Un agudo grito fue el responsable de lograr levantarle de sobresalto de su tan apacible sueño. Su vista vago a los costados confundido sin lograr divisar nada gracias a la oscuridad que se apoderaba de la habitación... realmente, con duras penas podía distinguir algo más que sus manos. En la ventana chocaban gotas originadas por un gran diluvio que casi parecía ser la competencia de aquella que mencionan en el cuento del arca de Noé y más que eso, provocaba un presagio de mal augurio.— ¿¡RANPO!?
Un quejido desde el suelo del baño fue lo que le alerto. Dejando sin cuidado sus cosas en el sillón que antes le había servido como cama, corrió hacía el baño encendiendo la luz rápidamente. El panorama dentro no era él mejor.
— N-no siento las piernas...
El temor se había apoderado de sus ojos y por un segundo, Allan no supo que hacer. Ranpo trato de levantarse nuevamente, pero al igual que antes, sus piernas no respondieron a su pedido.
— No te muevas. — Con manos temblorosas, el escritor abrazo al menor ayudándole a sentarse en la taza. — Voy a llama-
— ¡No!
— ¿Qué?
— No llames a nadie.— Pidió con la mirada baja. — Ya pasará.
— ¿Ha pasado antes?
— Si, pero después de segundos se pasa.
— Bueno, ¡pues llevas minutos aquí y tus piernas siguen sin responder!
Atajo de pronto el castaño con mirada furiosa. Ranpo le miro sorprendido un momento, antes de usar el mismo tono furibundo que él.
— ¡No quiero preocupar a nadie!
— ¡ME PREOCUPAS A MI AHORA MISMO Y NO ME ESTAS DEJANDO HACER NADA POR TUS ESTÚPIDOS CAPRICHOS! — Jadeó de pronto regresando en si mismo. Frente a él, Ranpo le observaba con los ojos abiertos en sorpresa nuevamente... Llorando, por su culpa. —Ranpo...— Trato de tomar su mano, pero el ojiverde le alejo de un manotazo.— Yo no quise gritarte... lo siento...
— Tú no sabes lo que es esto. Lo que es no querer un maldito síntoma más. No porque te de miedo lo que te pase, si no por miedo a lo que pensara el resto. ¿Crees qué solo son caprichos cuando no les quiero decir si algo duele o ha dejado de doler? He escuchado a Yosano llorar por las noches cuando cree que duermo. A Yukichi lamentarse por no poder hacer nada... incluso te he visto a ti sufriendo cuando mencionan algo que se relacione con mi enfermedad... Tu no entiendes ese dolor, ni el físico ni el mental.
— Respiramos el mismo aire, Ranpo... ¿piensas que no nos duelen las mismas cosas? — Suspiro viendo al azabache. Ambos había llorado. Ambos estaban terriblemente asustados.— No se lo que es estar en tus zapatos. No se el dolor físico que sufres, no se cuanto duele una quimioterapia ni que es lo que sientes ahora al no poder mover tus piernas... Pero si se del dolor de ver a los demás sufrir. Yo por ejemplo, detesto verte sufrir. Culparte de todo como si esto hubiese sido culpa tuya. Me duele cuando quieres alejarnos cuando tratamos de ayudarte... cuando piensas que esto debes pasarlo solo cuando no es así. Nos tienes a nosotros... A Yosano-san, a tú padre, a Dazai e incluso a Oda-san... Me tienes a mi, Ranpo. Por favor... deja algo de peso en nosotros. Dinos cuando te encuentres mal, cuando sientas que no puedes. Lo prometemos... te prometo que estaré ahí cada vez, hasta que esto acabe y ambos podamos irnos de aquí.— Beso su frente viendo al menor aún llorar y esta vez, grito a una enfermera por ayuda. Ranpo frunció el ceño con molestia debajo suyo, Allan no sabía si lloraba por lo dicho, por haber llamado a la enfermera, por el dolor o simplemente, por todo a la vez.— Confía en mi.
Yosano apareció de inmediato por la puerta seguida de un par de enfermeros. A prisa, Poe les contó lo ocurrido ya que Ranpo se negaba a mediar palabra. Hicieron un par de pruebas y al ver que sus piernas ni siquiera respondían, le llevaron en una camilla a un destino desconocido para Edgar.
Suspirando con cansancio, camino hasta el lugar en que sus cosas reposaban y tomó su teléfono marcando un número que, al igual que con Fukuzawa, se obligo a aprender de memoria. El teléfono fue atendido al primer timbre.
— ¿Poe-kun? — La inconfundible voz de Oda sonó al otro lado de la línea.— Es más de media noche, ¿ocurrió algo? ¿Ranpo-kun esta bien? ¿tú lo estas?
Poe sonrió.
— Lo llevaron a hacer estudios... Dejo de sentir sus piernas.
Un golpe y pronto, la voz tras el teléfono fue suplantada por la de Dazai.
— ¿Empeoro? ¿es peligroso? ¿va a estar bien?
— Sinceramente, no lo sé.
— Iremos mañana a primera hora. Llama de nuevo si ocurre algo más, tenemos que buscar a alguien.
Y sin más miramientos, dio por terminada la llamada. Poe observo su celular un segundo antes de sonreír con amargura.
Esos dos se habían metido en su vida finalmente, y aunque en un pasado quizá no le hubiese gustado, ahora agradecía saber que ni Ranpo ni él se encontraban solos.
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¡Buenas! Me tarde mas de lo usual en actualizar por cosas personales, ¡pero habemus capítulo al fin!
Cada vez Ranpo esta peor y su humor igual, tanto estrés y vainas lo ponen así igual que a Poe. Pero habrá escenas mas bonitas adelante, no me maten, ni yo aguanto tanto drama.
¡Nos leemos pronto! <3
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Rivals. 『RanPoe, Fanfic』
FanfictionLos rivales son importantes en la vida. No existiría un Lex Luthor sin un Superman, ni un Thor sin un Loki... Tampoco habría un Ranpo sin un Poe.