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Y entonces, me dejé embriagar por el profundo sueño...

La oscuridad de aquella casa inundaba por todos lados la habitación. Empezé a sentir miedo, ¿dónde estaba? Me preguntaba una y otra vez.

Y entonces alguien tomó mi mano, conocía esa suave piel y la ternura en el calor; pero aun desconocía al dueño de tan maravillosas cualidades; y de pronto me embargó una tranquilidad, me dejó de importar dónde estaba; lo único que sentí, fue un bienestar por estar con él.

Me estrechó contra su cuerpo, y me abrazó con cálidez; su varonil y dulce aroma se metía por mi nariz y llegaba hasta mis nervios interiores dándoles calma. Acomodé mi cabeza quedando perfectamente acoplada en el hueco entre su cuello y su hombro; pude visualizar varios lunares dispersos por su cuello... Miré en dirección recta y atrás de el, en la pared, había un interruptor de luz; estiré mi mano para poder alcanzar aquel botón y poder por fín conocerle...

Y mi mano se detuvo a sólo centímetros de distancia por su aterciopelada voz

¿Qué?-musité confundida

Él apartó uno de sus brazos de mí, lo estiró y bajó con delicadeza el mío que se encontraba estirado.

-Algún día lo sabrás... pero no hoy-susurró...

¡¡Aaaahhhh!!-gruñí

Miré la hora... 5:32. Genial, ahora me había despertado antes. Me levanté con suma pereza; no tenía pensado volver a dormir, no por ahora, así que decidí mejor levantarme.

Me bañé disfrutando del tiempo de sobra y esperando que el agua que caía sobre mi espalda desnuda hiciera desaparecer la frustración de aquel sueño. Desayuné algo simple, en las mañanas no me da mucha hambre que digamos. Así que sólo me preparé un emparedado y salí al encuentro con Chris.

-Wow! Temprano esta vez-musitó el chico de cabello liso mirando su reloj.

-¿Qué? ¿Prefieres llegar tarde?

-Y de mal humor de nuevo...-dijo levantando las cejas.

Miré por la ventana hasta que llegamos al instituto; justo a la hora adecuada.

Las clases empezaron, tan aburridas y monótonas como siempre... un ligero sueño empezó a vagar por mis párpados. ¡Maldición! ahora la media hora que me había negado a dormir empezaba a pedir cuentas... Mis ojos comenzaron a arder por el intento de mantenerlos abiertos a pesar del sueño que se había vuelto inmenso y hacía caer mis párpados...

-¡____!-susurró Lola detrás mío palpándome la espalda-¡____!-repitió al ver que no contestaba.

La inconciencia me permitia oir pero me prohibia reaccionar.

-¡____!-insistió Lola

-QUÉ??!!-y a final de cuentas, no reaccioné del todo bien.

Mi voz sonó por todo el salón apagando la voz del profesor de Biología. Le miré espantada mientras todas las miradas atónitas de mis compañeros se posaban sobre mí.

Simplemente no quiero extrañarte esta noche (Justin Bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora