El Daprie

Capitulo 16

Todos los personajes pertenecen a la obra de Sailor Moon e Naoko Takeuchi.

Esta historia la escribí hace años, todo lo escrito es producto de mi imaginación.

El sol ya se oculta, para dar paso a la luna, un trío de amigas se preparan para salir a disfrutar de la noche. En la habitación de Serena las tres charlaban de cosas sin importancia. Un golpe en la puerta provoca el silencio de aquel lugar.
Serena se levanta de la cama intrigada de quien sea que fuera.
Se relaja al ver quien era.
- Hola Kunzite- lo saluda alegre ante un estupefacto peliplateado- ¿ Qué deseas?.
- Serena - susurro, luego se aclara la voz. - te vengo avisar que vayas a la oficina de Darien, que quiere hablar contigo.
- Muy bien, me visto, y voy para allá.
- Hasta luego Serena. - trago saliva - Mina, Rei.
Al cerrar la puerta. Mire a Mina enojada. Seguia sin poder creer que lo hubiera hecho. Rei estaba en un estado de estupor.
- Mina, te parece correcto mostrarte así ante Kunzite- ella se reía a carcajadas.
- Todo se vale en el amor.
- Pero regalarte así - le reprochó Rei, una vez que recupera el habla.
- El muerto se asusta del degollado.
- ¿ Qué quieres decir con eso? - le pregunta Rei a mina por esa indirecta a su persona.
- Si Darien estuviera aquí, tu harías lo mismo.
Y con eso empezaron a discutir ambas, por ende me termine de vestir y fui a ver que quería Darien.
Con los nudillos golpeó la puerta, el Dice adelante. Entro a su estudio, que ahora es oficina mientras el asunto con su exprometida se va olvidando.
Me siento en el sillón de cuero negro que esta enfrente de él.
- Serena te quería preguntar si mañana a la noche me acompañas a una fiesta de beneficencia.
- Supongo que si.
- Muy bien, Traren. ¿ Serena, qué vas hacer ahora?.
- Vamos a salir con las chicas.
- ¿Chicas?.- Sorprendido por la respuesta de ella.
- Mina y Rei.
- Esta bien, - la miro de arriba hacia abajo al ver que iba vestida decente, sonrió - pero antes...
Su hermosos labios rosados entreabiertos lo invitan a ser poseídos. No pudo evitar desearla intensamente. Sin pensarlo dos veces agachó su cabeza hasta la altura de la de ella y la besó levemente en la comisura de sus labios. 
- Serena... - con la respiración entrecortada.
- Mi amor, ¿ quieres que...
- Sí.
Tras una serie de caricias íntimas con sus suaves y pequeñas manos, en su masculinidad se izo, provocando un dolor y placer.
Se arrodilla ante él. No pude sostenerme en pie, y se acomoda
en su sillón, muy confortable, bien recostado, mientras ella arrodilllada camina ante él.
La observa bien. Miro como su mano sube y baja, primero despacio, luego más rápido, envolviendo su capullo en su mano y haciéndole un poquito de presión.
Se tensa y estira las piernas. Abre su boca y comienza a chupar toda, con ganas, la saliva corre por todo su miembro, mientras juego con su lengua. Hace círculos sobre su punta lisa y brillante, luego la lame toda, y vuelvo a chuparla bien suavecito. De esa misma forma trato sus huevos, primero el derecho, luego el izquierdo.
Suena la puerta, trago saliva.
- Sí - digo lo más serio y seco posible.
- Darien, soy Rei, vine a buscar a Serena.
- Ya va- grite- Serena levántate y vuelve al sillón de cuero. Arreglate. Y no recordarás nada.  Lirsa.
Abro la puerta y entra Rei como una tromba. Vestida con un vestido rojo sangre con escote hasta la cintura y corto hasta unos centímetros abajo de su entrepierna, la tela parecía una segunda, podría prácticamente ir con una hoja de parra esta más vestida. Con unos tacos altísimos del mismo color, tenia dos pares de aros plateados en orejas. Se nota que se estaba cambiando.
- Hola, Darien - me sonríe traviesa. - un gusto de verte. Serena vamos.
- Bien, mañana serás mi pareja al evento, mañana te dejo mi tarjeta de crédito y te compras lo que necesitas.
Una vez que ella se repuso, salió de ahí derecho para su habitación.
- Necesitas algo, Rei.
- Sí. A ti.
Colgando de mi cuello para besarme, como puede trata de deshacerse del pulpo con uñas afiladas.
- ¿No tienes marido? - le digo en voz baja, para que nadie más oiga.
- Puede ser. Pero te prefiero a ti.
- Vete con él.
- No.
Giro sobre mis talones, en eso siento que me abraza desde atrás, baja su mano hasta mi entrepierna.
- Esto es muy revelador. ¿Qué te parece si...
Agarro sus manos deshaciendo su abrazo. Rápidamente me meto en mi estudio. Cerrando con traba desde adentro.
Oí como alguien le grita, para reinar el silencio.
Me siento en mi cómodo sillón y trato de aliviar mi deseo por Serena.

Espero que les halla gustado este capítulo.
Espero sus comentarios y sugerencias.
Muchísimas gracias por leer :)
Saludos y besos para:
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