—Alec está en el hospital, está bien pero llegamos tarde para Mile...
Las palabras de mi madre resonaron en mi cabeza como el eco en una cueva amplia... No podía, no quería creer lo que escuché, en sólo buenos días la familia de mi prometido pasó a ser una familia completamente desconocida para mi.
—¿Q... qué..? ¿A qué te refieres mamá?
—Linda, mejor ve a descansar ¿Sí? No creo que debas meterte en estás cosas por ahora –Mi madre me había recordado a como me llamaba Alec antes de odiarme, el sólo pensar eso y como se encontraba ahora era demasiado doloroso.
—Mamá, sólo quiero saber...
—Damay, por favor, sólo sigue en tus cosas y gracias por avisarle a tu padre... Ojalá hubiéramos llegado antes...
Me alejé dando un último vistazo a Alison quién escondió su rostro en el pecho de la muchacha que estaba a su lado para posteriormente ir a mi habitación con la mirada clavada en el piso, al llegar me cambié inmediatamente la ropa por el pijama; no entraría por ningún motivo a redes sociales, no tenía ánimos para ver todo lo que aún estaría ahí así que tan sólo me quedé un rato jugando hasta poder conciliar el sueño.
...
Eso no duró mucho, me desperté en la madrugada con el sonido de un golpe en seco, tardé un poco en reaccionar luego de bostezar dirigí mi vista a la hora; tenía unas horas antes de tener que levantarme para ir al instituto. Me asomé por un costado de la cama buscando lo que provocó el golpe y me encontré con Alison durmiendo sobre un colchón en el piso, se notaba con un poco de frío, me pregunté porqué mis padres no le dieron un cuarto propio, decidí ignorar eso, sólo pararme y acomodarla en mi cama hasta que ya no temblara; puede que fuera delgada pero cuando tus padres te hacen practicar deportes desde que aprendes a caminar, te vuelves lo bastante fuerte para cargar a una persona.
Ahora yo me acomodé en el piso y sin embargo mi sueño se esfumó por completo, no tenía frío pero tampoco ganas de dormir, tomé mi móvil y con ayuda de la linterna salí del cuarto. El palacio era muy tétrico de madrugada, en algunos lugares simplemente ver los cuadros me causaba escalofríos y las ventanas no se diga, a esas horas no había nadie levantado, ni las muchachas, puede que ni un fantasma deseara estar despierto a esa hora. Pensé en ir al patio y simplemente esperar a que amaneciera, mas al pasar por la puerta de la oficina de mis padres la tentación de saber lo que había pasado en la casa de Alec fue mucho mayor; la puerta estaba cerrada pero podía caber por una de las ventanas aunque eso significara tomar el riesgo de caer y romperme hasta el alma. Subí al picaporte de la puerta agarrándome de los pequeños tallados en la madera procurando no resbalar, en ese momento la idea de bajarme y regresar a la habitación pasó por mi mente, no obstante la idea de que el padre de Alec hubiese matado a su mamá continuaba sonándome ridícula, requería ver por mi misma algún registro o algo que lo confirmara. Me recorrí sin quitar los pies de la cerradura hasta tomar la orilla de la ventana con los dedos, me afirmé un poco más usa do toda la mano; comenzaba a sudar por los nervios de que mis padres me fueran a ver o que alguien más les fuera a decir pero en cuanto quité mis pies del apoyo para recargarlos en la pared y trepar ya no había vuelta atrás.
Logré colarme en la oficina luego de algunos minutos y con un dolor el los tobillos tras caer al piso; el lugar tenía demasiado libros y unos cuantos cajones, observé la computadora de papá, al tratar de prenderla estaba con contraseña, lógicamente, no tenía ni idea de lo que pondría mi mamá, si yo lo pudiese adivinar cualquiera podría, mi padre no se arriesgaría a eso. Noté en la parte baja de la pantalla había otras dos formas de desbloquearla, una por huella digital y otra con reconocimiento facial; la primera era imposible de pasar para mí pero la segunda... Quizás podría hacerlo con una foto, tomé mi celular y busqué una foto de papá, vi que la hora en que todos se levantaban estaba más cerca así que debía hacer esto rápido; conecté el móvil a la impresora e imprimí una foto en la que más o menos saliera de frente, por suerte funcionó.
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¡Dame mi corona!
Teen Fiction"Le ofrecí mi amistad pero no le bastó, quería mi vida" Damay es el tipo de chica que parece tener la vida resuelta, claro, siendo la heredera al trono es algo de esperarse pero las cosas no siempre son lo que parecen, ha sido educada desde muy chic...