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Aleksi Dragomir. El mayor de entre mis hermanos junto a Alma, la perfecta. 

Alma y yo somos hermanos mellizos. Gemelos en verdad, pero no nos parecemos mucho entre nosotros salvo por los rasgos fisicos.
Ella siente que carga con la responsabilidad de ser quien lleve el apellido Dragomir lejos, y representar a nuestra familia inclusive cuando en verdad no es necesario, porque nosotros tenemos la suerte de que ambos de nuestros padres están actualmente con vida. Aun así, ella es la que esta mas al pendiente de eventos sociales entre todos los moroi de la realeza. Yo lo encuentro completamente inútil ya que estoy seguro de que la invisible línea que separa las clases sociales entre Realeza y Común, se romperá en cualquier momento mientras nuestra querida reina intenta igualar los derechos de votación a lo largo de todos los ciudadanos que integren nuestra sociedad de morois y dhampirs. 

De cualquier forma, soy invitado a todo evento por obvias razones. Ser hijo de la reina tiene sus ventajas pero claro, no puedo hacer todo lo que quiero cuando quiero, porque por mas que pareciera que nuestra preciada Reina no esta en casa para cuidar a sus hijos, tenemos un padre que se encarga de ocupar el lugar de madre por ella. 
No me mal interpreten, no soy un resentido con Vasilisa, de hecho, la admiro bastante, y me gusta pasar tiempo con ella, pero bueno, algunas cosas me cabrean. Por ejemplo: Mikael. 

Mikael es mi hermano mas chico. Un antisocial por donde lo veas y nadie sabe porque él es así. Todos nosotros somos muy desenvueltos con la sociedad. Alma tiene a su sequito de chicas que quieren ser como ella, Yo tengo a mis amigos con quienes salgo a todos lados y hasta la más chica de nosotros es una india con la que nunca podemos dar porque es prácticamente imposible; pero Mikael es completamente diferente y eso me molesta.  

Después de clases tomé algunas de mis cosas, las puse en una mochila y me dirigí al último piso de la academia St. Vladimir. Camino allí pude encontrarme con Mikael y sin dudarlo me acerqué a él antes de que mis amigos se acercaran también en cuanto me vieran. 
– ¿Seguro que no quieres venir? Un fin de semana entre hombres, quizás fuera justo lo que necesitas. – esbocé una ligera sonrisa torcida y levanté la vista para ver a quien se acercaba a nosotros. 
Vi a Mike ponerse incomodo ante mi movimiento pero volvió a relajarse en cuanto se dio cuenta de que era solo mi amigo River el que se acercaba. Volví a poner mi atención en él mientras negaba con la cabeza y lo supe. Se venia una excusa. 
– Gracias, pero no gracias. –comenzó a caminar para alejarse. 
– ¿Por qué no? Oye! –intercepté su paso – anda, aun puedes cambiar de opinión. Es solo por el fin de semana, iremos a unas fiestas en la corte, quizás fuera de la corte, y el lunes estaremos de vuelta aquí… 
– No. Ahora déjame en paz. –esquivó mi cuerpo y paso por el lado de River sin mas.  
Suspiré y me encontré pronto con River quien me miraba con una sonrisa burlona en el rostro y cargando su propia mochila sobre sus hombros. 
– ¿Pierdes el tiempo? 
– Con él, siempre. 
– ¿Por qué no invitaste a tu hermana? 
– Oye… ¿quieres que te rompa la cara? 
– Uh… ¿tu a mi? No amigo mío, prefiero conservar este buen rostro por un tiempo más y tú pareces tan peligroso. – River soltó una carcajada. 
– No. Nada de mujeres, y tú más te vale que dejes a mi hermana en paz. En verdad te lo digo. 
Él alzó sus manos en plan de inocente de todo cargo y luego relajó la postura mientras yo lo miraba por el rabillo del ojo. 

El viaje a la corte se debía a una petición exclusiva de Vasilisa. Tenia entendido que había pedido a Alma que fuera, pero ella tenía otro compromiso real con la academia y un discurso que me perdería. Mientras tanto yo solo me aseguraría de mis planes para el fin de semana, le haría un favor a la reina y luego estaría libre bajo mis términos para hacer lo que yo quisiera. 
Así que accedí bajo mis condiciones, que habían sido ir con algunos amigos para pasar un buen rato. No puedo decir que Vasilisa haya aceptado de buena gana, pero no le deje otra opción. 
– ¿Qué es lo que tu mamá quería contigo? ¿Te dijo alguna otra cosa? – la voz de River se alzó por encima del ruido del jet que comenzaba a iniciar sus motores. 
– No. No he querido hablar con ella. 
– ¿Sabe siquiera que voy yo? 
– Se lo debe suponer. – torcí una sonrisa – ¿Qué pasa? 
– Nada. Solo quiero ahorrarte que te metas en problemas por llegar con toda la gente a la corte. 
– No te preocupes. Yo arreglaré mis asuntos con la reina y luego tenemos todo arreglado. Si era algo que Alma podía hacer, estoy seguro que yo también puedo. 
River soltó un bufido del cual podría haberme sentido ofendido. 
– Claro. Porque tú y ella tienen la misma sensibilidad. – dijo utilizando un tono completamente irónico. – Yo te cubro. Sea lo que sea, sabes que puedes contar conmigo. 
– Hablas como si fuera a matarme. – River soltó una risa ante mi comentario. 
– Eso no lo sabemos y seguro no puedo hacer algo contra la reina pero HEY al menos puedo distraer a nuestros amigos mientras estemos en la corte hasta que hables con ella. 
– Eso es de mucha ayuda. Serás como una niñera. – reí. 
– Pronto podría ser tú niñera, así que un poco más de practica no me hará mal. 

Dragon's Line [El legado del Dragon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora