- ¿Por qué haces esto? ¿Te burlas de mi?
Me preguntaba Lisandra, alias "la chica nueva" por quinta vez antes de que salieramos al descanso, a pesar de que habíamos podido platicar tranquilamente no dejaba de transmitirme esa sensación de desconfianza y de mostrarse insegura respecto a mis intenciones ¿Será que en verdad parezco tan antipática?
Medité por unos momentos para darle una respuesta que pudiera convencerla ya que en medio de clase sólo había podido decirle que no me estaba burlando pero ahora el aula estaba vaciandose.
- No, no me estoy burlando y bueno... Siendo nueva supuse que sería más fácil que te integraras a la dinámica escolar si te veían cerca de mi.
Procuraba no sonar prepotente o como si dijera "te hago un favor, plebeya" pero las personas siempre podían distorsionar las palabras, me alegré pues ese no parecía se su caso en lo absoluto ya que me sonrió y luego de dudarlo me dió un abrazo que no sólo me tomó desprevenida a mi sino a aquellas personas cuyo único trabajo era cuidar de mi, los acercamientos tan repentinos suelen significar un posible ataque por lo que pude ve a algunos cuantos poniéndose a la ofensiva pero no pasó nada, ningún arma o algo peligroso, era simplemente un abrazo.
-Gracias por incluirme... ¡Joder! ¡Acabo de abrazar a la princesa! ¡A la princesa!
Casi se la podía ver dando saltitos de alegría mientras los guardias desaparecían de mi campo visual; no pude hacer más que reacomodar mi uniforme y reír de forma nerviosa ya que si bien técnicamente si era una "princesa" no muchos usaban el término más que en ceremonias formales, en general era sólo Damay o la futura reina que me resultaba menos incómodo a ser llamada princesa.
- Tranquila, no quieres armar un escándalo en tu primer día.
Hablé recuperando la compostura luego de no saber cómo reaccionar y tomandola por un momento del hombro para indicar que me siguiera; llegamos a la cafetería donde sin pasar mucho tiempo cada una tomó su almuerzo, el mío era bastante reducido, como de costumbre, una manzana, yogurt y galletas integrales eran más que suficientes pero ella parecía nunca haber tenido tanta comida a elegir puesto que había tomado mínimo cinco comidas diferentes y bastante chocolate.
- ¿Segura que eso te va a llenar?
Cuestionó arqueando una ceja, era la primer persona en mucho tiempo que cuestionaba mi dieta; aunque de que me daba la impresión de ser una persona de clase alta... Su actitud no se correspondía con una, ignoré eso pensando que tal vez sólo estaba intrigada por cómo era la vida de una adolescente en la realeza; no es cómo si los cuentos de hadas dieran un panorama muy realista.
-Por supuesto, vamos
Hizo una mueca que no supe interpretar y nos dirigimos a donde Alison y Alec quienes aparentemente estaban discutiendo por algo, al menos no podía ser sobre que yo no sintiera lo mismo por Alec, Alison me juro no decírselo y no es el tipo de personas que rompe una promesa y menos un juramento; la conversación se detuvo en cuanto llegamos con mi cuñada resoplando y mi prometido levantándose para recorrer mi silla.
- Vaya... Que caballero...
Lisandra se notaba no sólo sorprendida o intrigada sino fascinada; tomé asiento sonriendo al gesto de Alec y dándole un beso en la comisura de los labios.
- Lisandra... ¿Cuál es tu apellido? No me pareces conocida
Alison comenzó a cuestionar mientras Lis se atragantó un momento con la comida, algo cómico de no ser por la pregunta de mi mejor amiga.... Los apellidos son muy importantes aquí, ayudan a identificar a las familias y en definitiva ella no me recordaba a ninguna; rapidamente se recompuso y respondió luego de tomar un respiro.
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¡Dame mi corona!
Teen Fiction"Le ofrecí mi amistad pero no le bastó, quería mi vida" Damay es el tipo de chica que parece tener la vida resuelta, claro, siendo la heredera al trono es algo de esperarse pero las cosas no siempre son lo que parecen, ha sido educada desde muy chic...