Todos somos inestables en algún momento. Necesitamos un café para lidiar con las trasnochadas o el cansado trabajo, un agua con hielos para los días de aire caliente y bronceados, un jugo natural verde cuando queremos imitar por tres días a la chica...
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No pude evitar querer parar el beso, no quería. Se que al hacerlo puedo romper la burbuja y lograr que Otoño salga corriendo, pero también se que si no lo hago, no podré solucionar de forma autónoma mis preguntas.
No me gusta suponer de las personas. Todos tienen su derecho a contar su propia verdad, no soy nadie para crearles una realidad; que tal vez ni existe.
Para evitar todo ese cuento, creo que es mejor ser sincera con ella. Ya no puedo darme el lujo de estar tonteando por mi vida.
Entregando mucho sin que me den nada a cambio.
Sus ojos están entreabiertos; mirándome fijo, con una pizca de un sentimiento no muy agradable, el cual, no puedo identificar.
Seguramente piensa que algo va mal, por eso me aleje un poco de ella, mas bien, rompí nuestro beso.
Por lo que la veo atenta a cualquier movimiento o sonido que provoque, pero hay una situación que me aqueja y no puedo seguir actuando como si no importara, ni eso, mas bien, como si no existiera.
- ¿Quien es el para ti? - Sus ojos suben la guardia, sus muros acaban de ser construidos en un segundo, con una facilidad que envidio. Se ha puesto su caparazón, para proteger o su intimidad o sus desdichas.
Ahora sus párpados están totalmente entreabiertos y me voy dando cuenta, como me esta evitando mis ojos. La situación la pone intensamente incomoda. No es mi intención provocar aquello, pero necesito las respuestas. Tengo que ser fiel a mi persona.
Es o su incomodidad o mi bienestar. Y no dudare de ello.
Toma una pequeña respiración, por lo que me da la señal que va a hablar. Si se hubiera molestado, ya se habría alejado de mi o sacado cualquier escusa medianamente creíble para justificar cierta acciones.
Aprendí con el tiempo que restarle situación a algo, es una gran señal de pura y pesada preocupación en el ser. Intentando convencerse de algo que no es.
- Con Vicente nos conocemos hace años. Más que nada, es cariño, supongo. El amor ahí no existe. - Al momento que recibo su respuesta, me mira a los ojos y se nota sincera. No pierde nada con decirme la verdad, investigue y me di cuenta que siempre han estado en algún rumor, pero nunca han dicho algo con ese ámbito sobre el otro. Solo admiración y trabajo.
No a quitado su contacto visual conmigo en ningún segundo. Con suerte un segundillo para permitirse pestañear.
Es una mujer sincera, tiene tan en orden sus prioridades que no necesita mentir. Menos, ya que no depende de él en ningún sentido de su vida, por lo que no se atan. Es una persona demasiado exitosa para hacerlo, ya que no tiene la necesidad.
Ademas, me he dado cuenta que le importa un coño lo que la gente opine o piense de ella. Nunca se guarda su opinión, no pierde, ni gana nada con que la gente tenga la verdad en sus narices.
