18. ·˚ ༘ ༉

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Jennie sonreía hacia a los de la escuela. Como la buena alumna que era, bueno, no tanto.

Era querida por unos, y odiada por otros, gente envidiosa pensaba la castaña, llega a su casillero, poniendo su contraseña, abrió dejando ver lo muy bien decorado que estaba adentró. Una foto de ella y su mejor amiga, una de ella, y su grupo de musica favorito, y finalmente, una foto de ella y su novio.

—Hola Jen.— hablando del rey de Roma.

—Hola cariño.— dijo la castaña para dar un corto beso en los labios de su chico.— llegaremos tarde Song Minho.

—Kim Jennie, sabes que no me gusta que me llames por mi nombre...—dijo molesto el pelinegro.

—Bueno, vamos a clases Mino querido.— dijo Jennie para tomar la mano de su novio y caminar. Aquel chico tenía en sus manos el amor de la chica. Mientras que él, le valia una mierda, Jennie era solo un trofeo para el, un trofeo que nunca va a perder.

Las clases transcurrieron normalmente, Jennie pasaba sus tiempos libres con su mejor amiga, Nayeon, que en cambio, ella sentia un gran afecto hacia la castaña, y viceversa. Nayeon no le gustaba el hecho de que su mejor amiga en el mundo, estuviera con un patán como Minho. Hace mucho tuvieron una discución ambas chicas, Nayeon diciendo que él no sentía nada por ella, pero Jennie no la escuchaba. No arruinaría un año de noviazgo, por algo como lo que decía su amiga.

—¿Qué tal si en la tarde salimos Nini?— pregunto su amiga.

—Tengo tareas y trabajos atrasados que tengo que hacer amiga, otra día será, te lo compensaré.— dijo la castaña para darle una pequeña sonrisa y seguir prestando atención a la clase.

—¿Dondé esta tu novio Nini?— preguntó Nayeon quien caminaba al lado de la nombrada.

—Me mando un mensaje, dijo que iba a la casa de un amigo.— “o a follar con una estúpida” pensó la pelinegra.— ya me voy, nos vemos mañana amiga.

—Adiós Nini.... Te quiero mucho.— dijo para sonreí y mostras sus dientes de conejito.

—Yo igual te quiero Nayeon.— dijo Jennie para empezar a caminar, rumbo a su hogar. Nayeon no pensó que mañana nunca llegaría como un día normal.

Kim caminaba sola, mientras tarareaba una canción, su madre siempre le decía que tomará los caminos transitados para llegar a la casa, pero la castaña decidió tomar un atajó, por un extenso callejón.

Sus pisadas resonaban en las paredes, aquel callejón daba cierto temor, pero Jennie tenía una idea para relajar ese sentimiento. Pensar en cosas bonitas, como en su grupo preferido, en sus intengrantes, y en ese bello peliazul que toca la guitarra, iba muy perdida en sus pensamientos, que no se dio cuenta que tres tipos iban detrás de ella.

Pasó muy rapido, tirada en el pisó una inconciente castaña, el tipo, tiro el palo, que tenía un poco de sangre, tomo a la inconsiente chica, y la subio al auto, llevandose a la joven.

Veía oscuridad, completa oscuridad, un fuerte dolor de cabeza, obligo a que ella abriera sus ojos, una habitación. Pero esa habitación no era la suya. Se levanto como pudo, viendo en donde podía escapar.

—Aqui no hay salida dulzura.

Jennie se volteo aterrada, mirando al canoso que tenía al frente, retrocedió.

—¿Qué hago aqui? Esta no es mi casa...— dijo Jennie con voz temblorosa.

—Desde hoy, este es tu nuevo hogar.— dijo aquel hombre.— tus padres te vendieron a mi, y ahora eres mía.— se empezó a acercar, y ella a alejarse.

Asco, rabia, tristeza. No sabía como sentirse.

Asco. Aquel hombre la estaba violando. Rabia. ¿Por qué ella? ¿Qué tenía de especial? Tristeza. Él hecho de que sus padres la vendieron como pan crujiente, le dolía. Aquel canoso se retiró gustoso, dejando a una debil adolescente, una que se cuestionaba lo que iba a ser de su vida. Como gimoteaba ese hombre. Iba a ser una prostituta.

De a poco se fue a acostumbrando, Jennie le daba más ganancias a Kang, ella era la nueva atracción del prostibuló. Estaba sola,  necesitaba de alguien con quien hablar sus problemas, nadie, ninguna chica, todas las ignoraban, e invidiaban por que la mayoria de los hombres que pisaban el prostibulo, querían estar entre las piernas de esa mocosa.

Sacó de su vida a sus padres, a su mejor amiga, y a su novio. No le importaba a nadie. Pero al mes siguiente, sus ojos se conectaron con una linda rubia, Jennie le ofreció amistad a aquella chica, ella aceptó, estuvieron el uno a la otra. Contaron su vida, él como llegaron a City Lights, el nombre del prostibuló. Jennie trataba a su nueva amiga, llamada Rosé, como su mejor amiga, Nayeon la trataba a ella.

Con amor, felicidad y cariño.

Rosé y Jennie se protegian mutuamente, de los maltratos de Kang, de los insultos de sus compañeras. Eran la uno para la otra.

Y así era mientras que estaban en ese horrible lugar, que lo unico que le sacaba una sonrisa, era la presencia de la otra.

Alegraba que Kang las dejará salir de día, hací disfrutar un poco de libertad, iban al centro comercial a comprar ropa, comer helado, y mirar si habían chicos lindos.

Y fue en ese momento en el que sus gatunos ojos, conectaron con unas orbes cafés de un pelirubio, le dio una coqueta sonrisa y ella se fue con su rubia amiga.

Nunca pensó que aquél chico rubio y otro pelinegro, sacarían a ella y a Rosé del prostibulo, las dejarían vivir en su hogar. Y que él rubio, estaba entrando en el corazón de la castaña, enamorandola. Haciendo ver las estrellas, y de a poco olvidar lo mierda que era su vida. 

Kim Jennie le pertenecía a Park Jimin.

Park Jimin le pertenecía a su gatita Kim Jennie.

City Lights┊Rosekook (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora