Capítulo 10

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—¡¿Positivo?! —C..cómo... ¿Cómo podía ser eso posible? No cabía ninguna posibilidad de que ese resultado fuera cierto; tuve que sentarme mientras mamá se ponía a mi lado tranquilizandome y tan sorprendida como yo trataba de asimilar lo que estaba pasando sin hacer un escándalo, suficiente había sido con semejante grito de mi parte.

—Damay... Aún faltan los resultados de sangre, tranquilizate por favor.

—Pero mamá... No entiendo... Esto... Es imposible....

—Ya cálmate, respira y cuenta hasta diez o lo que quieras pero calmarte.

Mamá tenía razón, no podía darme el lujo de perder la cabeza en este momento y menos con mi reputación por los suelos así que ignore aquel absurdo resultado ocultandolo al ponerlo boca abajo contra mis piernas mientras esperábamos los del examen de sangre con la esperanza de que fueran más favorables para poder terminar con los rumores y mejorar poco a poco la reputación de la familia que se estaba yendo en picada mi yo con la mía.

A diferencia de mi primera espera llena de emoción y confianza está estuvo llena de nerviosismo y miedo ¿qué haría si los otros resultados también eran positivos? Y en primer lugar ¿Por qué estos salieron así? Dí las muestras en ayunas y desde la noche anterior no comí realmente así que no tenía sentido pensar que algo los alteró, más que el doctor los hubiera cambiado pero eso no tiene ningún sentido en lo más mínimo.

El tiempo entre resultados no fue realmente mucho pero me resultó eterno, incluso los segundos que pasé abriendo el sobre se volvieron siglos pero finalmente mi pecho descansó de la presión que se estaba acumulando al leer el resultado de la prueba sanguínea.

—Negativo...

—¿Lo ves? Te dije que sólo debías tranquilizante, seguro que hubo un error en el otro examen, ahora vamos a comunicarlo a la prensa.

Mamá me dió unas palmaditas en la espalda mientras tomaba la prueba que daba por hecho que estaba embarazada y la rompía guardando los pedazos en su bolso mientras ambas comenzamos a caminar directamente a la entrada del hospital donde nos aguardaba un auto para ir directamente al palacio; en el camino no paraba de darle vueltas a lo que pudo suceder para que la prueba de orina saliera positiva en tanto mamá se encargaba de hacer las llamadas correspondientes para hacer el anunció lo más pronto posible, al parecer el hecho de que asistí al hospital no pasó inadvertido y los periodistas estaban como cuervos esperando a que un león terminara de comer, peleándose por la exclusiva. Para mi hubiera sido muy fácil sólo tomar una foto y subirla a internet pero así no funcionaban las cosas, excepto mis mensajes privados con personas cercanas, toda interacción en redes sociales debía ser autorizada ya fuera por mis padres o el grupo que ellos designaron para esa tarea. Sin contar que un anuncio Real no se podía hacer de forma tan simple... Al menos según las leyes no escritas para la realeza.

—Ve a arreglarte Damay, daremos el anunció en unas horas, al atardecer.

Asentí a las indicaciones de mamá entregando la hoja que no estaba rota y dejando que ella y otras personas que le ayudaban con esta clase de cosas arreglaran y lo que fuera necesario mientras algunas de las chicas que trabajaban para nosotros me ayudaban a alistarme.

—¿Tú crees que en verdad está embarazada?

—Ay no sé... Yo creo que se hizo un aborto.

—¿De verdad? Yo creo que se ve muy bien como para haber hecho eso.

—Ay, ya sabes que con esta gente uno nunca puede estar seguro de nada.

Me molestaba que actuaran como si no las pudiera escuchar con sólo hablar en susurros aún cuando se encontraban a escasos metros tras de mi escogiendo la ropa que me pondría ¿Cuándo las traté mal como para que hablen de esa forma? Vamos que son sólo las chicas de limpieza pero siempre las tuve como mis iguales pero esto era pasarse un poco con la confianza.

¡Dame mi corona!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora