Capitulo 4

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Todos los personajes pertenecen a la obra de Sailor Moon e Naoko Takeuchi.

Esta historia la escribí hace años, todo lo escrito es producto de mi imaginación.

Contiene lemon fuerte.

"Otra vez, no. Me duele todo el cuerpo. ¿Qué hice?, lo último que recuerdo es que estaba en el baño dándome placer, como me enseñó Mina. Darien golpeo la puerta exigiéndole que saliera del baño. Mi mente esta en blanco". Me golpeo contra la almohada. "Nada, estoy en blanco, que me paso". Me coloco la crema que me recomendó Mina. "snif, snif, snif. También mi ano. Pero ¿Qué hice, ayer?". Me paro frente al espejo. Me asusto al ver mis pechos con moretones. "¿Que habré, hecho ayer?, le pregunto a Darien", me detengo. "No, porque seguro se burla de mi, '¿Qué te pasó Princesita?, volviste borracha y no te acuerdas nada. Típico de ti, Princesita. Madura Princesita. La vida es dura' me diría con enojo". Me tiro a la cama a llorar. "No sé que hacer". Me cambio para almorzar en la cocina. Estaba Mie la cocinera suplente, era una chica simpática, de pelo corto y ojos castaño. Siempre con una sonrisa en la cara. A pesar de que cocina excelente no le llega a los talones a mi gran amiga Lita, ya que esta se tuvo que tomar unas vacaciones por su embarazo. Suspiro.
- Te pasa algo Serena.
- No nada, solo que tengo hambre.
- ya le preparo algo. Si espera unos minutos se lo daré tengo que llevar el almuerzo al Señor Chiba.
Mientras espero en mi mente se forma unas imágenes donde estaba con Darien teniendo sexo. Ring, ring, ring.

De: Mina
Serena venís mañana a casa, te quiero presentar un muchacho guapo.

De: Serena
Sí voy. Me mandas una foto de él o es feo.

De: Mina
Acá te la mando es medio hermano de Yaten.

En es me llego su foto, "es guapo". Pelinegro, de ojos azules con una mirada pícara y soñadora. Con una sonrisa alegre.
Al terminar de comer me puse a pensar. " Esto que me esta pasando será real o no. Todo me lleva a pensar que estoy loca. Ya sé, lo decidí le pregunto a Darien, espero que este de buen humor".
Toc, toc, toc. Golpeo la puerta del estudio.
-¿Quién es? - pregunta en tono gélido.
Abro un poco la puerta, estaba detrás del escritorio antiguo de roble. Escribiendo en la computadora. Levanta su mirada con furia.
-¿Que quieres Princesita, no ves que trabajo?.
-Solo te quería preguntar, si me viste ayer por aquí.
Golpea fuerte la mesa, asustando me, pegue un salto para tras.
-Para eso venías. Vete de aquí, ya- le inquirió furioso.

-Lo siento.- susurro con miedo.
-Traren. Ven aquí.
La agarro con mi mano tiro hacia mi, "necesitaba esto", la besaba como si mi vida dependiera de eso.
-Serena, mi vida.
-Si, mi amor.
-¿Quién es tu dueño?
-Tu, mi amor.
Comencé a besarla lentamente pasando bajando hasta su cuello, mientras mi manos acaricia por encima de su vestido corto tocando sus tetas, así estuve un momento.
-Serena saca te el vestido.
Cierro la puerta del estudio, admiro su bella piel de porcelana con algunas marcas mías.
-Ven Serena, dame placer.
Me desabrocha el botón, baja la bragueta pantalón. Se arrodilla ante mi, tomando mi miembro suavemente con sus manos, lo acarició como si fuera algo delicado, le pasa la lengua en la cabeza, para luego meterlo en su boca carmesí. Le agarre la cabeza guiando sus movimiento, "estoy en cielo". Con sus manos en mis bolas me ordeñaba de una manera. Cuando exploto en su boca.
-Serena, quiero que te lo tragués todo, sin derramar.
Una descarga eléctrica sacude mi cuerpo. Cuando siento que termino con mis manos en su cabeza la empujo hacia mi, vaciando me en su boca.
-Para te Serena,-le miro la cara, encontrando unos restos, con mi dedo índice- mira esto Serena.
Ella baja su mirada. Lo limpio con un pañuelo papel.
La levante y la puse sobre el escritorio con sus piernas abiertas .
Puse una pierna a cada lado de mis hombros y la penetre hasta el fondo y comencé a bombear salvajemente, mientras le apretaba las tetas, sentía su cueva húmeda. En el estudio se escuchaba nuestros gemidos y el chapotear de sus jugos con mi miembro. Sentí que mi miembro estallaría. Cuando estallo como un volcán en erupción, llenando su cueva de mi lava ardiente.
Luego de haber vaciado todo dentro de ella la abrazo. Su cabeza se recuesta en mis hombros.
-Serena, ahora recibirás tu castigo. Baja del escritorio. Date la vuelta. Cuando me des la espalda te agachas apoyando te sobre el escritorio con las manos.
Con mis manos le aparte el pelo para la derecha. Hago un camino de besos. Le paso mi dedo índice desde la nuca hasta el nacimiento de la raya de la cola provocando en ella temblores. Le doy unas nalgadas. Siento que mi miembro flácido, se para orgulloso, meto dos dedos en su cueva, para luego con esos dedos le voy penetrando su culo.
Luego me acorde que tenía vaselina. Voy a buscarla, ya que la guarde de aquella vez con Karmesite. Abro sus nalgas con una mano, y con la otra le unto varias veces vaselina en el agujerito, " ya es tiempo". Agarró mi miembro que puse la punta en la entrada de su asterisco, empiezo a hundir ese estrecho camino, milímetro a milímetro mi cabeza entraba muy lentamente, " ya falta poco, si ya lo hice una vez, la podía hacer de nuevo". sacó mi miembro hasta la mitad para volver a meter con mis manos sobre sus caderas, la guíe para atrás y empuje para adelante, en un momento a otro se deslizó dentro de ella. Siento como Serena tiembla. Entraba y salia con lentitud para ir aumentando mis embestidas, le jale el cabello. Los sordos gemidos de Serena y míos se oían en todo el estudio. A esas alturas el movimiento era frenético y yo estaba por acabar. Le saco mi garrote para de una estocada fuerte termino dentro de ella. Agarro sus duros pechos, los pellizcos. Cuando derramo mi última gota en su interior.
Le susurro a su oído.
- Este fue tu castigo- de su cara salían lágrimas- espero que hallas aprendido.
La giro poniendo la frente a mi. La abrazo y beso en sus labios carnosos. Nuestras bocas comienza a danzar un baile. "Como la necesitaba a mi muñeca inflable". Vino a mi mente una imagen de Serena en unas posiciones, pero descarto la idea. Tenía que seguir trabajando muy a mi pesar.
- Serena, ahora te pones tu ropa, cuando llegues al pasillo saldrás del trance. Lirsa.

Serena llego temblando del grito que le pego Darien hace un rato. "Nunca lo había visto tan furioso. Era como si quisiera golpear a alguien". Miro el reloj no podía creer lo que veía. Era casi de noche. Imposible si era casi la tarde cuando fue a ver Darien. No tiene que haber un error. Pero al acerca a la ventana veo como el sol se esconde. "¿Qué habré hecho, otra vez?, ¿ tendrá Darien algo que ver con lo que me pasa?, tendré que alejarme de él unos días".

El DaprieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora