Capitulo 14

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Todos los personajes pertenecen a la obra de Sailor Moon e Naoko Takeuchi.

Esta historia la escribí hace años, todo lo escrito es producto de mi imaginación.

Contiene lemon.

Ring, ring, ring.
- Hola, ¿ Quién es?
- ¿Mina?, ¿Qué haces con el teléfono de Serena?.
- Hola Rei, nada. Solo atendiendo porque ella se esta bañando - le responde a una curiosa Rei-. Estoy con ella hasta que consiga trabajo o Yaten me empiece a pasar una pensión o encuentre un hombre que me cuide.
- ¿Vives con Serena en la mansión de los Chiba?.
- Pues si - le afirmó.
- No sabes, si hoy Darien va a estar a la tarde allí.
- Pues claro que esta, con el escándalo de su exprometida, esta encerrado acá todo el día - le contesto con tono alegré -. Por suerte.
- ¿Por suerte?, ¿Qué dice Serena de esto?.
- Un poco apagada, pero estando yo acá trato de acompañar.
- Sabes que se me ocurrió algo.
- ¿ Sí?, ¿ Qué ? - dubitativa, con miedo a lo que va a proponer ella.
- y ahora, que opinas, si yo voy para allá, y nos hacemos una noche de solteras.
- pero... - oye pasos acercándose por el pasillo.
- Acaso, ¿ no eres mujer y con necesidades?.
- Soy mujer y tengo necesidades. Y hablando de ellas... - ve a lo lejos a su presa favorita un peliplateado con traje y zapatos negros hecho a medida.
- ¡Mina!
- Lo siento, pero tengo que cortar. Pero mi futuro esposo esta cerca mío.
- ¡¿Qué?!... Saca tus manos...
Dejando a un lado el móvil de Serena, mientras Rei la insulta, lo deja en mudo. Se arregla un poco. Y si esconde detrás de la puerta. Sale una Serena ya vestida del baño con el pelo húmedo ve a Mina que le hace seña para que se calle.
Entra Kunzite observando para todos lados.
- Serena toma.- Dándole un sobre, que era una postal que le mando su mamá desde el crucero- Darien te lo manda, y que te quiere ver después de la reunión de las 17 horas, para hablar contigo y darte el dinero.
- No puede ser ahora - mirando con ojos tristes.
- No. - con tono seco y cortante.- esta en una video conferencia.
- Bueno... - pasa rápido al lado de él - Nos vemos.
Cierra la puerta fuerte. Dejando a Kunzite encerrado con Mina. "Espero que lo disfrutes", le desea a su amiga.

Serena estaba en la biblioteca leyendo El escape: una chica que es moza de un prostíbulo de Londres, trata de salvar su vida y la niña de su amiga de ese lugar para descubrir que fue vendida a un magnate griego, le pareció ver una sombra, le llama la atención. Gira su vista en su búsqueda, pero nada, solo el silencio de siempre con el toque del tic, tac del viejo reloj de madera de roble que estaba en la pared, miro la hora, pero conociendo a Mina, no no habrá terminado aun, solo habrá pasado veinte minutos calculo. Vuelvo mi vista al libro, cuando me parece ver la sombra.

-Hola, soy Serena- dijo Serena en voz baja algo nerviosa.
Pero el lugar seguía en silencio.
Serena se levanta del asiento y se dirigió hacia allá, para tratar de ver qué o quién era, su curiosidad podía más. Una suave brisa le llega a su oído, susurrando algo. De repente sus ojos los siente pesados, trata de abrir pero no puede.
- Hola Serena.
- Hola, mi amor- con una sonrisa alegré -.
- Hace unos días que nos vemos. - Serena lo abraza por la cintura - ¿ Sabés, hace unos días que no lo hacemos?. Ven conmigo.
La lleva a su estudio, cerrando con llave la puerta.
No cabía duda, Serena con su veraniego vestido con estampado de flores lucía tan perfecta que no existían palabras para describirla, pues lastima que no duraba mucho puesto.
- Serena desnuda, ahora - le ordenó, mientras yo hago lo mismo.
Poniendo en acción Darien empezó a besar sus labios carmesí, para luego continuar por las mejillas, dirigiéndose después al cuello, donde aparte de besarlo, le dio unas lamidas que lo pusieron a mil, mientras ella con sus delicadas manos  acaricia la espalda.
Cuando ella empezó a respirar agitadamente, llevó su boca hacia los pezones de los blancos, redondos y duros senos de ella, que tira la cabeza para atrás, coloco dos dedos en su vagina, para notar los tibios jugos vaginales que empezaban a escurrir entre sus piernas.
- Darien...
Este seguía chupando aquellas deliciosas fresas de sus pezones, que coronaban los rosados senos, los envolvía con su lengua y  los succionaba, pasando de uno a otro. Al mismo tiempo que realizaba esta maravillosa mamada. Su mano derecha en el rubio coño escondido entre las dos piernas, encontrando el clítoris duro que procedió a acariciar. De repente para, Serena protesta hasta que fue a calladas ante la delicia que le produjo la entrada de la cabeza del regio instrumento de carne ardiente.
El empujó suavemente y sin más preámbulos hundió el grueso miembro.
-¡Ah! - gimió Serena.
Darien arremetía con vigor el caliente túnel de esta, sintiendo como las paredes le oprimían deliciosamente su miembro, frotándolo de la manera más excitante.
Él gozaba inmensamente con el frote que producían a su miembro los apretones de aquel interior delicioso que acababa de entrar de nuevo luego de un tiempo de abstinencia, e intensificaba sus movimientos de mete y saca, lo hacía desear una penetración cada vez más profunda en esa ardorosa cueva que envolvía deliciosamente su miembro visitando su cálido interior.
El frote intenso y los violentos movimientos llegaron a producir el efecto esperado, pues se la  ensartó hasta el fondo las profundidades de ella, inundado del caliente líquido que guardo para ella, haciendo que él liberara su energía en una abundante venida, donde siguieron otros espasmos placenteros, que la hicieron abandonarse, con los ojos en blanco y suspirando entrecortadamente.
Darien retiró en forma apresurada salir dentro ella, luego de tanto placer, dejó el chorreado miembro a la altura de su boca.
- ¡Chúpamela! - le ordenó.
Ella le dio primero unas lamidas a la cabeza y luego, tomándola delicadamente con sus dos manos se puso a lamer todo lo largo, chupando al llegar de nuevo a la cabeza y succinando. El efecto de aquella mamada excita tanto que se levanta de nuevo.
- Ahora, pon tu cola en pompa en el sillón.
Arrodillada y con la cara sobre la reposacabeza del sillón, puso sus nalgas en pompa dejando ver abierta la hendidura que separaba las dos nalgas, mostrando en toda su magnificencia los pliegues que circundaban la perfecta circunferencia del ano.
Trayendo en su mano el gel, lo embadurnó la cabeza de la verga dejándola lo suficiente lubricado todo el miembro.
Colocando la cabeza de su miembro en el ano que se abría y cerraba empujó suavemente primero deteniéndose un momento para luego ir avanzando lentamente, hasta que todo lo largo del miembro quedó sepultado en el interior de aquel cálido refugio, que iba ensanchándose a medida que iba efectuándose el avance.
Con un  lento mete y saca, procurando que ella se sintiera cómoda, aumentando poco a poco el ritmo, hasta que los dos se acoplaron perfectamente, cada tanta embestida, Él dejaba de jugar con su pezón, para zurcirle las nalgas, y volver dentro de ella de nuevo.
El ir y venir de su culo, le proporciona la sensación de que el momento del placer supremo se encontraba cerca, al sentir el espasmo de la venida le enterró de un violento envite todo lo largo de su lanzón toda su carga de leche, que no teniendo espacio dentro de los intestinos, se desbordó empezando a salir por el esfínter, que no pudo contener aquel río de lava.
Una vez que ya se vacío dentro de ella.
Sale sonriente fue agarrar pañuelos descartables, para limpiar a Serena toda la corrida de ellos.
- Vístete, Serena.- le ordeno con voz suave.
La acompaña a la biblioteca,.
- Empieza a leer donde lo dejaste y no recordarás nada del lo que paso. Solo que te quedas te dormida un rato. Lirsa.

Gracias por leer. Les pido mil disculpas por tardar tanto en subir. Besos.

El DaprieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora