Catorce.

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Un sin fin de rosas blancas están aglomeradas en una esquina de la habitación, llenándola de un olor agradable y vida. Siente que aquello contrasta de una forma demasiado irónica con la situación.

— Creí que odiabas el blanco.

Comento solo entrar. Ranpo rodó los ojos.

— Y lo hago. ¡Son demasiado simples! Prefiero las rosas, ¿me has traído verdad? ¡porque si no juro que te echo a patadas y te dejo entrar solo hasta que me traigas unas!

Allan río y le dejó ver el ramo de rosas rojas que escondía tras su espalda. Los ojos de Ranpo brillaron al tomarlas. Las acerco a su nariz antes de dar un pequeño canto de aprobación. Poe no pudo sentirse mas orgulloso.

— ¿Ya no me sacarás a patadas?

— No.

Sonrió tomando una silla acercándola a la cama, sentándose a un costado del ojiverde. Saco un libro de la pequeña bolsa que llevaba consigo y se lo tendió. Ranpo sonrió.

— ¿Lo has terminado ya?

— Si.

El azabache amplio su sonrisa y tomó el libro entre sus delgadas manos. Allan desvió la mirada no queriendo ver los múltiples hematomas y piquetes de aguja en ellos.

— Amaran esto en la universidad de Virginia.¹

— No pienso ir a América, Ranpo...

El ojiverde le miró sin perder su sonrisa.

— Se que al inicio incluso casi te ahorco por querer ir a Cambridge... Pero esta es una gran oportunidad Poe... además, me preocupas más estando en Londres que en USA. — Su sonrisa se tinto un poco más triste antes de regresarle el libro.— Además, en unos meses yo ya ni siquiera estaré aquí para decirte que no te vayas.

El rostro de Allan se tiñó de dolor. Negó antes de tomar el libro.

— No digas esas cosas... Saldrás de esto y ambos iremos a Tokio... debemos probar quien es mejor en literatura.

— Mírame, ¿realmente piensas que saldré de esto? Vamos Poe, tú siempre has sido más realista.

Trago duro y negó.

— No sigas, Ranpo.

El mencionado bufó.

— Solo quiero que veas la realidad. Mientras más pronto rompas tu burbuja, menos alta será la caída y el dolor que provocará. — Edgar no dijo nada. Simplemente continuo con la mirada baja.— Allan... Lo lamento, pero no quiero que sigan manteniendo esperanza, ni tú ni nadie. Dolerá más para mi cuando el momento llegué.

— La esperanza es lo único que muere... ¿no es así?

— Si. Y por eso quiero matarla antes que la enfermedad me mate a mi.

— Eso no pasará...

— Sabes que así será.

El silencio inundó la habitación. Aquello no estaba siendo fácil en ningún sentido. La muerte no era sencilla por si misma.

— Léeme tu libro, Allan.

Poe suspiro ante la propuesta.

— Creí que odiabas que lo hiciera.

— Nunca lo hice, cabeza hueca.

El escritor sonrió abriendo una página al azar acomodándose más cerca del azabache.

— ¿Prefieres un cuento o un poema?

— Recitame un poema... Nunca te he oído declamando.

— Lo haré entonces... — Con ligero nerviosismo, aclaro su garganta viendo la página elegida. Se arrepintió al instante solo ver las palabras plasmadas en aquella hoja.— No creo que-

— Hazlo. No importa de que hable.

Poe suspiro de nueva cuenta y con voz tranquila comenzó.

— «¡Recibe en la frente este beso! Y, por librarme de un peso antes de partir, confieso que acertaste si creías que han sido un sueño mis días; ¿Pero es acaso menos grave que la esperanza se acabe de noche o a pleno sol, con o sin una visión? Hasta nuestro último empeño es sólo un sueño dentro de un sueño. Frente a la mar rugiente que castiga esta rompiente tengo en la palma apretada granos de arena dorada. ¡Son pocos! Y en un momento se me escurren y yo siento surgir en mí este lamento: ¡Oh Dios! ¿Por qué no puedo retenerlos en mis dedos? ¡Oh Dios! ¡Si yo pudiera salvar uno de la marea! ¿Hasta nuestro último empeño es sólo un sueño dentro de un sueño?» ²

— Un sueño dentro de un sueño... así se siente esto.— Ranpo sonrió con tristeza. Poe agacho la mirada con pesar. — ¿Por qué no escribes más poemas?

— Soy mejor cuentista que poeta...³

— Yo no lo pienso así.

Edgar cerro el libro y Edogawa supo que la despedida pronto llegaría.

— Publicalos.

— ¿Qué?

— Lo que escuchas. Quiero verte recibir un premio antes de morir, porque creeme, eso ganará millones.

— Ranpo...

— Nada de hablar de muertes, ya entendí.— Poe se levantó dejándole el libro en el buró ocasionando una sonrisa en el menor.— Tengo algo para ti.

— ¿Qué es?

El ojiverde saco un papel arrugado del bolsillo de su bata, tendiendoselo bajo la curiosa mirada del más alto.

— No lo leas ahora... Solo ábrelo cuando creas que es el momento, ¿de acuerdo?

‹‹Quieres que lo lea después de tú muerte›› Poe tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para morderse la lengua y no soltar aquello a modo de reprimenda. Por el contrario, guardo el papel en su bolsillo asistiendo y comenzando a caminar a la salida.

— Te veré mañana, espera por mi.

Lo llevo haciendo una vida.— Al ver la mirada de extrañeza que le dedico el castaño, solo pudo reír.— Es broma, no es como si pudiera ir a otra parte de cualquier manera. Anda ya, vete, es tarde.

Con una última mirada, Poe finalmente salió. Ranpo soltó el aire que no sabía, había estado reteniendo.

Realmente, sería difícil perder la esperanza incluso para él.

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¹ Poe ya no respondió a la aceptación de Cambridge prefiriendo quedarse con Ranpo una vez el cáncer empeoro al punto que prácticamente, vivía en el hospital. Llego una nueva carta de la universidad de Virginia, escuela donde el verdadero E.A.P. estudio.

² El poema es "Un sueño dentro de un sueño", escrito realmente por E.A.P.

³ Otra referencia al Poe real. Él escritor realmente creía que era mejor cuentista que poeta.

Rivals. 『RanPoe, Fanfic』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora