10. ·˚ ༘ ༉

3.2K 208 31
                                    

Mientras cantaba mientras tocaba su guitarra y sentada al lado de la ventana, en su habitación no había más que soledad y tranquilidad.

La pequeña joven amaba tocar en sus tiempos libres, empezó a cantar, su bella voz acariciaba sus oidos, aquella voz que amaba su padre, su querido padre, que ya no estaba con ella. Rosé nunca le canto a su padre, de hecho, podría decir que amaba más a su padre que a la mujer que la mantuvo en su vientre.

Tocaron bruscamente la puerta, haciendo que la rubia dejara de tocar y cantar, dejo la guitarra en su cama y camino hacia la puerta, al abrirla, vio a dos hombres, bastante fornidos, iba a hablar, pero la agarraron de sus brazos fuertemente, haciendo que jadeara de dolor, empezó a moverse bruscamente, intentando soltar el agarre de los tipo, lentamente empezaron a bajar.

Sus ojos llorosos miraron a tres personas, a su madre, su padrastro y un señor desconocido.

—¿Ella es tu hijastra?— la voz del hombre hizo que Rosé tuviera miedo.

—Así es, y ahora es toda tuya.

—¿A-A que te refieres?— pregunto entrecortadamente la rubia.

—Te vendimos, ahora vivirás con el...— dijo la pareja de su madre con una sonrisa. Rosé miró a su madre, buscando una pizca de que todo lo que estaba pasando era una vil mentira, pero al saber que no era así, sus ojos brotaron lágrimas.

—¿¡Como mierda pudiste vender a tu hija madre?!— gritó la rubia enojada.— ¡Respóndeme!

—No tenemos dinero...

—¡Claro que no van a tener dinero! ¡Si se lo gastan en alcohol y otras mierdas!— dijo.— soy tu hija.... La bebé que tuviste con papá...

—Tambien no quiero recordar a tu padre, y al mirarte, me recuerdas a él.— su corazón se estrujo al escuchar las palabras de esa mujer .— puedes llevartela Kang.

El nombrado chasqueo los dedos y los hombros avanzaron con la rubia, ella dejandose llevar, aceptando que ya su madre no la quería, ya no amaba a su padre, que ya no tenía familia. La subieron al auto y ella lloraba en silencio mientras miraba hacia la ventana. Sintio como se subian atrás pero le resto importancia.

El auto para y la apagada mirada de Rosé miro el letrero luminoso “City Lights” se preguntaba que era ese lugar, vio a un tipo entrar, le abrieron la puerta y lo que pudo ver fue a una chica, en ropa interior, entro en panico y empezó a intentar s...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El auto para y la apagada mirada de Rosé miro el letrero luminoso “City Lights” se preguntaba que era ese lugar, vio a un tipo entrar, le abrieron la puerta y lo que pudo ver fue a una chica, en ropa interior, entro en panico y empezó a intentar salir.

—¡Saquenme de aqui!— grito Rosé en el auto golpeando el vidrio, uno de los hombres, abrio la puerta del auto y le agarró fuertemente el brazo a la rubia, haciendola jadear de dolor. Entraron al lugar y trago duró.

La vendieron a un prostibulo.

El hombre y la rubia llegaron a una puerta, este empujando a Rosé, haciendola caer y cerrar la puerta. La australiana se levanta y comienza a tocar repetitivas veces la puerta.

—¡Oigan! ¡Saquenme de aqui por favor!— suplicaba la chica.— ¡Dejenme salir!

Asi estuvo por unos largos minutos, se sento en el frio piso y empezó a llorar en silencio mientras miraba el lugar, una cama con sabanas blancas, unos cajones a los costados, las paredes negras con diseños elegantes blancos, suspiro y siguio sentada en el piso.

El sonido de la puerta retumbo en sus oidos y el miedo se apodero en su cuerpo. Sus ojos analizaron al señor, si no mal recordaba, el era Kang.

—Hola dulzura.— su grave voz hacia que naciera aún más miedo, lentamente se acerca y toma el menton de la rubia, sus ojos negros perturbantes, miraban los miel de Rosé.

—A-Alejese de m-mi...

—Claro que no.— tomo la muñeca de la joven y apreto su agarre, ella comenzó a intentar zafarse, pero era imposible, sus ojos nuevamente se llenaron de lagrimas. Tiro en la cama de la joven, agarró sus rubios cabellos y se acercó a su oido.— ahora te comvertire en una zorra.

Agarró las muñecas de la australiana con una mano, y la otra bajaba la falda que traía ese día, dejando al aire el los redondos gluteos de la joven aún cubiertos por la ropa interior, ella se movia para poder liberarse, pero a cambio recibia golpes.

—¡Deja de moverte mocosa!— le grito a la chica, de su bolsillo trasero, sacó un paquetito plateado, Rosé miró de reojo y lloraba en silencio.

—¡No me hagas nada!— explotó la rubia, mientras sus movimientos se hacían más violentos para poder zafarse. Kang se bajo sus pantalones y su ropa interior como todo un experto, se puso el condón en su miembro, luego bajo la ropa de la rubia, ella detuvo sus movimientos.

Ya era demasiado tarde.

Kang entró de una en el interior de la rubia, soltando un desgarrador jadeo, sus ojos ardían, sus labios tiritaban, su inocencia fue arrebatada, por el tipo al que su madre y padrastro vendieron. Kang aumentaba la velocidad de las embestidas, y Rosé callada. Llorando en silencio.

Después de mucho tiempo, Kang dejo a la pobre rubia, adolorida, con un hoyo en su corazón, Kang, arregló su ropa y vio a la debil rubia.

—Así te tienes que comportar cuando alguien quiera de tus servicios dulzura, si oigo quejas de tu parte, te haré sufrir de por vida.

Kang se fue de la habitación, dejando a la pobre chica sola, se sento lentamente en la cama, y se miro a ella misma, con asco, dejo salir el nudo de su garganta.

—A-Ahora doy asco...— se dijo a si misma.— S-Soy un puto asco....

Agarró su falda y su ropa interior, ya vestida, cojeo hasta la puerta, miro la cama, en donde una gran mancha de sangre había en las blancas sabanas, cayó una lagrima en su mejilla y abrió la puerta.

Para su sorpresa había una linda castaña, de ojos gatunos, con un corto vestido.

—Y-Yo...

—No tienes nada que decir rubia, ahora no estarás sola en esta mierda de lugar...— Rosé se mordió el labio, vio como la castaña estiro su mano y dio una pequeña.—Soy Jennie, y estaré para ti.



𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 𝙲𝚘𝚛𝚛𝚎𝚐𝚒𝚍𝚊.

City Lights┊Rosekook (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora