XVll - Alma

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Algunas cosas fueron mejorando con el pasar de los días, otras podría decirse que definitivamente empeoraron.
Después de esa pelea que había involucrado a Jeveck, a Max y a mis dos hermanos, el grupo de amigos de Max dejó de meterse conmigo, pero si comenzaron a meterse con Mike. Intenté de alguna manera detenerlos, pero Mike insistía en que él podía encargarse del problema solo, y que además de eso, estaba acostumbrado a que las personas se comportaran así con él, lo cual me hizo sentir triste.
Adoro a Mike. Es un excelente chico, y no lo digo solo porque es mi hermano. Él puede que sea reservado, pero yo podía ver lo dulce que era, y lo mucho que se preocupaba por todos nosotros. Siempre estaba dispuesto a ayudarnos en lo que sea, y no solo a mí, o a Alek o a Stacy, sino también a mis padres. Él pasó mucho tiempo con nuestra madre en su peor época y también con nuestro padre. Supongo que parte de ser tan reservado, provenía de que podía ser herido con facilidad, y su actitud solo era un mecanismo de defensa. Así que entendía porque él usualmente estaba tan solo, inclusive Stacy lo entendía… él único que no pensaba en ello era Alek.
Este último tiempo había pasado más tiempo junto a él cada mañana durante el desayuno y luego por las tardes para entrenar con nuestros elementos ya que Oriana estaba demasiado ocupada con la terapia, la visita de Rose a la academia, los entrenamientos extra y las actividades que normalmente tenía que hacer.
Oriana y yo nos limitábamos a vernos durante las clases que teníamos en común y antes del toque de queda, en el área de los dormitorios. Ella no me contaba sobre los entrenamientos que tenía durante el día, solo decía que necesitaba despejarse la mente y ese era su método para evadir mis preguntas, porque después de todo, no pensaba que tuviera que presionarla. Ella sabía que yo la apoyaba en todo y estaba con ella incondicionalmente.
Con el pasar del tiempo, su tez oliva comenzó a tomar un tono medio amarillento pálido. Sus ojeras cada vez estaban más pronunciadas bajo sus ojos y sus parpados cada vez más hinchados.
Aunque no dijera nada de lo que estaba pasando, yo sabía que las cosas no estaban resultando de la manera en la que lo esperábamos.

Hoy me había levantado más temprano de lo usual porque la directora Kirova nos había citado a Oriana y a mí, a su despacho, y había sido muy específica con ir a primera hora, antes de que comenzaran las clases. En esta reunión suponía que estaría también la guardiana Alberta Petrova, y el asunto era muy importante.
– Buenos días Ori. – Dije al encontrarme con ella afuera de su habitación.
– Hola. – Respondió ella abrazándose a sí misma y frotando sus brazos.
– ¿Estas bien?
– Si. Si. – Dijo despreocupadamente. – Siempre lo estoy. Soy fuerte que la caoba. – Bromeó un poco, pero la gracia no acompañaba sus tristes ojos. – No te preocupes por mí. Simplemente no dormí bien. Eso es todo.
– ¿Nervios?
– Pesadillas.
Seguimos caminando hasta llegar al despacho de la directora, pero Oriana se detuvo frente a la puerta antes de tocar, y me miró.
– Estoy bien, Alma. Todo irá bien. Ya verás. Seré tu guardiana.
– Lo se.
Un segundo después llamamos a la puerta y entramos al cuarto donde ambas, la directora Kirova y la guardiana Petrova, se encontraban hablando entre ellas sentadas del otro lado del escritorio.
– Buenos días Lady Dragomir… Señorita Belikov. Tomen asiento por favor. – Dijo Alberta.
– Comencemos con esto. – Dijo Kirova al tiempo que se ponía de pie y se acercaba a nosotras. – Usualmente, en cualquier otro caso, con cualquier otro estudiante dhampir, de haber estado en la misma situación en la que se encuentra usted, Señorita Belikov, ya se le habría anunciado que no podría graduarse… pero usted. – Bufó. – Usted tiene un ángel especial. Algo a lo que también se lo conoce mundanamente como un contacto beneficioso. Lo que quiere decir es que esta es su última oportunidad.
La directora volvió a sentarse y nos miró a ambas.
– A partir de hoy, por las próximas dos semanas, cuidarás de Lady Dragomir como si tu vida dependiera de ello. Ya sabes cómo funciona esto, ya lo has hecho antes… y si te va mal Hathaway, ESTAS FUERA.
Todas las presentes nos quedamos en silencio.
– Directora, ella es Belikov.
– Claro. Belikov, es lo que quise decir. –Dijo rápidamente, luego volvió a fijarse en Oriana y sonrió. – Pero relájese Oriana… no es tan malo no graduarse como guardiana. Podríamos educarte para ser una profesora y enviarte a otra academia, así no se desperdiciaría todo ese potencial.
– No. – Oriana se puso de pie. – Yo soy una guardiana. Puedo con esto. Gracias por la oportunidad, Directora.

Dragon's Line [El legado del Dragon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora