XVl - Stacy

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Mason decidió irse en cuanto Ethan llegó.

Por un rato intenté concentrarme en lo que debía hacer, pero me fue inútil. Aun tenia las palabras de Zofia y Mason en la cabeza, y como si fuera poco Ethan también parecía algo desconcentrado.

– ¿Podemos hacer teoría en lugar de práctica?

Él me miró con un tinte curioso en la mirada, y luego asintió.

– Perdon por la desconcentración. – Comenté

– ¿Qué sucedió?

– Nada. No importa.

Resoplé.

– ¿Cómo espera la gente que vea mas allá del espíritu si cuando pregunto nadie me quiere decir?

– ¿Qué? – Ethan me miró confundido.

– Nada. Solo me estoy quejando.

– ¿Tuviste un día difícil?

– Algo así. Una pelea en verdad. – Me encogí de hombros. – Con Zofia.

– ¿Por qué?

– ¿Tu crees que debería decirle a mis padres sobre el manejo de mis elementos?

– No veo porqué no. Mi madre sobre los mios.

– ¿Y que te dijo cuando se lo dijiste?

– Nada. Al principio se mostro escéptica, luego sorprendida, luego asustada y luego normal, pero nunca dijo nada. Ni a otros, ni a mi, ni a nadie.

– ¿Crees que lo esta guardando en secreto?

– Posiblemente, pero yo no me esfuerzo en ocultarlo. Creo que eso me limita. Es como si no aceptara lo que soy, lo que puedo hacer y no tiene nada de malo manejar dos elementos.

Me quedé meditando sobre sus palabras durante unos segundos hasta que Ethan siguió hablando.

– Los usuarios del espíritu son muy solidarios entre si. Te aseguro que vas a aprender mucho mas practicando con ellos, que conmigo.

– Gracias Ethan. Es lindo tener a alguien mayor a quien pedirle consejos. ¿Cuántos años tienes?El rió

– 21.

– ¿Te traje problemas con Alma por lo que dije hoy? ¿Te gritó?

Ethan volvió a reir y negó con la cabeza.

– No. Alma no me dijo nada sobre ti, y tampoco me gritó, pero si quieres saber, dijo algo como: “No puedo interrumpir lo que haces, pero espero que tu sepas lo que haces y a quien.” Luego se fue. Sonó bastante amenazante, ¿No crees?

– Esta celosa. – Hice una mueca. – Lamento eso. Es que estaba pensando que… crei que… – Suspiré. – Creí que si no dejaba en claro que quería verte, para entrenar, ella vendría contigo y realmente no estoy lista para enfrentarlo.

– No te preocupes. Lo entiendo. – Él sonrió. – No me preocupa lo que piensa Alma, puedo hacer que cambie de opinión.

– ¿En verdad? – Sonreí de lado. – ¿Cómo?

Su sonrisa se amplió.

– Tengo pensado un par de cosas. ¿Damos por finalizada la práctica de hoy?

Asentí.

– Como hijo de la directora, tu debes saber algunas cosas de los estudiantes, ¿No?

– Puede ser…

– ¿Conoces a Thom Greinfeld?

– Si, claro. Él es el hijo de St. Vladimir.

– ¿Uh?

Dragon's Line [El legado del Dragon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora