Le importó una mierda el ruido que provocaron las cosas al caer en el piso alfombrado.
La rubia se apoyo en el escritorio, su pecho tocaba la fría madera oscura, mientras que su novio acariciaba sin pudor sus largas piernas.
Jungkook empezó a besar los hombros de la menor, sacándole una sonrisa traviesa a esta, sus manos recorriendo lo suyo, hasta llegar a los redondos glúteos de la menor.
—Bebé a provocado a papi...— hablo roncamente el pelinegro hacia su linda novia.
—¿Papi me va a castigar?— preguntó con un poco de malicia en su palabras pero a la vez con una inmensa inocencia.
—Claro que si mi amor.— las manos del mayor se encargaron de bajar el calzón de lencería negro por las largas piernas de la extranjera.
Jungkook abrió uno de sus cajones de su escritorio, sacando un sobre plateado, lo abrió con precaución, sacando el condón, se bajó sus pantalones de tela junto a sus bóxers. Se colocó el protector en su duró miembro y empezó a rozarlo en la entrada de la chica.
—K-Kookie.... No me hagas sufrir.— reclamó la rubia, sintiendo como su mayor entraba de golpe, haciendo que liberará un gemido desde su garganta.
—No grites pequeña, no quieres que ciertas personas se enteren de lo que estamos haciendo, ¿Verdad?— y tenía razón, ni Jungkook ni Rosé querian que nadie se enterar de sus juegos sexuales que tenían en la oficina del pelinegro.
Algo qué no pudo ya que sus juegos fueron vistos por unos par de ojos que miran através de una simple pantalla.
Yeri con el ceño fruncido, se muerde su mejilla interna y maldice mientras ve a su jefe entrar y salir de la rubia chica, sin compasión mientras está se mordió su labio evitando gemir fuerte.
Apaga su ordenador, toma sus cosas y se retira de su puesto, enojada. Algunas personas la saludan pero ella los ignora olímpicamente, al pisar el concreto de la vereda, camina mientras habla sola, odiando a Rosé.
—Es una aparecida, aparte es una completa puta que anda caliente y follando en la oficina de Kookie, te odio Rosé....— sin darse cuenta, su caminata fue interrumpida por el choque de ella a un chico.
Rápidamente Yeri pide disculpas, y el chico, de cabello azul se voltea.
—No tienes que disculparte, fue un accidente, los accidentes pasan...— dijo.— una pregunta, ¿Tu conoces a una Rosé?
—Claro que si, es la perra de mi jefe, osea su novio, ¿A que va la pregunta chico desconocido?
—Mi nombre es YoungJae, y necesito que vengas conmigo, tienes que ayudarme a mi y a alguien.
—¿Ella sabe dónde está Roseanne, YoungJae?
—Asi es señor Kang, ella sabe....— dijo él peliazul para mirar a la confundida chica.
—No entiendo nada, ¿Me podrían explicar?— preguntó Yeri para mirar el asiento que tenía adelante, mostrando solo un poco del canoso cabello que tenía Kang.
—Roseanne, o como la conoces tú, Rosé.... Es una de mis prostitutas.— la chica quedó boquiabierta, y su odio hacia ella se incrementó.
—Es una zorra de primera....— susurró ella.
—Y yo la quiero de vuelta, necesito tu ayuda pequeña chica.— Kang dio una calada de su cigarro para luego expulsar el humo por sus resecos labios.— te pagaré, pero a cambio quiero que me digas cada movimiento que haga ella, ¿Entendiste?
—¿De cuanto estaríamos hablando señor? Aparte de saber sobre su zorra, tengo grabados videos en donde complace a mi chico.— dijo Yeri.
Kang chasqueo sus dedos hacia uno de sus subordinados, este le extendió un cheque a la chica, sus casi se salían de sus cuencas al ver la gran cantidad de dinero.
—¿Me ayudarás a separar a mi prostituta de tu chico?— Yeri mira hacia al frente, y lentamente muestra una sonrisa.
—Acepto su trato señor, no se arrepentirá.— dijo segura de si la chica.
Mientras que YoungJae, mantenía en silencio, sumergido en sus pensamientos.
«¿Por qué haces ésto?»
«Rosé es tu amiga, no le puedes hacer esto....»
Su subconsciente le repetía las mismas preguntas todos los días, a cada maldita hora, y el respondió lo mismo.
«Lo hago para salvar a mi hermana»
Una de las cosas que mejor hace el ser humano.
Es hacer falsas promesas.
Sus manos no dejaban de tocar el abdomen de la chica, no después de sus horribles pesadillas.
Pero algo extraño se instaló en su pecho, sus pesadillas cada vez se volvían extrañas, la mayoría era de su amada y su hijo, y otras de la australiana siendo alejada de él. Algo que le producía temor.
—No voy a dejar nada te pase mi amor, nada.— dijo Jungkook para besar el desnudo hombro de la menor.— no voy a dejar que nada me separé de la mujer que más amo en este mundo y que me a dado el mejor cumpleaños que pude tener.
Rosé escuchaba con atención cada palabra que salía de la boca del pelinegro, ¿Él está enamorado de mi? Se preguntaba la rubia, sus corazón latía muy rápido, y sus ojos se cristalizaron de la felicidad.
—Se que estás despierta bebé...
Mierda.
Rosé se volteó y sus cristalinos ojos avellana miraron los chocolate de su chico, soltó una sonrisa.
—Yo también te amo Jungkook...— el castaño quedó en shock, pero fue momentáneo al sentir los dulces labios de la rubia sobre los suyos, comenzando un lento beso.
Sus labios lentamente se separaron, siendo unidos por un diminuto hilo de saliva.
—Él sentimiento es mutuo pequeña, tenía miedo de que no me correspondieras...
—Yo... Pensé que nunca te iba a interesar una prostituta como yo.— dijo apenada la menor para morderse el labio.
—Pensaste más entonces... No me importa si eres prostituta o no, me importa estar contigo, en las buenas y en las malas, amarte siempre.... No dejaré que nadie te haga daño....
Nadie te hará daño....
Nadie te alejará de mi....
Esas son unas falsas promesas....
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City Lights┊Rosekook (Editando)
Fanfiction♢ Jeon Jungkook y Park Jimin solo querían divertirse, pero no contaron con llevarse a dos prostitutas a su hogar, y tampoco contaban que surgiera algo más. Pero, aferrarse a una persona, es un gran y doloroso costo que hay que pagar. ↻No copias ni...