Podría mirar durante horas como las gotas caían de la llave del lavabo, escuchaba a lo lejos una canción de Tame Impala, me mire en el espejo y mis ojos estaban fuera de órbita, claramente irritados, me meci cuando escuche el coro de la canción; de un lado hacia el otro, se movió un poco el piso, un poquito.
Abro la llave y me mojo un poco la cara, la seque un poco, agregó labial, me pongo presentable y salgo de ahí.
La música me golpea a tope, hace más calor en los pasillos, por lo que de inmediato me siento sofocada, varias personas se encontraban apoyadas en las paredes de este, bajó las escaleras y voy hacia la cocina.
Estaba la casa llenisima, vasos de plásticos aplastados en el suelo, siento algún que otro empujón hasta poder llegar a mi destino, me serví un vaso de agua, para luego abrir el paso y escapar literalmente de ahí.
Camino hacia mi auto y cada vez, siento la musica mas lejos, trate de estacionar lo más cerca posible, me subo y manejo un poco más allá, a un lugar más tranquilo, literalmente vacío y me estaciono, puse el seguro e hice el asiento un poco hacia atrás, necesitaba sentirme un poco más estable para lograr manejar hacia casa.
Fue una mala idea conducir y no tomar la comodidad de un Uber.
Me cuesta mucho tener los ojos abiertos, me quedaré dormida, cada vez que pestañeo siento como batallo para volver a levantar mis pestañas.
Me pongo totalmente derecha, trato de quitarme el sueño y busco en mi bolso mi celular, entro a mi agenda de contactos y busco su número.
Suena el pitido varias veces, hasta que una voz con sueño contesta.
Bingo
- Otoño, ¿estas bien?, ¿paso algo? - Su voz suena rasposa, bastante grave, eso me gusta. Me mentalizo que hablaré bien, solo no puedo manejar por el cansancio. Esta bien, si estoy un poco ebria, pero hay que ser aterrizada. Siempre digna.
- No tengo como irme a casa, ¿crees que podrías venir por mi?, por favor. Estoy en mi auto. - Una pequeña sonrisa se asomo cuando escuche su melódica risa. Lo sentía sonreir. Me dieron unas cosquillas en mis mejillas. Su efecto.
- ¿Estas ebria, mi vida? - Mi sonrisa se hizo gigante, no puedo no sonreír, senti una sensacion en mi vientre. Cosquillas, tal vez.
- ¿Crees poder recogerme? - Se escucha un pequeño silencio, pero se que no me dirá que no.
- ¿Recogerte o cogerte? - Me quedo muda, su voz dejó como terciopelo la pregunta. Puedo sentir como mis pezones se endurecen al estar en contacto con la tela de seda. Mi respiración se hace un poco más profunda y pausada.
El sueño ha sido espantado
Corto sin aviso, en un segundo envie mi ubicación. Sabía que estaba cerca, no se demorara ni 10 minutos. Su casa está en una villa.
Me entretengo tocando la textura de mi falda de jeans, siento que pasa poco tiempo, porque me pierdo en eso, pero por lo menos lograba estar más consciente y con menos sueño, sabía que no podía dormir, tengo que abrirle la puerta.
Doy un salto cuando tocan mi ventana.
No es necesario saber quién es, quitó el seguro y abro la puerta. Pongo en el pavimento mi tacón, me estabilizo y luego, el otro, procedo a pararme delicadamente.
Cuando estoy de pie, me doy cuenta que no llevo mi abrigo, es mucho más notorio en la tela, mis pezones ya no tienen miedo al roce de la seda. Sus ojos me observan, se acerca y pasa una de sus manos a mi cintura, roza despacio mis labios para luego besarme mas duro, un beso en mi mejilla y me abraza.
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Las Risas Del Té (LP)
FanfictionTodos somos inestables en algún momento. Necesitamos un café para lidiar con las trasnochadas o el cansado trabajo, un agua con hielos para los días de aire caliente y bronceados, un jugo natural verde cuando queremos imitar por tres días a la chica...