♢ Jeon Jungkook y Park Jimin solo querían divertirse, pero no contaron con llevarse a dos prostitutas a su hogar, y tampoco contaban que surgiera algo más. Pero, aferrarse a una persona, es un gran y doloroso costo que hay que pagar.
↻No copias ni...
—¿Por que tienes la manía de arrastarme siempre Nini?— pregunto Rosé mientras se acariciaba su muñeca mientras caminaba junto a la nombrada.
—Supongo que ya es una costumbre...— respondio la castaña mientras miraba las grande tiendas del centro comercial.
Jimin, en la mañana invito a las dos amigas a pasear junto a Jungkook, ambas aceptaron, no habia nada de malo salir al exterior y no quedarse encerradas en el gran departamento del los dos amigos.
Jennie, intencionalmente movia sus caderas al caminar, queriendo llamar la atención del rubio, algo que obviamente consiguio, ya que la mirada del rubio no se despegaba de su parte trasera. Algo que Jungkook no paso por desarpecibido.
—Eres muy obvio Jimin...— hablo el castaño llamando la atención del nombrado.
—¿Y eso qué? Estoy disfrutando de la vista, algo que tu tambien deberias hacer con Rosé....— el rubio codeo el brazo de Jeon y este se sonrojo solo un poco, miro a la rubia que tenía adelante, sus largas piernas descubiertas, con un pantalon corto pegado al cuerpo y una polera verde un poco holgada dejando al descubierto sus hombros.
Jennie, vio una de las tiendas que más le gustan, agarró la muñeca de la rubia y camino rapidamente arrastrando a Rosé, haciendola enojar, y haciendo que ambos chicos sonrieran y caminaran un poco más rapido, la castaña quedo boquiabierta al ver lo grande y bella que era, y leyó el nombre, “Gucci”.
—¡Rosie! ¡Entremos! ¡Necesito ver si esta ese vestido que vimos la otra vez! ¡Esa vez que vi al chico rubio bonito!— dijo rapidamente Jennie mirando a su amiga.
—Entra Jennie, nadie te lo impide.— hablo Jimin detrás de ella, lo miro con sus ojitos brillante y corrio para adentrarse a la tienda.— ¿ella es así cuando ve esta tienda?
—Gucci es una de las marcas favoritas de Nini, se vuelve loca, de hecho, tiene bastantes prendas.— hablo Rosé para caminar hacia la tienda. Ambos chicos se miraron entre si y alzaron los hombros para igualmente entrar a la tienda.
Jennie, como loca por Gucci, empezó a mirar rapidamente si estaba el vestido que habia visto la otra vez, y la esa vez que vio al chico rubio bonito, no dejaba de pensar en aquel hombre, su mente a cada minuto le restregaba a su cerebro que existia. Sus ojos brillaron al ver el vestido que tanto ansiaba tener en sus manos, lo agarró y camino hacia los camerinos.
Seguida de la mirada del rubio.
Rosé miraba la ropa tranquilamente, habian cosas bastante bonitas, pero por otro lado no tenía el valor de pedirle a uno de los chicos que lo compré, eso sería pasarse de la raya. No se fijo como el castaño se acercaba a ella, mientras miraba las lindas poleras.
—¿Quieres algo de aqui, pequeña?— miró de inmediatamente al castaño y sus manos sudaron a más no poder.
—Hay cosas bastante bonitas, pero no quiero que gastes por nosotras, sería pasarnos de la raya, nos sacaste de ese lugar, nos trajiste a tu hogar, no podría pe...— sus labios fueron callados por un dedo encima de estos, y sus ojos miel miraron como Jeon mostraba su sonrisa.
—Yo haría cualquier cosa para que fueses feliz, pequeña.— dijo Jungkook para ver como se sonrojaba un poco la rubia y desviaba su mirada de la suya.
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Tenía el vestido ya en su anatomía, ahora maldecía al no poder subir el cierre de este. Ella no era gorda, para nada, ella no se excedia de sus comidas, salía a hacer ejercicio, no era gorda. Solo no alcanzaba el cierre, saco su cabeza por la cortina del vestidor, y no encontraba a la rubia por ningún lado, bufó y sonrio al encontrar a Jimin cerca.
—¡Jimin!— dijo altamente la castaña para llamar la atención del nombrado, la castaña mirada del rubio miro a Jennie.— ¿Podrias ayudarme un poco?— este asintio y camino hacia ella para entrar al camerino.
Sus ojos miraron al espejo, en donde el lindo vestido plateado le quedabas bastante bien a la castaña, sus curvas resaltaban más, y lo mejor de todo, el escote, dejaba ver el pecho de la chica y un poco la nación de sus redondos pechos.
—No alcanzo el cierre, ayudame por favor.—pidio Jennie para morderse el labio, Jimin asintio, sus dedos tomaron la cremallera y la subio lentamente por la espalda de la joven, ya subido totalmente, beso la parte detrás del cuello de la castaña, haciendo que la piel de ella se erize un poco.
—Te queda bastante bien este vestido...— dijo roncamente el rubio. Seguia mirando por el espejo el vestido de la castaña, dandose cuenta de algo, muy corto. Bajo su mano y acaricio la pierna, haciendo que inconsientemente Jennie tirara su cabeza para atrás.— pero es muy corto...
—A-Así hicieron el vestido, y así me gusta.— dijo la castaña.
Jimin dejo sus manos en los hombros de la joven e intencionalmente bajo uno de los tirantes del vestido haciendo reir a la chica.
—Error de diseño.— beso el cuello de Jennie y ella ladeo su cabeza para dejar más accesible su cuello. El giro bruscamente el cuerpo de la castaña, pegandola a su fornido cuerpo y estampando sus labios con los de la castaña, en un excitante beso, sus lenguas jugando entre si, y sus temperaturas corporales aumentando.
—S-Sabes que n-no podemos hacer nada aqui...
—Podré esperar hasta que lleguemos a casa.— respondio para apretar el trasero de Jennie.
Mientras que Jungkook y Rosé solo hablaban, manteniendo una amena converzación, sus miradas conectadas y mostrando sus más sinceras sonrisas. Sus momentos se estaban volviendo agradables, dejando su monotona vida, casa, trabajo, casa.
—Asi que algunos te dicen rata...
—Claro, me molesta ese apodo, no tengo cara de rata.— dijo cruzando de brazos el pelicastaño.
—Tienes más rasgos a un conejito que a una rata.— dijo Rosé para mirar con detenimiento a Jeon. Jungkook se sonrojo un poco y mirar a la rubia.
—Gracias, supongo... ¿Y a ti? ¿Hay algún apodo que no te guste?
—En realidad, no lo hay, me gusta Rosie, Pasta, pequeña ardillita, nunca me han llamado por un sobrenombre.— dijo Rosé alzandose de hombros e inflar un poco sus mejillas.
—Cuando inflas tu mejillas, pareces una ardilla con sus nueces en su hocico.— ambos rieron, llamando la atención de algunas personas que estaban en la tienda, poco les importo.
