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El bosque era verdoso, árboles y helechos por doquier; tenía un mátiz frío, pero sus brazos me brindaban un tierno calorcito. Estabamos justo en el centro de aquel verde paísaje, justo donde no había arbustos ni plantas, sólo un espacio empastado en donde él y yo nos encontrabamos sentados. Empezó a acariciarme la mejilla con la suave piel de sus dedos, entonces me di cuenta de que mi cabeza descansaba sobre su pecho y mi cuerpo se encontraba perfectamente acoplado a sus brazos; sentí sus labios sobre mi cabello, y una paz me inundo por completo. Mis ojos -que se encontraban cerrados-, se empezaron a abrir lentamente y mi cabeza comenzó a elevarse para admirarle el rostro...

-¡Mal*dita sea!-Desperté sobreexaltada, mi respiración era agitada y un leve sudor perlaba mi frente. Miré el reloj sobre mi buró, 6:18 de la mañana. De nuevo se me hizo tarde. Salí de la cama a toda prisa y me metí a la ducha, no tardé más de diez minutos y volví a mi hbaitación para vestirme; miré con pánico el reloj...6:32. 

-¡Estú*pido tiempo!-era la segunda vez que maldecia en el día; en ese instante dí gracias de que mis padres no se encontraran, o ya me hubieran dado un severo regaño al respecto.

Aconstumbraban a hacer viajes de negocios, y la casa de quedaba en mis manos hasta por cuatro meses. No los extrañaba, llevaban haciendolo desde que yo tenía cuatro años, y ahora quince años después terminé asimilando y aconstumbrándome a mi perfida amiga...La soledad. 

Miré por la ventana, Chris ya me esperaba abajo, dentro de su auto. Odiaba ir con Chris a todas partes; no por que el fuera una molestia, por supuesto que no; pero me daba pena hacerlo pasar del papel de mejor amigo al de chofer. 

Como pude me cepillé el cabello húmedo y bajé a grandes zancadas por las escaleras hasta la sala, tiempo ya no tenía de desayunar, así que con mi morral al hombro salí para encontrarme con Chris . Lo miré a través de la ventana del coche, tenía la cabeza reclinada en el asiento y sus cabello medio despeinado. Abrí la puerta y él instantáneamente se incorporó parpadeando repetidas veces.

-¡Hola ____!-dijo tañándose los ojos con el dorso de la mano.

-Hola Christian...

-Uuuyyy... alguien no está de muy buen humor hoy.

Chris conocía cada gesto mío, y sabía cuál era mi estado de ánimo con sólo verme o escucharme... aunque bueno, cualquiera en éste caso se hubiera dado cuenta; le llamé Christian y no Chris; en mí, eso es un indicio claro de molestia.

-Sólo un mal sueño Chris -musité con el ceño fruncido.

Chris condujo hasta el instituto, por que... a estas horas de la mañana a dónde más tenía que ir si no es a mi horrenda escuela. 

Llegamos con cinco minutos de retraso; la Señora Wilson -Directora de la escuela-, se encontraba parada en la puerta. 

-Maldi*ción...-mascullé al mirarla. 

-____... ya hemos hablado sobre maldecir ¿cierto?-musitó Chris con un aire de reproche.

-Lo siento Chris .

Al bajar del auto, nos encaminamos para subir las escaleras y enfrentarnos a una enojada Sra. Wilson, quien nos esperaba con los brazos cruzados sobre su pecho.

Simplemente no quiero extrañarte esta noche (Justin Bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora