Veinte.

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Las calles de Yokohama lucían más abarrotadas y luminosas que de costumbre. No parecía ser el único emocionado o nervioso aquel día, después de todo, Navidad estaba a la vuelta de la esquina. Cerro la gabardina hasta el cuello y ajustando sus guantes una última vez, entro al local. Una campana anuncio su llegada.

— ¡Poe-san! ¡Buenos días! — La alegre voz de Atsushi le hizo sonreír. Devolvió el saludo con la mano aproximándose a la vitrina que lo separaba del albino.— ¿Las de siempre?

— Si... aunque esta vez cambiaré algo.

— ¿Y qué será?

— Agregar una flor más. Una gardenia.

Atsushi llevo un dedo a su barbilla pensativo antes de volver su vista a él, con ojos brillantes y una enorme sonrisa gatuna. Poe rasco su mejilla nervioso. Atsushi lo había descubierto de inmediato.

— ¡Amor secreto! ¹

— ¡Shhhh! ¿podrías ser más discreto?

Atsushi rió cubriendo su boca observando el sonrojo que se había apoderado del rostro del escritor.

— No hay nadie aquí... Y aún si fuera el caso, Poe-san, le aseguro que todos sabemos esto.

— ¿Saber... qué?

— Que usted esta enamorado de Ranpo-san

— ¿¡QUÉ!?

— Oh vamos... Lleva toda su vida viniendo aquí a comprar flores para su familia y para él. Incluso mi hermano lo dice. ²

Poe juro mentalmente vengarse de Shibusawa por ello.³

— Solo dame el arreglo y ya.

Gruño entre dientes. Atsushi sin dejar de sonreír comenzó su paseo por toda la florería en busca de las rosas más hermosa y aquella gardenia pedida. Poe se recargo en la vitrina mientras esperaba.

— ¿Cómo se encuentra Ranpo-san?

El castaño fijo su vista en el chico. Atsushi era una gran persona y en ocasiones, lamentaba que Ranpo no le conociese. Seguramente le caería muy bien, sin embargo, gracias a todo el tiempo de conocer la florería y a su hermano, Atsushi si que sabía de Ranpo y le agradaba aún sin conocerlo en persona.

— Esta mejor... La quimioterapia esta funcionando. Iremos a ver los fuegos artificiales esta noche.

Atsushi sonrió desde su posición.

—Mi hermano solía decirme algo siempre cuando era pequeño... es un antiguo dicho, ya sabe... "Si el dolor llega, la felicidad lo hará también". Ranpo-san y usted han pasado por tanto y ahora la felicidad esta llegando. 

El escritor le observo en silencio por algunos segundos, repitiendo aquella frase en su mente como si en bucle se estuviese repitiendo. El albino finalmente termino de recoger todas las flores que necesitaría y se acerco nuevamente a la vitrina, sacando algunas cosas para comenzar el arreglo. Fue entonces que la campana nuevamente sonó avisando la llegada de alguien al local.

— ¡Bienvenido!

Atsushi dejo por un momento el arreglo y se apresuro en atender al hombre que había llegado. Poe ni siquiera se molesto, el podía esperar.

Rivals. 『RanPoe, Fanfic』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora