aquel lugar, sin embargo, sus palabras lograron calmar y llenar de anhelos mi corazón.

~Eres mi pareja, Ethan. Te quiero y deseo que estés a mi lado, que lleves mi marca, que seas completamente mío para amar y adorar.


Mi gran deseo de conocer a mi pareja por fin se hace realidad, pero estoy tan asustado.

¿Qué debo hacer?

Quizás sólo fue una broma y él decidió irse antes para no verme.

—Mami.

Bajo la cabeza y encuentro a Oliver sentado, abrazando con fuerza su peluche.

—¿Qué sucede, Oli?— pregunto sentándome a su lado.

—Lloda, mami.— dice y pasa su pequeña mano por mi mejilla.

Sonrío por lo dicho, no me di cuenta que estaba llorando.
—Estoy bien, cariño. Vamos, es hora de irnos.

—Baño, mami— mueve sus piernas inquieto y me apresuro a levantarlo.
Miro la habitación y hay una puerta abierta que da al baño.

Luego de unos minutos estamos listos para irnos, no me importa estar en piyama.

—hambe...

—Está bien, Oli. Desayunaremos al llegar a casa.

Oliver comenzó a decir algunas palabras, aunque la "R" se le complica pronunciar.
Aun así, estoy feliz por ello. El médico dijo que lo lleve a revisión cuando comenzara a decir más palabras.

Lo llevaré en unos días.

—¿A dónde van?

Brinco por el susto y miro hacia la puerta con rapidez.
Dievs esta apoyado en el marco.
¿Qué hace aquí?

Dᴇsᴛɪɴᴏ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora