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Le dí una sonrisa mientras vi cómo se dirigía a su pupitre para sentarse.

La suerte es una de las cosas en las que no creo, y una de las muchas palabras que no me gusta oír, por razones que no deseo explicar... sólo sé que no existe la buena o mala suerte, las cosas pasan por alguna razón, no por suerte.El timbre sonó indicándo el inicio de clases. miré el redondo reloj de circunferencia negra que colgaba de la pared, las siete en punto. Supiré una vez más y miré al señor Gibson quien me hacía seña de que comenzará la clase.

Observé a las muchas cabezas sentadas delante de mí, esperando que de mi boca saliera algo. Nunca he sido buena en los discursos... me trabo a los pocos minutos, mis labios empiezan a perder húmedad y mis manos juegan torpemente con los papeles para controlar mi nerviosismo. Jamás me ha gustado ser el centro de atención, tener una gran cantidad de ojos sobre ti esperando a que des un pequeño tropiezo para burlarse de ti toda la vida, no es muy agradable que digamos. Pero tenía que hacerlo.Justo cuando iba a articular la primer palabra; la puerta se abrió repentinamente.-Disculpe señor. La señora Wilson desea ver a _____ en su oficina, dice que es urgente.Le miré confundida, ¿qué hacía Chris allí si tenía clase de Matemáticas? Luego mi vista se posó en un señor Gibson resignado a concederme la libertad. En cuanto a la señora Wilson se trataba; todo lo que ordenaba se hacía, nadie le discutía nada. Tomé mi morral y le dejé la información en su escritorio; al menos que cuente de que sí hice las cosas.Salí por la puerta, y recargado en la pared me esperaba Chris.

-No es verdad, ¿cierto?-cuestioné al ver su mirada complice

-No-negó con la cabeza

-¿Tienes idea de cuánto te amo?

-Amm... ¿lo suficiente como para acompañarme a comprar el regalo de mamá mañana?-Dalo por hecho-le sonreí-¿No tienes clase de Matemáticas?

-No, el señor Gandhi no asistió hoy.-¿Y si la señora Wilson se entera de esto?-No lo hará. 

-¿Porqué estás tan confiado?-Por que ninguno de los profesores le reclama nada...

-¿Y si el señor Gibson no le dice en forma de reclamo, sino de... comentario?

-No lo hará-puso los ojos en blanco

-Si no anota las actividades en su agenda, se le olvidan; así que no creo que el hacerle un comentario a la señora Wilson sea parte de su apretada agenda. Cambiando de tema, mira-me mostró un papel mientras íbamos a los jardínes

-Te hice una lista de todos los Drew que hay en la escuela. Y la buena noticia es que no hay más de diez... siete en total, para ser exactos.

-Chris, agradezco el tiempo que te tomaste para hacer esto pero... sigo creyendo que no pertenece al instituto.

-¡Bueno pero nada perdemos! ¡Será divertido!Puse los ojos en blanco y miré la lista.-¿Drew Harrison?-hice una pausa-mi Drew no es moreno.

-Descartado.

-¿Drew Benett?-pensé un breve segundo-Un chico apuesto, pero el cabello de mi Drew no es Ondulado, sino Liso.

-Descartado.

-¿Drew Sherman? Mmm... lindos ojos, pero no es mi Drew.

-Descartado.Seguí observando la lista.-¿Quién rayos es Drew Avers?

-El chico de cabello rizado, uñas largas...

-¿El loco que golpea a todo aquel que le toque el cabello?!-pregunté asustada.-Él...-admitió como quien no quiere la cosa.-Chris esto es una locura, sé que ese Drew que estoy buscando no está aquí-le devolví la hoja.

Las siguientes horas pasaron sin algo digno de hacer mención. Al termino de la rutina escolar, Chris me llevó a casa, como de constumbre.Me introduje en ella para descansar de una fastidiosa mañana. Decidí hacer algo de comer, tenía un poco de hambre y cocinado quizá lograría despejar mi mente. Fuí a la cocina y abrí el refrigerador; carne, carne y más carne; fruncí el ceño, tenía que comprar algo más saludable; o al menos, menos complicado de hacer. Miré hacía la mesa del comedor, en ella estaba el plato en el que Pattie me había entregado el pay. Lo había dejado anoche allí para acordarme que tenía que devolverlo hoy. Así que lo tomé y salí de casa para cumplir con mi objetivo.

Cruzé la calle para llegar a la acera de enfrente. No me había percatado de que Pattie había hecho un excelente trabajo con la casa; que ahora parecía un cálido hogar y no un domicilio solitario y oscuro. Me acerqué hasta la blanca puerta de madera y estiré mi mano para tocar el timbre; esperé por unos segundos, pero nadie abrió; volví a hacerlo, y nadie daba señales de vida. Toqué un par de veces con los nudillos de mis dedos la puerta... pero nadie atendió.

-¿Buscabas a alguien?Oí una varoníl y dulce voz detrás mío, y me giré para encontrarme con la cosa más hermosa que había visto.Un chico guapisimo que vestía con unos jeans ajustados, una playera en color azul celeste que daba vista libre a una parte de su varoníl y trabajado pecho bronceado, y una chaqueta en tono beige. Le miré embobada deleitandome con sus exquisitas y agraciadas facciones en su rostro. Sus rosados y bien formados labios eran el marco perfecto para una bella sonrisa, pero aunque dibujaban una línea recta entre ellos, parecían tener la suavidad de un almohedón de plumas. su náriz era perfecta respingada y pequeña. Las tonalidades de sus ojos miel que los coloreaban maravillosamente, me detenían y me robaban el aliento. Sus cejas no desentonaban con la perfección de su rostro. Su cabello castaño claro y largo adelante y atras corto que cubría su frente y caía cual cascada sobre su cabeza, era despeinado por el tenue viento haciendo que su exquisito aroma jugara en mi náriz haciéndole cosquillas...

-¿Buscabas a alguien?-volvió a preguntar.Su voz tan melodiosa se filtró en mi interior produciendo una perfecta armonía.

-Sí... amm... a... Pattie...-pronuncié con dificultad debido a todas las sensaciones que se agolpaban dentro de mí.

-Mamá no está-musitó sin darme una sonrisa, una sonrisa que tanto moría por conocer.

-Oh... tú debes de ser Justin... yo soy...

La chica de enfrente, lo sé. La que vive sin sus padres-me interrumpió.Entonces me di cuenta que su profunda y suave voz parecía molesta, con un aire de hostilidad.

-Vivo con ellos; sólo que la mayoría del tiempo no están-Musité un poco confundida por el matiz de su voz, parecía como si tuviese algo en contra mía

-Bueno, sólo... vengo a entregarle esto-le dí el plato que sostenía en mi mano, y él lo tomó-Podrías decirle que... muchas gracias...?

-Claro- su voz no cambió.Y sin decir más se acercó a la puerta, la abrió y se introdujo en su casa cerrándo la armazón de madera que servía de paso entre el exterior y el interior.Me quedé inmóvil mirándole desaparecer; mis sentidos habían quedado deslumbrados por la belleza de aquel jóven que de algún modo, me era conocido.

Unos segundos después reaccioné, podría apostar cualquier cosa a que tenía una cara de idio'ta. Me encaminé hasta mi casa, no sin antes haber dado una última mirada a la casa de enfrente.Quisiera decir, que el día transcurrió normal; pero entre toda la monotonía hubo algo distinto, algo que descontroló por completo a mi interior. Una materia humana llamada Justin. Me preguntaba ¿porqué había actuado así conmigo? Con tanta hostilidad e indiferencia... y sobre todo, ¿porqué había provocado esas sensaciones desconocidas en mí?Antes de dormir, miré la brillante luna a través de la ventana; su luz era más intensa que en otras ocasiones, de alguna manera, me parecía más hermosa... Y entre todas las preguntas que se formulaban en mi cabeza, quedé inconsiente cuando el sueño se apoderó de todos mis sentidos...

Simplemente no quiero extrañarte esta noche (Justin Bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora